Tijuana BC Jun/009. Un regalo.
He resuelto ubicar la fuente del amor en nuestro corazón, aunque no exista más razón que describirlo como un órgano que se excita ante el estimulo que nombramos amor.
Puede ser cuestión de anatomía, o una necesidad de impulsar mayor cantidad de sangre hacia donde se requiere cuando la sensación de placer cautiva nuestros cuerpos, puede ser lo que sea, al menos yo, me permito hallarlo ahí, en el corazón.
Considero que cada quien encuentra su definición de amor, porque no se trata de un desenlace que encaja en todas las personas, sino que se trata de la caracterización que cada ser le da a esa necesidad de estimar en tal medida, que se le da el nombre de amor.
Porque el amor es precisamente un regalo.
Sentí curiosidad por encontrar explicación al amor, y como descubrí que muchas definiciones se quedan cortas y no logran describir la palabra, preferí visualizarlo como una fuente en nuestro cuerpo, ubicado en la calle superior, con vista al costado izquierdo, una fuente que no se acaba, que es inagotable, y de ella brota el más infinito sentimiento, una fuente que no escoge a quien brindarse, porque a cada instante, esta preparando una nueva gota.
Quizá nuestra condición humana sea la que nos hace arruinar ese sentimiento.
El humano que esta concentrado en otras cosas se olvida de esa fuente, algunos llegan a creer que se agota o algo parecido, o que funciona por temporadas, aunque yo creo que el amor, es algo tan cierto y continuo como el girar de la tierra y nuestras vidas.
Hay quienes creemos que por estar enamoradas, somos diferentes, pensamos en derechos y privilegios nuevos a nuestras vidas, imaginamos nuestra mesa de sentimientos con las palabras suficientes y con el poder de organizarlas y ordenarlas en la búsqueda de componer un poema para el ser amado, sin pensar en no conocer las estrategias para organizarlas.
Pienso en el espejo del alma, me veo acompañada de los ojos de esa persona, con sus manos en mi cuerpo, y busco entre las mejores fotografías, y en los recuerdos, sólo que mis ilusiones son traicionadas al no encontrarse reflejadas.
Observo mi habitación, rodeada de flores y esencias, y enloquezco con la idea de acariciarle con entusiasmo, sólo que hasta mis huellas perjudican a los hermosos pétalos.
Soy de quienes aman en la oscuridad, y alucina con amar bajo su consentimiento, con resplandores del alma y el corazón, sin dejarme engañar por la claridad de las luces artificiales, sólo que mis ojos, ya se hallan acostumbrados a ellas.
Yo quisiera ser de esas románticas que admiro, de esas que logran grandes poemas, de esas que recuerdan todas las cosas, de esas que interpretan las cosas con enorme facilidad, al mundo, su acontecer y sus caminos.
Yo quisiera robarte las sonrisas, poder arrancarte los besos con mis miradas, tener el poder de atraer tu cuerpo con danzas de mis brazos, quisiera ser mejor aún, solo que mí existencia no lo permite.
Soy lo humanamente posible, y como está comprobado que mi premura es insuficiente, sólo quisiera poder amarte. Andrea Guadalupe.
Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
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