jueves, abril 7

Escúchame con tus ojos, ya que tus oídos están lejanos.


Abril  2011.    Escúchame con tus ojos, ya que tus oídos están lejanos.

 

He intentado combatir el olvido, ser un recuerdo de sombras y piedra.

He luchado  contra el horror de no comprender: ¿Por qué negar la necesidad de ser parte de una historia?

He intentado hilvanar los fragmentos de mi vida utilizando el hilo de la evocación, que es la frontera que se disuelve en un mar de sueños que danzan entre el flujo y el reflujo de mociones inaccesibles, cambiantes, impredecibles.

Al reflexionar en esto, creo necesaria una definición que incluya las diversas interpretaciones del pasado, partiendo de la premisa de que no existe una memoria única, sino múltiples relatos.

Una inventa el pasado, la memoria inventa.

Al ser parte de una historia común, no habla una de muchas cosas, porque supone que todo los integrantes la vivimos al mismo tiempo y conocemos por lo tanto los hechos, no hay entonces nada nuevo de que hablar.

Al reunirme con otras personas, se narran viejas acciones que se transforman en recuerdos, de una u otra manera se mezcla lo que podría llamarse la reconstrucción con los datos proporcionados por el presente y proyectadas sobre el pasado reinventado.

Sin embargo, puede suceder que una se da cuenta que no se vivieron los mismos sucesos de la misma manera.

La memoria es lo que recompone el pasado.

Es cuando se encuentra una manera de percibir el mundo y transformarlo, o al menos, entenderlo o recordarlo.

Porque me desconcierta el paso de los años, realmente no sé si me ponen triste o contenta.

Se dice que el transcurrir del tiempo, es masacrar, yo digo, que es como una ruleta rusa, donde vas viendo caer a los lados a tus conocid@s, amig@s, o parientes.

Y empiezas a aceptar que cada persona que se cruzo alguna vez en el camino, se está yendo yeso permite hacerse a la idea de la propia muerte.

Esto llena el pensamiento de que una no tiene la edad que cronológicamente viste.

Yo me sigo sintiendo como cuando más o menos conseguí un yo, me establecí en el, y ahí sigo viviendo.

Con el tiempo, he ido aprendiendo a aceptarme, a mi modo de ser mental.

Escribir cualquier otra historia, es volver a cuestionarme las mismas preguntas.  

Poner en líneas todo lo que una tiene, es una entrega absoluta.

Por que cuando se descubren los pensamientos, se hace un momento especial en la relación, en la expresión escrita que, es donde nos conocemos, nos apreciamos, nos valoramos y amamos.

Todo registro, imagen o palabra, admite un universo de significados que superan el nivel de la evidencia.

Es en ese nivel donde se puede esperar una redistribución de lo sensible que transforma las formas de percibir, escuchar y ver, la convergencia de las imágenes y las palabras del pasado, los recuerdos recuperados, los acontecimientos evocados, los hechos sabidos, los horrores intuidos, las heridas no cicatrizadas, las vidas perdidas, las historias oficiales, y el avance del olvido.  

Tal vez la memoria es menos verdadera que decorativa, tal vez en el mar de sueños que se disuelven, están los hechos.

Ese es el olvido que he tratado de combatir, sin dejar de gritar las verdades que haya que gritar, y aunque el tiempo carece de aduanas, de mi boca sale el grito del fin del mundo y trato de ser un recuerdo de sombras y piedras.

Desde BC, mi rincón existencial donde las penas y tristezas de piedra, no dan sombra.

Me detengo a su lado, siento que quiere decirme algo y escucho.

En un susurro al oído me pregunta si todos los rincones son tan desdichados como él.

Y le cuento que los hay que extienden, libres hacia el cielo...que en invierno cuando hace mucho frío, el musgo pone calcetas verdes en sus pies....y que arroyos de alegres aguas, les refrescan en verano.

Y se queda contento porque le digo que volveré y que no lo haré sola.  

Andrea Guadalupe.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 


lunes, abril 4

En la distancia, un abrazo.


Abril. 2001.   En este mundo diverso, los extremos opuestos, son lo único que guarda semejanza con su contra parte, es una realidad.

Una intensa luminosidad, ciega, no permite ver, así como la más absoluta oscuridad.

Los seres humanos, por nuestra esencia, transitamos entre Eros, el instinto de vida, el principio vital de conexión,  y  Thanatos, Hypnos y Hades, los hijos de la noche y la oscuridad asociadas a la muerte.

Como reflejo de esta dualidad, nuestras manos y los pies que llevan nuestros pasos, son a la diestra y la siniestra.

Se nos ha dicho que nacemos con tendencias naturales a la virtud y la maldad, impresos en nuestro mapa genético.

Que debemos actuar contra la perversidad.

Tengo una teoría que me da vergüenza comentar.

Hasta hoy, no he conocido a quien no se pueda querer, si se le trata y comprende.

No creo en la absoluta virtud, como tampoco en la más completa maldad.

Sostengo que las personas tomamos el buen o mal camino, no por elección, sino por necesidad o influencias que nos afectan y aun no entendemos, por nuestras circunstancias y por antecedentes.

No comprendo por qué el bombardeo de la propaganda moral, siempre esta tratando de persuadirnos, de que hay que odiar y temer a otr@s, cuando vivimos en un mundo tan pequeo.

Yo pienso que las bajezas, son también parte del mundo, y que debe alcanzarlas, la bondad del amor.

Creo que, a veces, el enemigo se encuentra en nuestro interior, en esa persona que se refleja cada vez que se mira al espejo, que es victima de si mism@, por su óptica, sus miedos, sus prejuicios.

El ser humano, es la obre por excelencia, que ha pesar de nuestra condición corrompida, somos lo más grande que existe sobre la tierra, grandeza que puede ser motivo de perdición.

No debo, creo yo, actuar contra quienes somos conciderad@s, inmorales, pervertid@s, pervers@s, indign@s, infames, depravad@s, lacras, malvad@s, maldit@s, pecador@s, deshonest@s, sino con ell@s, por ell@s, por nosotr@s.

Trabajando para que se haga el milagro, así como el agua se convirtió en vino, para que, por la ley infinita del amor, la vileza se transforme en dignidad.

La tarea, consiste en ayudar, aun en la debilidad e imperfecciones, a que actué en el mundo esa ley que hará, que al final de los tiempos, nos encontremos en eterna unión en el amoroso espíritu del Creador.

Aunque seguramente, mi teoría no agradara a quienes piensan que por considerarse: Normales, rect@s, justos y decentes, están salvados.

Y quienes somos: Anormales, rar@s, extravagantes, según la óptica de un mundo binario, por haber nacido divers@s, estamos condenad@s.

Desde BC, mi rincón existencial, donde descubro que todo es decisión, aunque toda decisión, es evidente.

Conmoción violenta que arrebata y destruye la noción de la vida al contemplar y reconocer el aspecto dinámico de la realidad.

Realismo que investiga las consecuencias, para descubrir las causas.

Porque, cuando se niega la responsabilidad, inicia una sensación de seguridad, falsa, sustentada en justificación.

El realismo, sustenta su fuerza en la responsabilidad.

El realismo lo es, por la manera en que la acción transcurre, no por el retrato de un ambiente.

En la distancia, un abrazo. Andrea Guadalupe. 

                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.