El amor y los zapatos.
Si quisiera comenzar mi día, abriendo los ojos a un sueño, este no seria otro que la felicidad.
La felicidad es un sueño que quisiera hacer realidad.
Solo que
soñar lo mismo cuando lo mismo no alcanza para quienes me rodean, aquí no tiene otra lectura que
Haberme equivocado de sueño.
Por que la felicidad verdadera no puede entrar en conflictos con la felicidad ajena.
Si mi felicidad se opone a la de otras, es que no es felicidad.
La felicidad es complementaria.
Se nutre de felicidad ajena.
Pensar en una felicidad que no funciona de esta manera, es confundir la felicidad con otros valores
Mas jabonosos, resbaladizos, como el sexo, poder y dinero.
San Agustín decía: Ama y has lo que quieras.
Su lema moral es práctica pura.
Amar y hacer sujetando el hacer, al amor, es aplicar la formula universal del amor.
Y ya que vamos andando tras ese arco iris de la felicidad, es justo reconocer que el amor a diferencia de los zapatos,
No se desgasta con el uso.
Por el contrario, se fortalece en su ejercicio, y le relumbran las suelas al andar.
Andrea Guadalupe.
DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,
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http://andreaguadalupe.blogspot.com
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