Entre la nostalgia y la soledad.

Tijuana BC Abril 008. Entre la nostalgia y la soledad.

 

 

 

Es la misma noche que siempre encuentra a la vidas de espaldas. .

 Un ritual que se cumple cada veinticuatro horas y la cobardía impide romper el hastío para buscar significado a las palabras.

Una distancia insignificante que se encuentra cercada por muros absurdos de silencio.

El mudo brazo del silencio rodea a esas vidas.

Aquí no existe ni sombra que mitigue la fatiga y el cansancio de un silencio vacío.

 

Todo tiene ya un número. Pasos. Respiros. Palpitaciones.

El silencio da paso a inventariar cada movimiento.

El tiempo junto con la noche, filtra los  rincones y espacios que encuadran la distancia infinita.

Los labios se abren para lanzar insultos que otro no escucha.

Los oídos se cierran para rechazar mensajes sin palabras.

Todo ha perdido su sentido y sus significantes.

 

 

El reloj marca las cinco de la mañana.

Las risas y pasos de las trabajadoras rumbo a la maquiladora espantan a los escasos pájaros que durmieron entre las ramas.

Esas risas accionan el botón que levanta  para iniciar la jornada igual.

La casa se llena de noticias como única señal de que alguien vive allí.

Comida que queda sin terminar sobre la mesa.

Agua que es hiel.

Silla que se vuelve instrumento medieval de tortura.

Hay prisa por terminar. El recibo de la luz ya llegó.

Otra vez el silencio toma su lugar junto a ellos y les coloca cintas de acero sobre los labios.

 

Tocar la puerta para abrirla se convierte en la primera manifestación de libertad.

La calle aparece hermosa hasta con toda la basura que ningún Presidente Municipal ha podido desaparecer.

Los pasos son ahora ligeros.

Las articulaciones no parecen tener ataduras de alambre o cadenas.

Cada rostro que se encuentra tiene facciones amables.

Tijuana vuelve a ser aceptable.

Un saludo del vecino es el eco de la vieja tonada del órgano de la Mater Dolorosa.

La separación de alas, para un vuelo placentero.

La cercanía llena de fuego a dos pajas secas.

Los compañeros de trabajo son juego y bromas.

Los mecanismos de la maquinaria son gaviotas en dedos ágiles para repararles, solo que  inútiles para la caricia.

Los minutos finales del horario de labores se vuelven la angustia que hace sudar manos, frente y pies.

El tormento cotidiano se asoma por el monitor de la pc y surge el deseo de inutilizar dentro del cajón que nunca se abre, todo el miedo de no encontrar eco.

 

La misma ansia por escribir, relatar, poner en caracteres descifrables los sueños, signos de liberación, ahora es lava hirviendo.

El infierno cambió de lugar volviendo al mismo espacio.

Cuarenta y seis candados aprisionan.

Una sola llave los abre todos y está en las manos de ellos.

Soy criatura que llora a escondidas. Ser que golpea la pared de concreto hasta descarnarse los nudillos.

La ceguera me dice que no hay luz en el fondo del pozo, en ningún lado.

La inmadurez inexplicable dicta cartas anónimas denunciando hechos irrelevantes.

 

Llegó la noche.  

El reencuentro diario es signo de final.

Fin que llega junto con el polvo, lleno de alergias.

Fin que es principio. Principio que no termina.

Juego eterno que el aburrimiento y el hastío manipulan descaradamente.

Sólo hay que demostrar quién ignora mejor a quién.

Lo otro qué importa. A nadie le preocupa……………………… Andrea Gpe. .

                           Andrea Guadalupe.

                              
                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com           agluna200@àyahoo.com.mmx
 
 

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