Tijuana BC Dic 008. Trabajadores Eventuales. Historias urbanas.
Los candidatos seleccionados, trabajadores eventuales entran en la oficina.
Forman un grupo de 9 personas, hombres en su mayoría de distintas edades.
Visten pantalones de mezclilla, camisas deslavadas, ropas lustrosas.
Permanecen junto a la puerta sin atreverse a ocupar las sillas frente al escritorio del Jefe de Reclutamiento.
Entra el lic., y su voz suena profunda, ¿Porque tan lejos?, ¡Acérquense!
Les informa que son trabajadores eventuales, trabajadores a prueba, contratados para lograr que clientes morosos cubran sus adeudos.
La herramienta de que disponen es el teléfono, su táctica debe ser la firmeza, su única misión: obtener el pago.
Los métodos que apliquen, no son de su responsabilidad.
Los dejo en completa libertad para que presionen y amenacen con turnar al departamento jurídico el expediente atrasado.
Hace una pausa, se entusiasma mirando las expresiones de quienes encontraron en el departamento de cobranzas su última tabla de salvación.
Ha estudiado los expedientes de los 9 candidatos, trabajadores eventuales.
Sus datos indican que son gente dispuesta a cualquier cosa con tal de alcanzar su máxima ambición; un trabajo fijo.
El lic., les sonríe y continúa en un tono que intenta ser cómplice.
Aunque les parezca difícil de creer, yo también he vivido la angustia de perder el empleo, he probado el sabor amargo del pan que se compra con dinero prestado.
Estudiando el efecto que ha provocado, se apoya en el escritorio con el pecho hacia delante y sigue hablando.
Sé que volver a casa y presentarse con las manos vacías es la peor de las derrotas.
La sufrí, seguro de que ya no tenia futuro, solo que llego el momento en que me sentí capaz de todo con tal de lograr el bien estar de mi familia. Y de nadie más.
Descubrí esa verdad el día que llegue a este despacho y me jure orientar todas mis capacidades a este trabajo.
Eso es lo que espero de ustedes.
Íntimamente el lic. , sabe que logro que los candidatos se identificaran con el.
Une las manos y mira a la distancia.
Valió la pena, mi esfuerzo fue recompensado, el camino no resulto corto ni fácil.
Perece poco y sin embargo es mucho cuando no traemos un peso en las bolsas.
La posibilidad de tener ganancias y prestaciones, y con el tiempo una plaza segura me estimulo para lograr mi objetivo; cobrarle a como de lugar las facturas pendientes a la gente negligente.
Esa debe a partir de hoy su meta. ¿Comprenden?
No responden.
Siguió hablándoles: Mañana a las nueve los espero aquí, y no olviden repetirse; En este mundo lo único que importa es que yo sobreviva, lo demás no importa, no existe.
Pueden retirarse.
Los imagino en su casa, haciéndose ilusiones acerca de lo que harán con su primer salario y sus bonos.
Sueñan despiertos y luego dormirán como no volverán a descansar a partir de que aprendan a presionar, exigir, a no aceptar promesas, a no dolerse de las lágrimas, a recuperar el dinero para el despacho de cobranzas.
Siente una extraña sensación al recordar el expediente de una cuenta y el cliente con quien considera su fracaso.
Una mañana le llamo, le respondió una voz femenina; A quien busca ya no está.
El lic., se sintió burlado y pidió que le pasara a el deudor un breve mensaje; Dígale que de nada sirve que se esconda.
Estoy harto de sus pretextos, y hoy mismo paso su cuenta al jurídico. ¿Me escucho?
Si, solo que no podré dar su mensaje, el señor murió de un infarto ayer.
El lic., sabe que el lo llamo ese día, que no le dejo hablar, que no le importaron sus lamentaciones.
Durante largos minutos lanzo una amenaza tras otra. Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
comprueba el resto de Windows Live™. Algo más que correo: Windows Live™ va mucho más allá de tu bandeja de entrada. Algo más que mensajes
No hay comentarios.:
Publicar un comentario