jueves, mayo 26

Benditas las hambres de saber y de sabor...


Benditas las hambres de saber y de sabor...


Bendit@s, l@s que tienen hambre de si, y se sumergen hasta lo mas hondo de su ser.
Bendit@s, l@s insatisfech@s por la sed de beber de su propio pozo, y devorar las grasas impregnadas en los rincones de su alma.
Benditas las mujeres hambrientas de amor, hechas de hilos de encajes , que tejen la vida con la magia de la tradición, la cocina limpia, el café en su punto, la cama hecha y la maceta en la ventana regada con ternura , arrastrando la luna, que mes a mes, arrebata su cuerpo hacia mareas rojas, preñadas de vida.
Bendita el hambre de los hombres, con deseos de saber, que buscan en este breve existir.
Sus manos convierten el árbol en mesa, el trigo en pan y la leche en mantequilla.
Generosos, no necesitan exhibir espadas para demostrar que son guerreros.
Su sombra es como un nido para toda su familia.
Bendit@s l@s que veneran el sol, a la flor, a el agua, a la tierra.
Tienen un corazón que late al ritmo de las estaciones.
Ell@s saben llenar sus vasos con agua de lluvia, y cocer el pan al calor de la amistad.
Bendit@s quienes entonan la oración de San Francisco de Asís.
Bailan al ritmo alucinado de los girasoles de Van Gogh.
Hacen suya la sabiduría budista que no se ata a la nostalgia del pasado, que no se ahoga en la ansiedad del mañana.
Saborean tan solo el presente.
Benditas las mañanas que continúan a la vida real, después de una muerte ficticia.
Y la edad que va cincelando arrugas en cada historia.
Bendit@s sean quienes cargad@s de años, no tienen miedo al final
Bendit@s quienes en el ansia de ver repartido el pan de la vida, se sientan a la mesa con un espíritu alegre y tienen derecho al vino que riega de buenos deseos el corazón.
Benditas las manos que traducen sentimientos, siembran caricias y calman la sed de afecto.
Y los ojos repletos de luces y palabras con sabor a besos.
Y el insaciable apetito del silencio, leve como el suspiro de un alma enamorada.
Benditas sean las gentes con hambre de Dios.
Benditos los volcanes activos en las entrañas.
La bandera arco iris, símbolo de la diversidad sexual.
Los libros que nos leen, los poemas cuyos ecos, resuenan en el hueco del alma.
La calle desierta al amanecer, la vida sin miedos.
Benditos los cuchillos de punta redondeada, concientes de que sus cachas están hechas de madera, las jaulas abiertas de par en par, las agujas que tejen calidez humana, y los espejos que reflejan los regalos de la existencia.
Benditas las hambres de saber y de sabor, de libertad en el amor, de Dios bajo todos los nombres.
Hambre de paz, satisfecha en la justicia, la mas bendita de las hambre, y capaz de destruir ...el hambre maldita.
   Andrea Guadalupe

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