miércoles, enero 8

¡No sé a quién echo más de menos!

Enero 2014.           ¡No sé a quién echo más de menos!
Me reconozco novata en esto, y me gustaría que alguien me enseñara.
Algo he escuchado, aunque, confieso, no acabo de entender el mecanismo.
Suplico a quien me lea, sepa y pueda, me conteste a mí e-mail, indicando: ¿Cómo se vive?
A tiempo, la hora se gastó todos los cuartos y aun así, dejó la compra a medias.
Lo siento, las dos sabíamos que esto tenía que terminar antes o después, las dos éramos conscientes de que el final estaba tan cerca, sólo que nunca imaginamos, ¿Qué tan cerca?
Tú y tu maldito recordatorio cada mañana, mientras, yo, puntual y con la mayor ilusión te buscaba y tú nada, nada de palabras alegres, de aliento…
¡Qué diferente hace un año!  Sólo sabías decirme cosas bonitas, aunque ahora… Lo siento, te tengo que hacer callar.
De verdad me duele tener que quitarte las baterías, mi fiel báscula digital parlante del baño.
Esta mañana al despertarme me he dado cuenta de que no estabas.
He empezado a llorar al darme cuenta de que no sé: Si ya te ha ido o nunca estuviste.
Quien me conoce, siempre piensa que soy callada, tímida o introvertida.
En verdad, no soy nada de eso, lo que sucede es que digo lo que pienso.
La frontera une lo que divide.
Te diré… Me aseguro de que no estás para poder hablarte en confianza.
Ella me dejó de amar porque si, sin más ni más, un día, al menos, me queda el con suelo de que: llega la noche.
He tomado la costumbre de no darle la espalda a mi reflejo del espejo.
¿Cómo podría confiar en una tipa con esa cara?
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar donde, esta noche no me ha visitado la inspiración y tampoco tú.
¡No sé a quién echo más de menos!

Andrea Guadalupe. 

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