viernes, julio 10

Se fue.

Tijuana BC Jul/009.              Se fue.

 

 

Transcurrían los días, sin ofrecer mayor resistencia, sin incluir nuevas rutinas, nuevas expectativas en la vida, sin esperar gran cosa, sinceramente, sin grandes esperanzas.

Al menos eso parecía decir la mirada y las pocas ganas de reír.

Sin poder decir que los días pasaban, porque en realidad, la vida transcurría sin sentir que perdía el tiempo, sin encontrar explicaciones, aunque en realidad pocas buscaba, sin burlar esfuerzos en refugiarme en mi misma.

Sin querer mostrarme.

Un día cualquiera, como todos, al menos así lo pensé, al menos así lo sentía, una voz susurro en mi oído, con ganas de más de mi, con ganas de encontrar lo que no quería mostrar, lo que temía mostrar,  lo que temía y aquella voz reclamaba, no sólo espacio, no sólo sentimiento, exigía vida, reclamaba reacción, acción, pedía un abrir de ojos, un esfuerzo por salir del cerrado circulo en mi misma.

Abrí de par en par mi vida, mi alma, mi corazón, para mostrarme tal cual, desnude enteramente mi vida, ofrecí un lugar donde habitar hasta que quien llegaba, quisiera, sentía que todo estaba listo, para enfrentar, para querer, para ser pasional, para dejar la lógica un lado, para involucrar pensamientos y sentimiento, aunque en apariencia, imposible, dispuesta a hacerlo.  

De la misma forma imprevista, tan falta de anuncio, ya no con aquel susurro al oído, todo lo contrario, con exigencias fastidiosas, molestas, con inseguridades, indignantes, se fue.

Contrario a lo que pensé, a pesar del dolor, sentí un enorme deseo de no dejar mi vida, a pesar de su ausencia, a pesar de su despedida, aún sabiendo que no contaría más con su figura, no siento rabia, no siento nada, si, no siento, aparte de agradecimiento por su oportuna invasión, de intervención, de una sensación de vida, es claro que necesito su presencia en mi vida, al igual que no necesita de mi.

Seguramente continuare con vida, con deseos de mostrar aún más, por explotar, por no dejar muestra de absolutamente nada.

Ahora me encuentro expectante, cautelosa, sin mayores luchas internas, ahora sé que la dicha podría estar vigilando mi vida, ahora sé que las buenas cosas, las buenas personas, están cerca, sin tiempo fijo, sólo que con esperanzas fijas, y quizá, en cualquier momento, de forma imprevista, como cuando aquella persona invadió en mi vida, claro,...un día cualquiera…

Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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