domingo, agosto 14

El árbol que siempre se renueva.


En el otoño vemos la hoja que se va, no vemos el árbol que se queda. 
Los poetas, profesionales de la melancolía-cantan a la hoja que cae, y callan la esperanza del árbol que reverdecerá.
Ese es el error nuestro: Pensamos más en la muerte que en la vida. 
La vida, sin embargo, se impone siempre a la tristeza y acaba por triunfar con nuevas hojas, y otras flores, y frutos. 
Quizá la hoja no sea mi hoja, ni me pertenezca la flor, ni mío sea el fruto, lo que importa es que el árbol siga ahí. 
Hojas, flores y frutos llegan y desaparecen; el árbol es permanente origen de donde nacen una y otra vez.
Somos los humanos las hojas que se caen. 
La vida, la eterna vida, es el árbol que siempre se renueva. 
A su pie caen las hojas y se hacen luego tierra que nutre al árbol perpetuo. 
La hoja que ayer cayó es la misma que nacerá mañana.
Triste es mirar cómo las hojas caen. 
Se hará menor nuestra tristeza si contemplamos el eterno árbol de la vida,  tan lleno de promesas
Andrea Guadalupe. 



                    

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