sábado, julio 23

Quizás haya alguien…


Tijuana BC. Jul.  2011.    Quizás haya alguien…

 

Hasta que la muerte nos separe.

El eco de esas palabras pronunciadas por el ministro durante la ceremonia de unión con mi pareja, no habían tomado en cuenta los niveles de testosterona, juventud y placer que le producían a mi compañero, guapo hombre transexual, el retozar en camas ajenas.

Eso puede separar antes que la muerte.

Lo comprobé cuando, le descubrí, desnudo, con una sonrisa estúpida, abrazando a una supuesta amiga en nuestra cama, al regresar de improviso a la casa, debido al olvido de algunas cosas.

Al abrir la puerta, me di cuenta que mis premuras habían terminado, lo mismo que nuestra relación.

Eran años de sueños, ilusiones rosas de un espíritu independiente, tiempo en que pensaba que en el aspecto laboral y emocional, todo estaba adecuado, perfecto.

Sólo que…hasta ese día.

Sin embargo, no me deje abatir por ese golpe, decidí que una relación fallida, no me iba a destruir mi vida.

Así, inicie mi mudanza existencial sin ver atrás, para continuar adelante.

Después de sortear incomodidades, me establecí en mi departamento, pequeño, cierto, sólo que al paso del tiempo, la soledad fue aumentando sus dimensiones.

Aunque aclaro, nunca la quise como inquilina.

Conocí a otras personas, hubo amores que se desvanecieron al amanecer.

Nadie tenía la medida para llenar los vacios de mi alma.

Una noche, en un ensayo de muerte, tuve un sueño, me veía a mi misma, durmiendo de manera serena, y a mi lado, una persona a quien nunca había visto, me abrazaba tiernamente.

La sensación fue tan agradable e intensa, que por un momento, al despertar, creí que era real.

En un principio, sospechaba que esto era debido a mi soledad, y a la intensa presión que había vivido esos días.

Aunque, comencé a preocuparme, cuando percibí, una mañana, en mi almohada, un perfume sutil, dulce, seductor, que no era mío.  

Consulte con mis amistades, me sugirieron que no le diera importancia, que tratara de salir y conocer a alguien.

Sin embargo, no sentía necesidad de compañía, muy íntimamente, pensaba que ya lo tenia.

Aunque, aquella mañana en que al levantarme, descubrí, café recién hecho en la cocina, y ya no lo pensé más.

Fui a visitar a una psiquiatra.

Aquellos medicamentos, me hicieron las noches cortas y vacías, las mañanas frías y difíciles.

Mi extraña visita se había ido, sólo que, una noche, soñé verla cerca de mi cama.

La escuchaba y veía, cargando mucha tristeza, mientras preguntaba: ¿Es esto lo que realmente quieres? ¿Deseas que realmente desaparezca de tu vida?

Era la representación de una pequeña y frágil figura, a punto de derrumbarse.

Desde ese día, he abandonado los medicamentos, ahora vivo como una persona madura, comunicativa, alegre.

Es difícil sentirme sola, aunque no me he comprometido con nadie.

Quizá, haya alguien que me espera cada noche…quizá.

Desde BC, mi rincón existencial, donde la música retro de  Charles Aznavour, me envuelve, haciendo ver mi interior para exteriorízalo.

 ¿Quién? por sustituirme y por destruirme sin contemplación romperá en pedazos todos nuestros lazos y sin compasión mi propio corazón...

Andrea Guadalupe.

 

 

 

   

 


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 

viernes, julio 22

En mi ensayo de muerte…

Tijuana BC Jul. 2011.             En mi ensayo de muerte…

Desde la tristeza que me desploma, desde mi dolor que me cansa, desde mi rincón existencial, desde estas líneas, tiendo la mano.

Y ya no puedo ser solamente quien vive separaciones.

Estoy escribiendo, para que, quien quiera, pueda conocer mi ámbito, por si alguien desea conversar.

Porque escribo para decirles lo que me pasa, de la forma en que trato a la soledad que se impone, de que tan sólo pretendo hablar con alguien, decir y escuchar.

No es la gran cosa.

Con personas diferentes, trabajo, camino, y cada quien, sigue su rumbo.

Entiendo que no debiera ser así, que tal vez, haya sin saberlo, quien me necesite.

Y yo le necesito también, ahora lo digo en voz alta.

Simplemente, tiendo la mano, esperando que alguien lo comprenda.

En mi ensayo de muerte, soñé que mi despojos alimentaba la tierra y de ella me alimentaba.

Que unas manos levantaban las semillas que brotaban del polvo.

Que surgían de muy diferentes colores y texturas, y cada una se distinguía de las otras.

Estoy segura de que fue en ese evento, donde mate a mis divergencias para reintegrarme en forma definitiva, aceptando mis carencias, mis miedos, a la vez que esclareciendo mis esperanzas.

De entre las semillas, imaginé que florecían unas alas de mariposa, adornadas de múltiples colores, y a pesar de las manos estrujando mis restos, persistían reposando, etéreas en mi nueva apariencia.  

El tacto devuelve mi contorno y tomo conciencia de los límites y extensiones posibles.

Observación que me sorprende distraída en relación a un presente olvidado.

Y por si acaso, el desaliento invadiera nuestro encuentro, creo necesario no olvidar que eso hemos logrado: Nuestro encuentro.

Me soñé cercana y expectante, hablábamos de un proyecto, y desperté con un dulce sabor a beso, que espero me acompañe durante el día.

Ahora vivo una soledad amiga, que respeta mis silencios, que me nutre de tiempo permitiendo las reflexiones.

Vivo una soledad tibia y dulce, que me acuna con su canto y devuelve la imagen del espejo.

Una soledad radiante, que esparce energía para buscar con quien compartirla, una soledad sana.

Porque, cuando sólo queda dialogar con melodías, cuando las imágenes se pierden en los relatos de otr@s, cuando el sueño se confunde con experiencias ajenas…entonces y sólo entonces, se esta frente a la verdadera soledad.

Y yo, soy proyectos, anhelos, soy procesos, transito, expectativas, soy mujer.

Y en el intento de explicarme, de encontrarme, comparto con quienes alguna vez asaltan mi pensamiento.

Antes, mucho antes, me distraje en ese universo que es la filosofía.

Cuando comprendí, que sólo existe lo que hubo, lo que ha sido, y sobre eso, la capacidad de re significarlo para transgredir, en lo que será.

Fluyo permanentemente entre los distintos tiempos y perspectivas, que me ofrecen todas las disciplinas a la vez.

La rebeldía en mi vida, es una síntesis de todas ellas en mí.

Es un espacio en el cual, invito a explorarlas todas, poniendo a disposición de mis compañer@s de viaje circunstanciales, lo que ellas aportaron en mi.

Aunque todo, absolutamente todo, tiene un único objetivo: El encuentro.  

Desde BC, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

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jueves, julio 21

El olvido es muerte, porque se opone a la vida.

Tijuana BC Jul. 2011.   El olvido es muerte, porque se opone a la vida.

Está próximo mi aniversario, y esto, me hace hundirme en reflexiones que llegan como las gaviotas al atardecer en las costas de mi península bañada por el Pacifico.

El mar, el viento, el graznido de las gaviotas y el olor a salitre, silencio que sólo se interrumpe por los soplidos, bufidos y algunos aletazos de las ballenas que descansan cerca de la costa.

Comparto una comunicación sin comunicación, con la respiración de ellas acompañando la mía.

Y llegó esta oscuridad, que no me permite ver esas ballenas, aunque sí escucharlas.

Y quizás sean los ecos esas mismas reflexione las que ahora salen por la puerta abierta de mi alma, y llegan a ustedes desde estas líneas.

Lentas, cansadas, buscando refugio, haciendo estrépito en mi ánimo al entender que; El paso de los años, tiene sus beneficios.

La simplicidad que delata el desgaste, y es más notoria si ha habido uso.

La paciencia que surge de haber experimentado que el tiempo es relativo a la búsqueda.

La remodelación, que actúa, cuando la búsqueda ha terminado.

La tolerancia, que se hace más complaciente, cuanto más se ejercita.

La crítica, que es más frecuente, si es inversamente proporcional a las propuestas.

La seguridad, que pone en evidencia la enseñanza ya adquirido.

Y la alegría, que es la única que confunde, pues disimula el paso de los años al concederles sentido.

Y así, desmembrada, partida, tempranamente surcada por el miedo, eternamente marcada por el duelo de tantos seres queridos, como  las hojas de un árbol caído, esparcidas en el espacio y tiempo perdidas.

Entre años de silencio, que se asemejan al olvido desterrado hoy por la chispa del recuerdo joven.

Aplaudo la nostalgia y la narrativa que me permiten encontrarnos nuevamente.

Deseo fecundar la memoria en nuestras mentes y recordar hoy y siempre que el olvido es muerte, porque se opone a la vida.

Si de algo tengo la seguridad en mi vida, es que toda decisión es provisional, aunque no tenga conciencia de esto.

La permanencia en el mundo, lo es, por lo tanto, todo lo que en ella tenga lugar, no puede escapar de esta condición.

Sin embargo, frecuentemente, tomo decisiones como si fueran mi última oportunidad.

¿Qué extraño poder, puedo tener que me favorece para actuar así?

Tal vez deba reconsiderar y analizar el contexto del sentido de lo definitivo.  

Me seduce pensarlo de esta manera, que lo definitivo puede parecerse a lo deseado.

Se traduce en una firme intención existencial la decisión, sujeta al profundo deseo de sostenerla y refrendarla.

Caso único en que el lenguaje, crea realidades.

Tal vez, usar el vocablo; Definitivo, sea un ejemplo más.

Ya que no se refiere a una situación que se verifica ahora, en el cual se manifiesta, sino que anticipa, sólo que no garantiza, algo que se verificara en el futuro.

Y bajo esta visión, me resulta alentador imprimir un carácter definitivo a las decisiones.  

Ups, toda una vida construyéndome, es hora de habitarme.

Hoy, como hace un tiempo, tengo necesidad de reconocerme en las líneas.

Leer lo que pienso, como una forma de afirmarme, de cuestionarme.

De que me cuestionen, y así me ratifiquen.

Desde BC, mi rincón existencial, donde hoy tengo necesidad de comunicarme con quienes se abren a mí y me habitan.  

Andrea Guadalupe.

 



                                              Andrea Guadalupe.

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sábado, julio 16

Reflexiones y micro relatos



Tijuana BC. Jul. 2011.   Reflexiones y micro relatos.

Todos mis contactos de correos electrónicos han pasado a ser parte de mi familia: apenas me escriben.

El pensamiento se creó un cerebro.

El cerebro creó una mujer.

Ella  inventó al hombre,  se lo tragó, lo cagó y lo dejó abandonado en el paraíso.

Viendo que no podía resolver su vida sola, decidió bajar a darle compañía por el resto de su vida.

Me he cansado de amar en silencio, de besar en sueños, de extrañar y no poder abrazar.

¿Qué hago aquí contigo?

Esa ha sido la primera señal disparada en la sien, y la definitiva para terminar una agonía de olvido.

Sólo que la pistola resulto ser de utilería, de circo, y en lugar de una bala, salió una banderita que decía: No se puede olvidar a quien se ama...

Constantemente fingí ser el que no era y tener lo que no tenía, hasta que un día fui la que quería ser y lo tuve todo; sólo que nadie se dio cuenta.

De Cocut en el Callejón del travieso.

En aquel mundo de homosexuales una persona heterosexual vivía dentro de un closet.

Caminaba muy alegre cuando al doblar la esquina, me asaltó una duda; me detuve por un instante, reflexione y luego continúe.

Fue cuando al llegar a casa, descubrí que no traía la cartera.

En esta esquina mi Cristo y en la otra el tuyo.

Que inicie la pelea.

…y antes de irse a robar, o irse para la guerra, oraban y decían… amén

La hija de Herodías me invito a cenar en su casa.

 Quería presentarme a la cabeza de su familia.

¡Sabes!, he tenido un sueño muy extraño y repetitivo, en estos días: sobrevuelo el mundo, los sentidos se me deforman y puedo ver al planeta entero, como a las piedras del fondo del mar.

Logro doblar la línea del tiempo, hacer que sus extremos se toquen y formen un círculo sin principio ni fin.

Y en ese aro, sobresalen siete ángeles con siete candelabros en las puertas de siete iglesias, quemando siete sellos que desatan siete plagas que destruyen toda vida sobre la tierra.

Y también veo también a millones de jinetes inmaculados que son salvados y transformados para el inicio de una nueva era.

 Los veo luchando por alcanzar la luz que los volverá a la vida.

Entonces, con un poder absoluto, aguanto el aliento y despierto.

Acabo fatigada, y sé que la única manera de terminar con estos sueños es empezar la Creación.

Un día de éstos pondré manos a la obra.

¿Habrá quien pueda proporcionarnos en alquiler un niño de tres o cuatro años de edad para las fiestas?

Tenemos un lindo hogar y nos comprometemos a devolverlo sano y salvo.

Tuvimos a nuestro propio hijo, sólo que…no pudo quedarse…y lo extrañamos en cuando llegan las navidades…

Por favor, comunicarse en Belén,  con José y María al teléfono…

Aquel viejo sacerdote y un joven ministro se preparaban para una discusión teológica.

 Oraron  y estudiaron, se pusieron sus libros sagrados bajo el brazo y se llevaron consigo sus teorías.

El sacerdote se llevó su libro "Como Predicarle a un ministro", y el pastor a su vez se llevó el librito "Como Predicarle con Razonamiento a un sacerdote".

Se les veía  concentrados y seducidos por su discusión.

Afuera se mecía el viento al pasar entre las hojas de los árboles, una niña sonreía frente a un espejo; más allá una vaporosa y blanca nube cruzaba el azul infinito y mucho más abajo del  inmenso cielo, criaturas humanas de todas partes morían  de muchas hambres: hambre de  alimento, hambre de atención, de conocimiento…de amor…

Desde BC, mi rincón existencial, donde hoy, recibí una carta de Dios.

En ella me decía que estoy despedida.

Andrea Guadalupe.

                                              Andrea Guadalupe.

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sábado, julio 9

Muriendo con cada respiro.


Tijuana BC Jul. 2011.     Muriendo con cada respiro.

 

Quiero agradecer a quienes se han dado a la tarea de leerme y dialogar conmigo.

Gracias  por inspirarme a compartir algo de mi vida.

 Gracias también a quienes no dejan de darme el ánimo que a veces falta para que siga escribiendo.

Gracias por volver a leer a pesar de los largos silencios que de vez en cuando me invaden. Gracias a este espacio virtual que permite compartir cosas reales.

Cuando empecé a escribir, no esperaba nada.

No sabía porqué, ni para quién lo hacía.

Y ahora, al saber que alguien me lee, que visita la página para ver que hay de nuevo mientras que yo no publico nada, me intimida.

Claro que me alegra saber que haya quien le interese lo que escribo, sólo que me hace pensar en las atenciones que genero, y esas expectativas me paralizan un poco.

Soy consciente de que son unas expectativas imaginarias y que mis ardores no le quitan el sueño a nadie.

Si lo pienso bien, lo que me asusta es la responsabilidad por lo que hago.

Seguir con la tarea que me propuse y llevarla a cabo, ir mejorando, madurando, perfeccionando.

Aunque cada vez más se me hace obvio que las expectativas no son de nadie más, sino mías.

Igual que la inseguridad y el miedo de no ser capaz de cumplir mi propuesta.

Soy yo quién se paraliza a sí misma.

El proceso del cambio es lo mas difícil y se aprende con el tiempo, primero hay que pasar por una revuelta en contra lo establecido, para definir quien soy, y cuando se sabe, de repente me doy cuenta de todo lo que puedo hacer y cuanto valor tengo.

Durante los últimos años he descubierto varios mundos en mí.

En estos mundos habitan varias actitudes con las que trato de convivir.

Sospecho que siempre han estado ahí, sólo que últimamente algunas han crecido mas rápido que otras.

Se parecen bastante aunque a veces me piden cosas que no les puedo dar, algunas son tan rebeldes que hasta quieren todo lo contrario que las otras.

Y yo no puedo hacerles caso a todas.

Quisiera hacerlas felices a todas y hasta ahora, siento que nada hago bien, lo sigo intentando, y así no estoy bien en ninguna parte.

A veces me olvido y los mundos dentro de mí aparecen cuando menos lo espero.

Quisiera encontrar las sendas que conecten esos mundos dentro de mí.

Que le dieran sentido a mi existencia, y me enseñaran hacía donde ir.

No soy inquieta, soy alguien que donde esté, busca su hogar, soy alguien que pretende dormir siempre en la misma cama.

Aunque también, alguien que no espera quedarse en un solo mundo sólo porque tenga que quedarme entre ellos.

Por una parte estoy acostumbrada a jugar ese papel, crecí entre géneros sin pertenecer a ninguno y considerándome parte de los dos.

Me considero diferente, excluida, aunque con necesidad de aceptación.

No sé a donde pertenezco, si sé que tengo que hacer.

Me puedo dar el lujo de solo pensarlo, y comparar los sistemas que me ha tocado vivir.

Al final, creo que vivir en la margen social, es igual de miserable que vivir sin libertad.

Porqué ¿cuanta libertad tenemos l@s integrantes de la comunidad LGBTI?

La falta de libertad nos lleva a la parálisis, igual que acostumbrarse a vivir en los márgenes de la invisibilidad social.

 La falta de libertad es vivir en la parálisis, y vivir en los márgenes de la invisibilidad social, es falta de libertad.

En esos días una se da cuenta de las cosas que está dejando atrás.

De repente las cosas invisibles se hacen significantes, porque al final  son ellas que forman nuestras vidas.

Y son las que extrañamos después de estar más tiempo fuera del hogar.

Y luego hay momentos que no siempre valoro, aunque son los que me hacen saber donde tengo la casa, los que hacen que vuelva

A veces no tengo nada para dar, y el abrirme me trae demasiado dolor.

En esos momentos todo el amor que tengo lo necesito para mí, momentos en que no quiero saber del mundo, en que sólo deseo cerrar mi cortina y quedarme atrás.

A veces no me reconozco, no soy la que pienso ser.

Y es que es uno de los lapsos en el que ya no me basta ser la que soy, pues descubro que ser mujer implica ir transformándome de una época de la vida a la otra, redefiniéndome con cada papel que me toca representar.

Como un renacuajo que pierde sus aletas al convertirse en rana, yo también pierdo algo de mí en el proceso, hay tantas preguntas y tan pocas respuestas.

Siempre creí que la soledad para mí fue algo natural, aunque, en verdad, nunca estuve sola. Siempre compartía mi vida con alguien, que  por alguna razón se consideraba eternamente infeliz.

 No fue fácil, siempre intentaba a soportarla, y al fin aprendí a distinguir mi propia infelicidad, al deshacerme de la carga, mi propia infelicidad ya no pesaba nada.

Fue un gran alivio darme cuenta que mi felicidad no dependía de nadie.

Cuando creí que por fin podía estar sola y disfrutarlo, conocí a alguien tan feliz como yo. Alguien quien no me necesitaba para transmitirme sus penas.

Fue un gran descubrimiento, desde entonces tengo mas espacio para mis propios desgarros. Es bonito tener a alguien a quien pueda contar todas mis debilidades y así recargar mis fuerzas, aunque también veo que con ciertas cosas estaré sola siempre.

Existen historias incomunicables, a las que no hay respuestas conciliadoras.

Saberlo da miedo y aceptarlo es lo más difícil.

Parece que en la vida hacemos todo lo posible para olvidarnos de la soledad, buscamos el amor, eso nos ayuda a vivir aunque en realidad seguimos sol@s y eso no cambia.

 Y aunque suene raro, el darme cuenta, me tranquiliza, me asusta también, y  me hace ver mis relaciones con otro carácter, quizás más realista.

 Ya no las veo como algo que me salve de mi soledad, es algo que me ayuda a vivir, me permite sentirme mas libre y la vez responsable por mi propia (in)felicidad

Y sí, estoy terriblemente sentimental, aunque de pronto se me pasa, cuando cierro la puerta de mi casa, por eso se me hace difícil identificarme con la mujer que soy ahora.

Me siento atrapada en el tiempo, un renacuajo sacado del agua pretendiendo seguir nadando, aunque muriendo con cada respiro.

Siento que no puedo seguir así.

Desde BC, mi rincón existencial, donde necesito volverme un ser nuevo, uno que sepa respirar el aire sin ahogarse…y no sé como hacer...

Andrea Guadalupe.

 

 

 

 

 

 


                                              Andrea Guadalupe.

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jueves, julio 7

Hoy he extrañado mi pasado


Tijuana BC. JUL. 2011.      Hoy he extrañado mi pasado

 

Durante el día escribo en mi mente, escribo casi todo el tiempo, aunque cuando llego a sentarme para vaciar los pensamientos, emociones que acumulo, me molesto frente a mi incapacidad de integrar en unos párrafos todo lo que he sentido…

Hoy me he sentido inteligente e inspirada.

También desprotegida y excluida una vez más.

Estuve en una playa, y llore soñando una vez más con los futuros a los que no voy a llegar.

Viví todo eso, lo pensé, lo sentí en mi cuerpo y sin embargo, acostada ya en mi cama, sentí que no he vivido nada, que estoy perdida y que esta es la única forma de decirlo.

Tod@s vamos dejando la piel en el camino de una u otra forma, lo que no ha de hacerse, es dejarse salpicar de los restos de esas pieles cambiadas.

En está etapa, he tenido más rupturas que en toda mi vida.

Todas las situaciones de desacuerdos y distanciamientos que siempre evité creer empezaron a cumplirse uno detrás de otro.

Y es que las fusiones no son solo cuestión de afecto y similitud.

El tiempo sin embargo, ha logrado lo que yo en su momento no pude.

El tiempo ha hecho que todas mis peleas me hayan dejado de importar.

Mi sensibilidad desde ahora, es solo para quienes comparten la suya conmigo.

Y creo que a pesar de lo egoísta que suena, no lo es en realidad.

Pienso que es más honesto dejar en claro lo que sientes, que fingir que no esperas nada para luego deshacerte de rabia cuando eres desilusionada.

Mis rupturas me han dolido sí, sólo que hoy entiendo que eran necesarias.

Y aunque algunas personas que ya no son parte de mi vida me hacen falta, algunas otras tenían que dejar de serlo.

Hoy me siento segura y tranquila, pues así como algunas ya no son lo que en algún momento fueron, hay también otras que te sorprenden, amores que ni se han roto ni se van a romper...

A veces, separarte de alguien parece algo imposible de lograr.

La mente hace una serie de  operaciones absurdas que solo te permiten pensar en lo bueno que hubo, como si todo eso que te llevó a terminar no hubiera existido nunca.

Sin embargo, los años pasan y una aprende.

Aprendes a darle un valor y un espacio a eso que tú sabes que necesitas y que la otra persona no puede darte.

Y, aunque digan que todo lo que termina, termina mal, digo yo que es posible despedirse sin peleas cuando las cosas dejan de ser lo que fueron o pudieron ser.

Tal vez, aunque algunas veces los intentos de amor fracasen,  hay personas a las que no se puede dejar de conocer y querer.

En está etapa, me he encontrado con un camino que podría seguir toda mi vida., con personas de las que aprendo y que son parte de este mundo que siento creado para mí. Quizá por eso volví a escribir.

He conocido a alguien por quien me dejó de dar vergüenza que esa sea una realidad para mí. Avancé algunos pasos en el reconocimiento de mi fragilidad y de lo dura que puede ser a veces la necesidad de querer y de que sea mutuo.

Busqué y esperé de mil formas distintas un amor que no se me dio.

Y aunque cerré la historia con el dolor de haber escogido a alguien que no me podía querer, quiero creer que eso no significa que este final haya sido su intención.

En está etapa, me he dado cuenta que lo que yo creía que era amor propio, era en realidad el reverso de un constante sentimiento de exclusión y de inferioridad.

Un sentimiento que en los últimos años se había hecho cada vez más presente generando una rabia con la que casi me acostumbré a vivir.

Sólo que han surgido algunas cosas buenas también.

Podría hablar de nuevas presencias.

Personas que sin saberlo me han ayudado a ponerles nombre a sensaciones que viven en mí y que nunca termino de entender.

Personas que a lo lejos comparten la sensación de esa indescifrable sensación, de donde vienen esas preguntas eternas que no tienen respuesta, aunque que tampoco podemos dejar de formular.

También podría hablar de lo mucho que me he reído, de lo conectada que me he sentido a mi cuerpo, de las veces en las que aunque de forma efímera, me he sentido absolutamente plena.

Está etapa ha sido una locura.

Y aunque termina dejándome algunas heridas abiertas, me deja también miles de momentos bellos e irrepetibles  en la memoria.

Momentos que son motivo para alcanzar lo que hasta ahora, se me ha estado escapando de las manos.

Desde BC, mi rincón existencial, lugar donde hoy he extrañado mi pasado y me he asustado de las decisiones que podría tomar.

Andrea Guadalupe.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
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