Tijuana BC Enero/2010. La ficción actúa en la realidad
He observado con una mezcla de rabia, de mortificación, reacción de una mente sacudida por lo impensable, la manera tan siniestra en que nos hemos quitado en México, la mascara, que ha ocultado nuestra situación por mucho tiempo.
El rostro violento y asesino de quien desprecia al prójimo al punto de hacerlo pedazos.
Es un desastre.
Crea carteles de drogas, se entrena como soldado para luego ingresar a las filas del crimen organizado, hace carrera como policía para agredir sin compasión a la población, se dedica a la política para hacerse rico, mientras pisa y humilla los gobernados.
Y si es de condición social jodida, se alquila para envenenar con drogas a la gente de su barrio.
Los miserables, ajusticiando a los miserables.
Otros roban, matan, ofenden, violan, destruyen.
Esta definición no es aplicable a todos los residentes de la nación, no estoy tomando la parte por el todo, existen los opositores de la impunidad, quienes día y noche, rechazan vivir en una miserable imitación de republica en manos de bestias carroñeras, aunque es una constante realidad que a diario nos hacen saber los medios de comunicación.
Creo yo, el derrumbe de nuestra sociedad, se debe al gusto de los gobiernos por negar a la fuerza laboral un salario solidó y mejores prestaciones.
Ha sido tanta el fraude de los dueños de capital que pagan una miseria por un trabajo duro.
Al mismo tiempo, se percibe una sociedad inculta, que desprecia el área de humanidades, la lectura o el trabajo intelectual.
Prefiere seguirle la pista a pseudos artistas prefabricados, vacíos, carentes de mensajes sociales y desechables.
O bien, son fanáticos de cantantes que lanzan alabanzas en defensa de criminales, como los narco corridos, glorificación del delito, delincuencia e impunidad.
Impunidad que es manto de los que, al frente de sus abusos y propósitos, todavía exigen prestigio y honores.
Para esa masa enajenada, quienes cultivamos el arte supremo del lenguaje, somos sólo merecedores de escupitajos y numerosos eructos que dejan ver la cantidad de baba que guardan en sus cráneos.
México, insisto, ha mostrado que muchos de sus ciudadanos, reclaman con hambre, fundar una incultura y una atmósfera de temor en esta tierra que, fuera de sus fronteras, es percibida como bronca, inhóspita e iletrada.
Una Republica de victimarios donde sus ciudadanos se agraden y asesinan guiados por una percepción torcida de la vida, guiados por un gusto de hacer sufrir y ensangrentar hasta aniquilar.
El poder de la ficción mueve, la ficción actúa en la realidad, desea fundar aquí su reino de allá. Andrea Guadalupe.
Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
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