jueves, julio 16

Confieso.

Tijuana BC Jul/009.    Confieso.

 

 

Empezare por decirte que no me interesa, por ahora conocer que religión profesas, si crees o no en la existencia de un Dios o de varios Dioses.

Sólo que entiendo que al menos, debes creer que existe un poder superior ubicado no sé donde y capaz de no sé que tantas cosas.

En estos días, con la lluvia de noticias sobre el imperio apostólico, católico, romano, mejor conocido como iglesia católica, ha llegado un interrogante más a mi vida.

Existe una practica que estoy segura conoces, y es el acto de confesarse, cuando pecamos, tú, o yo, vamos  a la iglesia, que simplemente llamare templo.

Entonces, se va al templo católico, y se decide confesarse con otra persona, un ser humano que puede ser cura homosexual, pederasta, o hasta un buen padre de familia,  progenitor, no padre de sacerdote, para que este ordene hacer algunas oraciones como penitencia y liberar de toda culpa para volver al curso normal la vida.

En mi opinión, no considero necesario acudir a una iglesia o templo a ventilar mis pecados.

A quien sabe que personaje que encaje con las descripciones anteriormente propuestas. 

Es por esto que algunas veces, en el silencio de mi hogar, en la tranquilidad que ofrece alguna banca en las plazas de la ciudad, hago un alto por minutos, donde examino el estado de mi vida.

Para mi, eso es confesarme, es examinar en mi vida con que estoy a gusto, que considero cambiar, esto incluye también mis pecados, en ocasiones, he hecho cosas buenas lo confirmo. 

Lanzo una mirada al cielo, donde siempre he pensado que se encuentra ese ser superior, y agradezco por todas las cosas buenas que pasan en mi vida, y pido ayuda para mejorar las malas que he descubierto.

Creo que puedo determinar a esto, confesión, algo mucho más fácil y a mi parecer, más valido.

Andrea Guadalupe.

 

Decir la verdad, tiene sus complicaciones.

Se dice que en el fondo, nos hace bien decir la verdad, la pregunta es; ¿Alguien sabe donde queda el fondo?

¿La medida del fondo es la misma para tod@s?

¿Tod@s tenemos un fondo?

¿Eso es cierto?

Decir la verdad es lo que se nos ha enseñado desde la más tierna infancia, se nos enseña que las mentiras no son buenas, que las mentiras no llevan a ningún lado.

Sólo que las mentiras, tiene algo que cautiva.

Por aquello del engaño de Eva, porque llevamos sangre del malandro de Caín, el bondadoso de Abel, fue sacrificado antes de tener descendencia.

El engañar a alguien, proporciona placer a las causas personales, sólo que las mentiras deben valer la pena.

No es para nada reconfortante, ni algo de lo cual debamos sentir orgullo cuando engañamos a alguien porque si, la mentira debe tener algún fin, además, saber que cierto tipo de distorsión en el curso de las acciones, implica que se debe crear un ambiente que divierta la situación.

Si no se encuentra esa capacidad, fácil, no recurrir a las mentiras, sólo que si se puede, es conveniente usar únicamente la porción necesaria.

Las mentiras, son y serán algo que no se puede negar, y en algunas ocasiones, ni siquiera evitar, porque sin duda alguna existen.

Se dice que sólo es cierto lo que existe.

Punto a partir del cual me permito decir que las mentiras pueden llegar a ser un recurso si se manejan en forma adecuada, y cuando son situaciones ocasionales en nuestro diario vivir; cuando es una cuestión de todos los días, la vida misma podría ser una mentira y no seria nada extraordinario recurrir a ellas.  

Una falsedad practica y fácil de entender es más útil que una verdad compleja e incomprensible.

Andrea Guadalupe.  

 

 

 


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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