jueves, mayo 28

Ojos en las hojas

Tijuana BC May/009.       Ojos en las hojas

 

 

 

En el reloj serán las cinco o las siete de la tarde, poco importa.  

Atardece y las hojas caen al secarse y no estás aquí, cumpliste tu amenaza de dejarme atada al frío, al hambre, a tu ausencia.

¿Cuánto tiempo tardara una persona en llegar a encontrase a si misma?

A ese espacio donde se atraviesan fuertes fríos rodeados de soledad para llegar a la intima calidez según me cuentan.

Te fuiste huyendo, sólo que, en verdad nunca podrás alejarte porque el estigma se lleva en el conciencia, en la mente, debajo de las uñas, adentro, muy adentro de nuestra existencia.    

Pensaras que me he muerto, sólo que no; aquí me tienes esperando.

Por el exceso de tristezas en tu equipaje, no llegaras muy lejos.

¡Olvidas que no verme no te alejara del dulce fruto del deseo!

Buscaras con la mirada otros rostros y te encontraras siempre con el mió.

Recorrerás plazas y kioscos, solo para verme en cada esquina.

Me ataste a tu destino.

A las aventuras que viviste lejos de mi, no pudiste encadenarles. Con quienes decías que en verdad te encendían.

Conmigo………………..muchas veces me abrazabas, solo para pedir perdón, para darme refugio en tus brazos llorando.

Y apague también el fuego oculto, bebí el jugo de tus piernas, limpie con mi lengua los rincones.

Adore el perfume que me impregnabas, el que todavía llevo dentro.

¡No me castigues con tu ausencia, estoy hambrienta de ti!

Somos dos que se complementan, no siento remordimiento, somos dos que se ofrecen su gusto y de vuelta, recibimos también recompensa.

No hay delito, y por lo tanto, no hay culpables.

Y sin embargo, huyes y me dejas.

Me condenas a la muerte, cuando la muerte es en realidad no tenerte.

¡No me dejes hablando con mi sombra!

Escucho el eco de unos pasos y me asomo para ver si ya vienes de regreso.

Las moscas revolotean, las lombrices se esconden bajo la tierra.

El árbol tiene ojos en las hojas, la corteza es la coraza que guarda el corazón.

Duermo con los ojos abiertos para no soñar.

¡Esta temblando de frío la noche, las estrellas tocan sus campanas de plata!

A encontrarte con tu alma me dijiste, y yo voy por ti hasta que te encuentre.

Voy a romper la inercia que me ata y no tomare caminos, volare en una nube y en ella me veras remontando.

Tú eres a quien de verdad yo estoy encadenada.

Yo puedo romper tus ataduras, tú no podrás romper las mías.

Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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