Marzo/009. En la tristeza de mis tardes…………………..
En el camposanto que resguarda mi memoria, se ubica una sepultura.
Por las tardes, cuando el perfume de las pomarrosas que crecen silvestres entre las tumbas que recuerdo, esparcen su fragancia que en esas horas se hace mas intensa, de ese sepulcro nace una voz que dice a quienes la saben escuchar: Fui compañera y amiga de integrantes de la comunidad de la diversidad sexual, y de quienes se asumían como heterosexuales, sin ver que simplemente somos parte del género humano.
Había quienes pensaban que yo tenia todas las respuestas porque enseñaba que el sexo se lleva entre las piernas, el género entre las orejas, que no existen preferencias sexuales, si orientación, que no es cuestión de hormonas como se logra vivir mejor, si con tolerancia y aceptación.
Que el abanico de diversidades que llamamos vida, es mas amplio que el blanco y negro, bueno o malo.
Solo que cuando me preguntaban por qué existen humanos inhumanos, adultos que destruyen la vida de infantes, por qué la intolerancia a lo que no se comprende, más sin embargo forma parte de la libertad de la vida.
Por qué hay rosas que no son color de rosa, por qué a veces llueve cuando hay sol, o por qué nos ponemos tristes al caer la tarde.
No les podía contestar, yo sabia que no sabia nada.
Ahora lo sé todo, la muerte es la respuesta a todas las preguntas de la vida.
Espero aquí una nueva vida, entonces sabré las respuestas a todas las dudas de la muerte.
Así dice ese sepulcro del camposanto que abriga mi memoria.
Sus palabras se van en el aire, como el aroma dulce y amable de las pomarrosas y se diluyen en la tristeza de mis tardes. Andrea Guadalupe.
Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
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