jueves, mayo 26

Su mano y yo.

Su mano y yo.


Esta es la historia de una mano desobediente, si la observas bien, tiene como todas, cinco dedos, uñas cortas, y algunos raspones.
Solo que …………..esta mano, es la mano izquierda de mi hijo José Ángel y al inicio, ni él, ni yo la comprendíamos,
Esa es la mano que da problemas, la que no se porta bien, la que se niega a lavarse con agua y jabón, porque dice, se aburre ahí, y la limpieza no es para tanto.
Esa es la mano que a veces se cree pie, y se esconde debajo de la mesa, intenta incluso caminar sobre la tierra, otras quiere ser ojo, toca las cosas, como si tocarlas fuera verlas.
Frecuente mente quiere ser rama, se cuelga de los árboles, o se vuelve pez y salta sin permiso en los estanques del agua fría.
Esta es la mano que persigue sapos y no para hasta que cada uno de sus dedos han sentido su cuerpo húmedo.
Es la mano que antes de que José A, quiera o sepa, se estira para acariciar el lomo de los perros, y gatos que se encuentran en su camino.
Su mano izquierda, es la típica mano que aun sin querer pasa por cualquier lado chocando contra jarrones, tirando adornos.
Esta es para colmo, la mano que se roba los caramelos y la que después se queda colgando inmóvil, dulce, fingiendo inocencia, como si nada pasara.
Su mano y yo, continuamente tenemos líos.
Yo quiero que deje de creerse paloma dentro de la casa, y esa mano insiste en ser cualquier cosa que le de la gana.
Quiero que entienda que una mano es parte de un brazo, y parte de un cuerpo, y el cuerpo se llama José A, y parte de mi, por que es mi hijo.
Solo que ………………………..la mano desobediente, se niega a aceptar esta verdad.
Es que………….la mano izquierda…………………………….. me dijo un día, mientras yo discutía, con cada uno de sus cinco dedos. ,
¿Y?...Le pregunte, porque no comprendía a que venia ese comentario.
Mira, me dijo mientras levantaba su mano derecha, esta levanta la cuchara, escribe, le da vueltas a las hojas, avienta pelotas y dice adiós.
Mientras mi hijo describía cada una de las actividades de la mano derecha, yo pensaba……………………...todo eso es cierto.
Y esta otra, murmuraba, cerca de mi oído, como si tratara que la mano izquierda no escuchara, ………………….
Y en ese momento,……………………………lógicamente, yo entendí
Desde entonces, cuando esa mano toma una de las mías……………….me dejo arrastrar.
Especialmente si es un día lleno de sol, el y yo, caminamos como la mano desobediente,………….libres y alegres..
                                  Andrea Guadalupe.

   
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