jueves, julio 12

¿Cómo estás…?



       

Jul. 2012.  ¿Cómo estás…?


Sueño raro últimamente.

Debo tener una mezcla de mil historias en el inconsciente que salen cuando duermo, sólo  que las vivo como si fueran reales.

No hay noche que no me despierte hablando sola, a veces susurrando, otras alterada con taquicardia incluida, los días pasan demasiado rápido y no hay tiempo ni para respirar, porque ni dormida respiro tranquila.

Los sueños raros me persiguen en las últimas semanas.

Debe ser el ritmo frenético que llevo, el estrés acumulado, las ganas de tirarme en el sofá más de un día seguido.

Demasiada información, demasiada gente, demasiado ir y venir, demasiado uso de todos los sentidos al mismo tiempo.

Estoy convencida de que, cuando venga la calma no tendré tanto choque nocturno.

O eso o que voy a tener que empezar a ir a un psicoanalista pues la tormenta nunca avisa.

Es así de cruel, de impaciente.

Es brusca, no tiene piedad.

No se puede ver el sol sin antes soportar los días de lluvia.

¿Cómo estás? - me preguntan.

Contesto siempre, ya no piso el cielo o el infierno, aunque sí rozo las cenizas, y a veces despego hasta tocar las nubes.

Sólo que me quedan los días grises, que son peores que los negros cuando todo va medio bien.

Apenas respiro, se me agota el oxígeno, demasiadas desilusiones. 

Creí que no tendría tiempo para pensar, aunque siempre lo encuentro entre apuntes, o en la cama antes de enfrentarme al insomnio.

Esta noche no va bien, sé que se va y tratar de retenerla será darme contra un muro que nunca conseguí atravesar, no asumo que ya no me quiera, que ya no quiera sentirme, que ya no quiera verme, que me olvide, porque sé que me está olvidando... que se quiera marchar para encontrar su verdad, y sentirse libre y limpia, y poder dormir por las noches tranquila, en paz.

Cuántas noches, sin embargo, me quedarán a mí para no tropezarme con los fantasmas del recuerdo...Estoy harta de la gente que pasa por la vida pisando fuerte, más bien machacando y luego se marcha como si nada.

Atrás dejan los malos tiempos como quien oye llover.

Retoman su camino, piden un par de disculpas y se marchan por la puerta de atrás, y desaparecen de la faz de la tierra.

Después de un tiempo vuelven para irse y para volver a volver.

Y así, sucesivamente.

Reconocen sus errores, aunque los siguen cometiendo.

Desarrollan estrategias de retención, de manipulación, inconsciente o no, te llevan a su terreno y consiguen que caigas una y otra vez.

 Y yo caigo, no por lo que pudo haber o se pudo sentir, no por revivir ni remover el pasado, sino por lealtad, por ser fiel a un cariño que no se rompe porque sí, que no anda entre arenas movedizas, que no se parte en pedazos que se reparten entre mil.

Porque puedo ser cualquier cosa menos infiel a lo que siento.

Y es que la vida no deja de sorprenderme.
Porque: ¿Quién se hace cargo de mi dolor? ¿Quién me aguanta a mí? ¿Quién me escucha y está ahí? ¿Quién se acerca siquiera para preguntar: hola qué tal, ¿Cómo te va?

¿Por qué tienen todo el derecho del mundo a aparecer y a desaparecer cuando les da la gana? ¿Qué hay de mis noches en vela, de mi rabia contenida, de no poder marcar un número de teléfono a cualquier hora? ¿Qué hay de mis lágrimas, de mi dolor, de tener que desahogarme con la almohada?

No quiero que me regalen los oídos, no necesito dosis de palabras bonitas, ni agradecimientos ni confesiones de madrugada.

No quiero otorgar derechos a cambio de no tener yo ninguno.

No quiero excusas, desencuentros, verdades y mentiras a medias y sobre todo, no quiero promesas que no valen nada.

Y nada significa, nada, y eso duele, cómo duele.

Porque ya no distingues el amor del odio, la cabeza te baila al son de una melodía desafinada, respiras y te ahogas al mismo tiempo, crees reír y lloras, y la lluvia lucha contra el sol y los sueños contra las pesadillas.

Te encuentras para volver a perderte, callas por no gritar, y eres tan fría como cálida, ya no esperas nada, aunque no te levantas de la silla.

 Te levantas y vuelves a acostarte, gimes de dolor y de placer, necesitas un abrazo y lo rechazas, tomas aire y te atragantas, escribes y borras, comes y vomitas,  escuchas su voz y deseas acallarla, te acuerdas y quieres olvidar, madrugas y Dios no te ayuda, hay luz y tropiezas con la oscuridad, vives malviviendo, quieres besarla y abofetearla, se acerca a ti y le das la espalda, avanzas y quieres retroceder, te acuestas sola y te sientes completa, te acuestas acompañada y te sientes vacía... porque en el fondo el alma te pide a gritos que no huyas.  

Que el proceso hay que vivirlo de principio a fin, con lo bueno, con lo malo, con lagunas, con dudas, con incertidumbre, con pena, porque más allá, al final del túnel, encontraremos la entrada a la tranquilidad del espíritu.

Y hasta entonces, al camino es largo, casi infinito, apenas un infierno.

Hazme el favor de pasarte por mi casa, abre la puerta y mírame... y así podré descubrir si lo que me pasa es que he empezado a odiarte o es que aún te sigo queriendo.

Tengo tres post-it pegados en la pared: uno verde con la palabra abrazo, uno naranja con la metáfora disparo, y otro rosa que dice nada.

El naranja está que se sale, como el prisionero eterno que cuenta los días para salir de la cárcel.

El verde apenas está en blanco, por detrás del rosa.

Me queda trabajo por delante, y ya que nadie lo está haciendo ni lo hará por mí.

 Voy preparándome, concientizándome... y para eso necesito no sentir el más mínimo rencor.

Nada de rabia, de reproches, nada de ataques.

Que sólo queden restos de un dolor que se haga trizas.

Que sea yo, que seas tú.

Que nos escuchemos y nos respetemos, que nos queramos una vez más.

Que antes de cerrar la puerta, tome los post-it, y después sepa tirarlos a la basura con una sonrisa.

Me voy un rato.

No sé cuánto tardaré en volver, necesito escaparme unos minutos de aquí.

He vivido demasiado tiempo a expensas de palabras que no se pueden demostrar y de besos que se quedaron en el aire.

Pise la tierra con firmeza y me tragué el dolor para seguir a su lado, aún sabiendo que el laberinto no tenía salida.

Como borracha dando tumbos, como eterna perdedora que se resigna a seguir perdiendo, como drogadicta que necesita su dosis diaria, por más mínima que sea.

Afortunadamente el tiempo perdona y cura, y ofrece nuevas oportunidades, otros paisajes, canciones frescas y sábanas limpias cada noche.

Te ordena y te quita la razón, te alivia, te calma.

El tiempo te enseña, te levanta y te arregla.

Te hace la vida más fácil y es justo ahí donde hay que aferrarse a la luz al vuelo,  tener la suficiente valentía como para mantener ese equilibrio que siempre depende de un hilo.

Equilibrio que se me ha ido antes de empezar a escribir.

No es tristeza exactamente, sino esa mezcla explosiva que a veces me atormenta. Rabia, ira, frustración, impotencia, rencor.

No sé si es dolor, no sé si sufro por lo que no pudo ser o porque despego y aterrizo constantemente sin poder mantener una línea constante.

Emociones cruzadas y enfrentadas.

Es querer y odiar, sentir y no sentir, soñar y no dormir, vivir y malvivir.

Sí ó no, ahora ó nunca, blanco ó negro, hola ó adiós.

Y ahora como música de fondo, sólo silencio, perdida en mis contradicciones.

Sin post-it en la pared,  salir, ser libre en cuerpo y alma,  para, por fin poder decir: Bien, gracias por preguntar.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, celebrando sus apenas 123 años.

Ciudad que me ha visto crecer, con  mis triunfos y fracasos.

Andrea Guadalupe.

                                    
 

sábado, julio 7

Para vivir, bajo el sol de la noche.



  

Escribir, para mí, ha sido siempre una necesidad, quizá por mi retraimiento, o en parte porque me viene en los genes.

Escribir, me parece la forma más agradable que me permite releerme en cualquier lugar y compartirme con algunos de mis seres queridos.

Mis textos, dicen mucho de mí, me hacen conocer los sentimientos y pensamientos que viví con el apasionamiento de quien descubre una forma nueva y fresca de expresarse.

Ha sido duro.

Y me va a seguir costando compartirme.

Lo siento, soy tímida y reservada.

Solo que hoy necesitaba expresarles mi alegría.

Después de todo, a estas alturas, forman parte de mí.

Jul.2012.  Para vivir, bajo el sol de la noche.

Sin nosotras, se cansa la luz, no queda nadie en la ciudad, se cierran los cafés  y los libros, los árboles no distinguen otoño de primavera.

El silencio se confunde y cree que es música.

El cielo baja hasta la tierra y muere.

Se puede caminar, aunque, sólo hacia ninguna parte.

Y se puede huir, si, nada más que sin punto de partida ni de llegada.

Sin nosotras, los recuerdos de las caminatas en el crepúsculo, ya no tienen sentido, los pájaros se olvidan de volar y caen como piedras; el humeante café,  parece té frío.

Somos las puertas de entrada a este mundo; los barcos que navegan los ríos del corazón; somos el amor y también la pena.

Para que siga habiendo razones hacemos falta.

Hacemos falta para tomarnos de la mano, para que despierten a nuestro lado, para que nos descubran con el cabello extendido sobre la almohada, para besarnos en el cine y comer chocolate.

 Hacemos  falta para que nos recuerden, cuando nos hayan perdido, para esperarnos, aunque no lleguemos, para llamarnos aunque nunca contestemos.

Hacemos falta para llorar, para gritar nuestro nombre en las calles frías de la madrugada.

 Hacemos falta para caminar, para escribir, para vivir, bajo el sol de la noche.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde estoy convencida de que: sin nosotras, no hay vida.

   

 
 

viernes, julio 6

Por destino, el origen.



Tijuana BC. Jul. 2012.        Por destino, el origen.

Si yo pudiera crear un poema para solucionar problemas, buscaría palabras mágicas: para dormir a los niños inquietos, para invocar al tiempo cuando un libro nos espera  por la noche, cuando hace frío y los cobertores no son suficientes, para espantar al aburrimiento, para hacer la comida cuando tenemos prisa.

Hacen falta palabras mágicas para tantas cosas…

Voy a escribir una prosa que tenga fines prácticos, útil, sin pedanterías.

Será para gritarse en tiempos de verdadera tempestad o de absoluta calma.

Antídoto contra el insomnio y los malos sueños, para las desahuciadas de sí mismas y de los doctores y las ganas repentinas de llorar.

Palabras necesarias,  cotidianas,  de todos los días, que cierren heridas, las grandes y las terribles.

Palabras pomada, palabras de tepezcohuite, al alcance del desconsuelo.

Esta es la historia de un grito, que era un rumor, que era un murmullo, que era un suspiro que quería ser beso.

No lo logró.

Es la historia de una mujer que no hacía ruido al caminar aunque su eco era infinito

Sirviendo besos a pedir de boca.

¿Me sirves un beso otoñal concentrado?

El punto es la orilla del abismo, el punto es que no estás aquí, cerca de mí.

¿Me diste punto final?

Abro paréntesis. (Le beso despacio, en cada espacio). Cierro paréntesis.

La coma es el reposo de la palabra, es el freno de labios.

La coma es un punto que ya germinó y tiene su primer brote

Tú tienes el poder de colocarme en el punto suspensivo, seguido o final.

No quiero ser tu paréntesis o ser la coma de tu olvido.

Gritaba la sombra desesperadamente, como si se tratase de algo urgente.

El cuarto vacío, ese donde nadie entraba, era ahora su tumba.

Dicen que en alguna parte, hay alguien con tu mismo rostro.

Si lo encuentras, una de las dos se convierte en sombra.

Por eso evito viajar.

¿Puedes elegir tú destino? ¡Vaya pregunta!

Presuntas preguntas presumidas

La pregunta más importante: ¿quién soy?

Preguntas capciosas que provocan respuestas incómodas, no tengo ninguna duda de que tú las tienes todas.

Silencio… Como respuesta a tanta pregunta,  esta cama, no sirve sin ti,

¿Sirve tu nombre sin mis labios?

 Besos distantes sólo sirven para imaginarte

Solo el silencio responde tu pregunta.

El temor de preguntar, abrió distancias…Preguntas que tiemblan al ser pronunciadas 

Las preguntas son disparadores de curiosidad,  le respondió con la mirada.

¿Qué hago con tus preguntas interminables?

Soy la voz que te pregunta, soy la pregunta sin respuesta preguntándote

No preguntes… No sirvo para interpretar tus silencios… Muerto el amor, deja… Preguntas silenciosas

Pregunto porque una duda está suspirando.

¿Los signos de interrogación son las olas en este mar de dudas?

Pregunta sin sentido, pregunta con sentimiento

Cuando se escribe todo junto no hay espacios para la duda.

Sobran respuestas indignas para preguntas desamparadas.

Hay una diferencia notable entre sembrar y sepultar una duda

Pregúntame lo que siento sin preguntar, este amor no admite preguntas, responde…

Eres respuesta a todas mis preguntas

Sólo tu voz me canta silenciosa

Mira mis ojos; ¿responde tu pregunta?

Mis manos preguntan, tus caricias, responden

Pregunto, ¿dejarías, matarte con un beso?

Preguntas intensas, inmensas, mensas, tensas, preguntas que me atan y torturan 

Filosofaba presuntas respuestas para preguntas supuestas, sus caricias sirvieron para recordarle eternamente

Aprendemos haciéndonos preguntas, no repitiendo respuestas

La duda respira por los peros.

Aprendemos haciéndonos preguntas, no repitiendo respuestas

Desde Tijuana BC, donde descubro que, de mis antepasados, tengo el vaivén del mar, la sal en la piel y por destino, el origen.

Andrea Guadalupe.

 


 

martes, julio 3

Felicidades.


Tijuana  BC. Jul. 2012.  Felicidades.

En estas elecciones del pasado 1 de jul., mi voto fue para Andrés Manuel López Obrador, y, aunque se maneja a Enrique Peña Nieto como ganador, quiero felicitar primero a la Sra. Josefina Vázquez Mota por su actitud y palabras que privilegian la razón por encima de los ataques o censura, la cortesía y respeto por encima de la injuria, y el dialogo por encima de la intolerancia.

Hago mías sus palabras al decir: Reconozco a mis adversarios por el trabajo realizado.

Con el voto de hoy, los ciudadanos decidieron el México en que ellos y sus hijos vivirán.

Reitero que seré una vigilante exigente y cotidiana de que se haga lo correcto para todos los mexicanos.

Las victorias de ayer, pronostican, sin duda, las de mañana.

Deben entusiasmarnos.

Las derrotas deben enseñarnos.

Y en cuanto al Lic. Enrique Peña Nieto, le tomo la palabra al referirme a su discurso de victoria en el auditorio Plutarco Elías Calles del PRI en los últimos minutos del 1 de julio.

A quienes votaron por otras opciones, les aseguro que gobernaré para todos.

Tengan la certeza de que me esforzaré al máximo para dar respuesta a sus legítimas demandas.

La mayoría de quienes votamos, no lo hicimos por él y no puede ignorarnos.

A él le da el triunfo, a grosso modo, 18 millones de votos contra 15 de AMLO y 12 de Josefina Vázquez Mota.

Que su triunfo parece indiscutible, sí, más de 3 millones de personas más votaron por él… aunque la mayoría de quienes votamos, no.

No puede ignorar a 27 millones de mexicanos.

Voy a ejercer una Presidencia democrática, que entienda los cambios que ha experimentado el país en las últimas décadas y actuaré conforme a las nuevas realidades, de democracia plena de libertades y de participación social.

La ciudadanía a la que gobernará a partir del 1 de diciembre no es la misma que gobernó el PRI.

Aunque quisiera, no podría, eso incluye a la participación ciudadana.

Cuando el PRI gobernó no teníamos agrupaciones fuertes, que criticaran las acciones del gobierno federal y los locales.

Voy a ejercer una Presidencia moderna, responsable, abierta a la crítica, dispuesta a escuchar y a tomar en cuenta a todos.

Me centro en "abierta a la crítica".

Los medios tampoco son los mismos que cuando gobernó el PRI desde Los Pinos.

Algunos dueños de medios podrán ser los mismos, aunque, quienes trabajan no y más aún: quienes leemos, vemos, o escuchamos, somos ciudadanos más informados que tenemos acceso a medios en internet y que influimos.

Y a redes sociales, que nos comunican a un click de distancia con el mundo…

Reitero lo que dije en este mismo auditorio durante mi campaña: quien no tenga un compromiso firme con la democracia, las libertades y la transparencia, no tiene cabida en este proyecto para transformar a México.

Esto es clave, porque, el PRI ha dado muestras de que no han cambiado en los muchos estados que sigue gobernando.

Espero no sólo que Peña Nieto lo diga en serio; sino que lo tomen en serio todos los priistas.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde comparto la idea, de que en estas elecciones, no ganó un candidato…Ganó México.

Andrea Guadalupe.