Marzo/009. Historias, solo historias.
Platicaba yo con el Cristo crucificado que tome de aquella tumba, situada en el cementerio de mis recuerdos.
Señor, le preguntaba, con voz de sufrimiento; ¿Por qué hay en el mundo poca religión?
¡Que eso no te cause irritación!
Sábete que cosas muy malas suceden donde hay demasiado culto.
Prefiero que los seres humanos vivan con poca religión, pues pueden ser buenos aun sin ella, a que se maten o envilezcan en nombre de las creencias.
Dijo el Cristo para tranquilizarme.
Caramba Señor, en ocasiones no te entiendo.
Me doy cuenta, respondió el Señor sonriendo.
Quizá la excesiva religión te ha cegado.
Aparta esa inutilidad de teologías y rituales y entonces mi mensaje se te aparecerá sencillo y claro.
Mi palabra, aunque la hayan enturbiado, es palabra de amor.
Y el verdadero amor, nunca es difícil de entender.
Andrea Guadalupe.
Esa persona pasa la existencia sola en su vivienda, muy apartada de la sociedad, de la gente.
Los demás hombres desconfían de él, las mujeres lo ven con recelo y no lo saludan, su presencia alimenta la imaginación de los chiquillos y le ven con miedo.
Y es que este hombre mató a un ser humano, crimen por homofobia fue calificado.
La persona a quien asesino, a pesar de haber nacido como varón, desarrollaba su vida como mujer, se hacia llamar Perla, atendía un negocio de arreglos florales aparte de su hogar.
Un día Pedro, el hoy homicida, envalentonado por el alcohol, ofendió a Perla sin motivo, le dio un puñetazo que le tiro por tierra, saco un puñal y lo clavo repetidamente en el vientre de Perla.
Está, deteniéndose con las manos las entrañas para que no se le salieran, se sentó a morir recargada en la pared.
Varios años estuvo Pedro en cárcel por su crimen, aunque nunca quiso revelar los motivos que le llevaron a quitar la vida a otra persona.
Cuando purgo su condena, regreso a su comunidad.
Nadie le quiso ver, y hasta la fecha, él a nadie ve, con nadie se habla.
Saluda solo con un gesto brusco, sin palabras.
Por las noches, en su vivienda, bebe hasta embriagarse.
Alguien cuenta que una vez le escucho hablar en su borrachera y decía; Fíjate Perla que…….tenia miedo de que dijeran que yo……… ¡Tan macho!.....y mira que……quería vivir contigo. Andrea Guadalupe.
Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
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