sábado, diciembre 27

Ellos hablan...........Historias de hombres ¿Diferentes?

Tijuana BC Dic 008.   Ellos hablan.      Historias de hombres …………¿Diferentes?

 

 

Mi nombre es Ale, bueno, mi nombre del alma… tengo 32 años…………………

 

Nunca dejo de recordar cuando una noche, inundado en lágrimas, le dije a mi madre, que tenía miedo a quedarme solo… sola…; tratando de darme consuelo, me preguntó que por qué decía eso, y solo supe decir: "me gustan las niñas…", dentro de mi inocencia y mi temor…; aquel día se rompió todo, con ella, con mi padre, sentí el rechazo de mis hermanas… solo quería morir… Increíblemente, me quedé solo…; Bueno, desde ese momento comenzó mi lucha, mi búsqueda, comenzaron las mentiras, comenzó el dolor, la pena…

A los 19 años, supe que existía un término llamado "Transexualidad", uf… por fin encajaba en algún lado, en alguna definición al menos…

Las cosas con mi familia mejoraron, me he ganado su respeto, y socialmente también, no tengo nada que perdonar, por el contrario, solo agradecer.

He sido muy afortunado, han habido grandes mujeres en mi vida (partiendo por mi madre, mis hermanas y por sobre todo, mi mujer), incluso hasta tengo un ángel…

Mis días los comparto con el amor de mi vida, una mujer hermosa, inteligente y demasiado comprensiva, a quien conocí  (una de las tantas bendiciones que me ha dado Dios), y que, después de 15 años de "insistencia", me dio el "si". Llevamos 4 años juntos...

No está en mis planes el cambio de nombre ni de sexo, ya aprendí a vivir con esto, no es fácil,  bueno, no lo necesito para ser hombre.

Mis cercanos saben quien soy, no se lo impongo a nadie, es mas, cuando me preguntan: "¿Cómo quieres que te diga?", yo solo respondo: "Como me sientas". Siempre termino siendo el Ale… La gente debe aprender a conocer y a amar la esencia de las personas.

El trabajo, es mas que una tarea que me da para comer, vestirme y darme ciertos gustitos, debo reconocer que el desarrollo profesional y el reconocimiento a mi labor, ha fortalecido mi autoestima, y soy un convencido que uno debe ser bueno en lo que hace, sea lo que sea, pero siempre hay que proponerse ser el mejor.

Los amigos, son mi fortaleza, me dan calma, seguridad y estabilidad, no podría vivir sin mis amigos…

Soy un luchador ( a veces me canso), soy valiente ( aunque a veces tengo miedo), soy honesto (solo digo mentiras piadosas), soy justo (pero sobornable), soy honrado (solo robo lo necesario), soy sincero (hasta el dolor), soy Cristiano (a mi manera), soy comprensivo (pero no abusen), sé escuchar (pero con la Tv. encendida), soy cortés (cuando no estoy apurado), soy confiado (hasta las 08 a.m.), soy un hombre, sólo eso.

 

 

 

 

Soy Isaac, un hombre que lucha por ser libre y me considero un hombre, porque jamás he dudado de ello

¿Que nos pasa cuando comenzamos a crecer y notamos que nuestro cuerpo no es parte de lo que somos, sentimos y sabemos que somos?

Tratamos de ser parte de la sociedad que condena todo lo que no está estandarizado. Entonces, no sabiendo donde perteneces, acudes a los tuyos, a tu familia, a tu círculo más intimo, a ese que se suponen que deberían comprenderte y cobijarte.

Pero la mayor parte de las veces ellos son los primeros en darte vuelta la espalda.

Que soledad terrible puede sentirse en ese momento.

Ya no eres un niño que delega sus inquietudes a sus padres.

En un momento, te conviertes en el problemita de la familia, ese secreto morboso que es mejor ocultar.

Pierdes todas tus virtudes, debes pasar a entender sus razones y sus porque.

¿Y que hay de todas nuestras dudas?

Pero a veces tienes la suerte de tener una familia a quien el amor les sobrepasa y es capaz de intentar, y hasta lograr, rescatar lo que realmente importa: un hijo o hija feliz.

Que fácil seria la vida si todos tuviésemos la capacidad de amar sin distinción de ninguna clase. Quizás sea este el momento de agradecer a mi hermano que, siendo menor, tuvo la capacidad de amarme y aceptarme como soy.

Aunque hoy la muerte nos haya separado, dio una lección de vida a los míos que hoy, gracias a eso, pueden y quieren compartir lo que de mi construya como persona y familia.

Sólo le pido a Dios que muchos como yo puedan tener esa suerte. Si no, acá los esperamos para que sepan que no están solos como un día todos creemos estar.

 

Presentación

Andy, 35 años.

 

¿Qué te consideras y porque?

Un hombre por que es como me veo interior y exteriormente. Así vivo y pienso.

 

¿Cómo y porque elegiste tu nombre de alma?

No lo elegí. Me lo pusieron unos amigos y me gusto. Creo que me identifico con el.

 

¿A que edad y cómo asumiste tu identidad sexual?

Creo que ya mas de mayor, cuando le perdí el miedo a la vida, a la sociedad y a mis propios prejuicios.

 

¿Como reaccionó tu familia y amigos?

Sin escándalo. Creo que ellos esperaban que yo asumiera lo que ellos no fueron capaces de admitir.

 

¿Como es la relación con tu familia actualmente?

Mas bien lejana, pero la verdad sea dicha, es como me gusta, sin mucha indiscreción. .

 

 

¿Un recuerdo?

Unos ojos, una mirada.

 

¿Una crisis?

La muerte de mi hermano detono algunas contra lo que es justo en la vida.

 

Un mensaje para quienes lean esta entrevista.

Cuando quieres, puedes.

 

 

Mi nombre del alma es Lucas, tengo 21 años y soy un hombre transexual.

 

Al principio no había diferencia.

Mis actos eran considerados "normales" para todos los que me rodeaban. Nadie hallaba nada extraño.

Mi modo de vestir, mi modo de comportarme, mi manera de sentir.

Todo era bonito, todo era producto de la edad, todo era apenas una travesura.

 

A medida que fui creciendo, cada vez me sentía más diferente.

Intenté durante muchos años adaptarme a lo que esperaban de mí, a lo que los demás veían en mí.

Pero ellos no podían ver.

No creían que aquel ser que veían no era yo, sino un disfraz.

Mi verdadero yo se encontraba escondido, con miedo de ser descubierto.

Sin embargo, mi inconsciente lo conocía.

Espontáneamente, yo encorvaba mis hombros hacia delante, para esconder los pechos que tanto desprecio.

Usaba camisetas largas, para ayudar a esconderlos.

Pantalones enormes y holgados jamás maquillaje.

Cuando lo intentaba, me encontraba en una agonía indescriptible.

Me sentía una aberración.

El tiempo fue pasando, y yo no soportaba más.

 

Mis padres sabían que me gustaban las mujeres, y hasta ahí, todo estaba bien.

Innumerables veces oí la frase: "No porque te gusten las mujeres significa que debas vestirte y comportarte como un hombre".

Ellos no entendían. Ellos no sabían. Yo quería contar, pero tenía mucho miedo... hasta un día.

Ese día que yo no aguanté. Exploté y escupí todos los pensamientos que estaban atrapados en mi garganta y deambulando por mi cabeza durante tanto tiempo.

La reacción no fue muy distinta a la esperada, pero al menos ellos no me expulsaron de la casa o algo por el estilo.

Me tacharon de "loca" y creyeron que estaba buscando una forma fácil de solucionar mis problemas, y que eso no iba a cambiar lo que siento.

Así repitieron el mismo sermón todas las veces que yo volvía a tocar el asunto.

¿Fácil? No tienen idea qué difícil es.

Una de las cosas que más detesto es a las personas que no saben escuchar.

Esas que tienen un concepto enfrascado y no aceptan nada diferente.

Están ahí cuando hablas, pero no oyen ninguna palabra, sólo repiten lo que tú ya has dicho.

Y nos quedamos pensando "¿Oíste alguna palabra de lo que te dije?".

 

Encontré un grupo de ayuda y empecé a hacer introspectivas, a mirar adentro.

Empecé a sentirme más fuerte y, lentamente, más orgulloso de por ser quien soy.

Resolví contar a mis mejores amigos sobre lo que yo sentía y me sorprendió mucho el apoyo que recibí.

Fui a una psicóloga por un tiempo y conseguí mi informe declarando que soy transexual y que no presento ningún trastorno mental o comportamiento emocional que pueda afectar mi diagnostico de transexualidad.

Fueron conversaciones personales, preguntas, evaluaciones para certificar que estoy saludable psicológicamente para enfrentar los cambios que voy vivir como resultado del proceso.

Fui a un endocrinólogo que me pidió varios exámenes de sangre para ver la posibilidad de iniciar mi hormonoterapia.

Con la confirmación de que mi cuerpo probablemente tendría una buena reacción a las inyecciones, inicié mi tratamiento hormonal.

No más horas frente al espejo poniendo la faja, buscando formas de que no se note y al mismo tiempo no duela.

A partir de entonces puedo nadar, sentirme libre por fin.

La sensación es imposible de describir.

 

Encontré una persona que ve como realmente soy, un grupo de amigos que me hace bien y mis padres parecen estar finalmente aceptando quién yo siempre fui.

 

Andrea Guadalupe.

 

 




                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




Acceso muy fácil al uso compartido de fotos con Fotos de Windows Live™. Arrastrar y colocar

1 comentario:

Unknown dijo...

wow que historia.... :)