lunes, enero 13

Las amigas siempre me inspiran…

Enero 2014.   Las amigas siempre me inspiran…
Comienza la semana y tú… No estás, aunque, hace mucho que todo comienza sin ti, y hoy… además, no estás.
Como cada lunes, me marco un nuevo reto: una dieta, un curso, el gimnasio.
No lo hago para cumplirlo, ni por sentirme en la moda; sino para saber cada miércoles que me falta voluntad y para cada domingo proponerme ser mejor; marcándome para el próximo lunes, un nuevo reto (una dieta, un curso....)
Hoy desperté sola en la cama, como cada mañana, aunque, con la agravante de que… hoy no estás.
Hoy, el almanaque señala sin discusión que ha comenzado un nuevo día, sólo que…  No está tan claro.
Yo le escribí un poema, ella corrigió mis faltas y lo devolvió sin más.
Cuando se intenta conseguir un sueño, dormir no es una opción.
Te das cuenta de que: No es que haga más calor, es que los sueños nos arropan.
Los sueños son cosas de jóvenes, porque soñábamos con tener dos hijos, una casa, un auto para viajar... Y luego, llegamos a esa edad en que, esa excusa sirve para dejar de soñar.
Para finalizar la discusión ella me lanzó una botella y se fue, aunque… No entendí lo que pasaba porque la botella no llevaba mensaje dentro.
Tengo tantos textos sin acabar que… estoy acabada.
Querido amiga: Claro que me inspiras, de verdad, las amigas siempre me inspiran, aunque… a veces, me inspiran textos, otras veces, confianza y en ciertas ocasiones… lástima.
Un fuerte abrazo.
Cerré la puerta de golpe y respiré profundo, sólo que ella…  ya estaba dentro, esperándome en el espejo...
¿Sabes? Esperaba tu llamada o un mensaje o quizá un mail, tan sólo llego tu silencio y una duda: No tienes nada que decirme o prefieres no decirme nada.
Cada día que pasa, defiendo más la teoría de la insignificancia, aquella que argumenta, que un gesto por pequeño que sea, no debe ser despreciado porque es un buen comienzo.
Si yo no defiendo la insignificancia, quien me defenderá a mí.
Hace tiempo que mis textos no son completos, descubrí el motivo: tus ojos no se permanecen en ellos.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar donde por fin, ella se atrevió a empujar la puerta y entrar… Lo malo es que no era mi casa.

Andrea Guadalupe. 

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