jueves, mayo 26

Aprendiendo a convivir.

Aprendiendo a convivir. 
                                     
Tù que me lees, intenta pasar la vida rechazando el sexo biológico con el cual naciste y el género al cual fuiste asignad@ y así te educaron.
Ahora piensa en explicar lo que sientes sin palabras, observa a tu alrededor, imagina lo que la gente ve, señala,  ¿sonríe o pone cara de sorpresa?
Si la experiencia te ha agotado, abre la mente y sigue leyendo.
Much@s vivimos todos los días esta realidad, somos discapacitad@s sociales.
Algun@s se han adaptado a la situación, a fuerza de costumbre.
En unos casos, arropad@s por la familia, el entorno, en otros, sol@s y margind@s.
La eliminación de barreras, familiares, escolares, políticas, han sido la batalla contra la desigualdad injusta que hemos sufrido.
Hemos crecido acostumbrad@s a los obstáculos que hacen la vida imposible, son numerosas las actitudes antisociales, por falta de sensibilidad, afortunadamente se van eliminando poco a poco, aunque demasiado poco a poco. 
Por desgracia es la ignorancia la barrera mas grande.
Los heterosexuales ven la diversidad sexual con un gran desconocimiento.
Se sitúan por encima o por debajo de una persona participante de la comunidad, piensan que es superior, por enfrentar estigmas con que nos etiquetan, o un ser, enferm@, depravad@, suci@.
Nunca piensan en la normalidad, la normalidad la ocupan ell@s.
Una de las razones más importantes del desconocimiento es el miedo.
No se acercan por miedo a contagiarse, no quieren pensar en la diversidad como tampoco acercarse, a quienes vivimos en ella, por si con eso la llaman a sus puertas.
Me parece extraña la situación, dado que convivimos con esto uno de cada diez seres humanos.
Cuando se habla del colectivo de la diversidad sexual, se da nuestra situación por entendida, parece que, en el, tod@s, hacemos lo mismo, sin que se note alguna diferencia.
Esto no es así.
La mayoría de l@s integrantes del colectivo, hacemos frente a necesidades cuya satisfacción hay que considerar como cuestión de derechos humanos.
En el imaginario colectivo, el miedo, hacia nuestra existencia, nos ha formado un horrible destino de vicios en el alma.
Hay ciegos de mente que ven objetos, formas, sólo que no quieren ver la realidad de nuestra necesidad por una verdadera integración.
Creen luchar contra monstruos, y como dijo Nietzsche ,cuídense de no llegar a ser monstruos.  
Cualquiera que conoce nuestro mundo de cerca, sabe que es el mismo mundo de tod@s.
Un mundo en el que es posible vivir, si luchamos por aprender a convivir.   
Andrea Guadalupe.

                                



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