domingo, enero 6

El por qué del por qué.

Tijuana BC Enero 008.     El por que del por que……………….

 

 

En las paginas Web, una no sabe que tipo de lector es quien llega a la exposición de tus textos: Quien aparenta ser intelectual y lee a Corin Tellado, Cuahutemoc Sánchez, o Juan Salvador Gaviota.

Y alguien que no pensabas que le interesara tu escritura, te hace comentarios muy objetivos acerca del trabajo.

En sábados y domingos, después de usar el uniforme de la empresa para el trabajo, calzo zapatillas cómodas, faldas y blusas, soy una despreocupada transeúnte.

Las personas pasan  a mi lado sin ponerme atención.

En el trabajo me dicen, ¿Por qué nunca te vemos en la calle?

Simplemente no coincidimos, les comento.

Por que en realidad, solo espero el fin de semana para salir y tomar rumbo a las playas, ver el mar, caminar entre la arena sin que nadie te diga algo.

Siempre he tenido problemas con las criticas, al enfrentarlas me pregunto; ¿Qué hay de cierto?

Las analizo en lo que dicen, pregunto por que, y si se puede, el por qué del por qué.

No me gusta quedarme con lo que leo, o con una opinión que radique en lo etéreo.   

Sé que cada opinión tiene mucha carga de equilibrio, pues es la opinión de alguien que sin razón o con ella la tiene.

Un motivo por el que no me dejo llevar por las críticas, es por la gran diferencia que hay entre pensar y decir.

En ocasiones, no podemos expresar lo que pensamos o escribir tal cual un pensamiento.

Una de las primeras reglas para mi, es no dejarme llevar por lo que dicen o hacen, si por lo que digan y hagan a la vez.

Esta es la regla que tomo para vivir.

La importancia de una opinión no es la opinión en si, si aquello en lo que se basa: El por qué.

Se agradece si te dicen que gusto el texto, o que no les gusto, solo que si no sé las razones, por qué les gusta o no, ¿Como sabré si es una opinión sujeta a un criterio justo?

Y no es que descarte los comentarios a partir la emoción que despierten los contenidos, si no que una opinión debe ser un intercambio de ideas.

Un comentario mal fundado, solo se dejo llevar por la primera impresión.

No ayuda a la formación critica, si engrandece otros aspectos del autor.

Estoy de acuerdo en que se necesitan ambos tipos de críticas, por qué las dos tiene sus ventajas: Desde conocer los comentarios objetivos hasta sentir las buenas vibras que te trasmiten.

Al final de cuentas, lo que una hace es desarrollar un sentido crítico de su propia obra y de mí como autora, escuchar lo que me dicen, analizar los comentarios, y ver que es lo que tomo de ellos.

Por mis circunstancias, decidí escribir una serie de relatos donde aprovecho el elemento de la narración para cada uno de los actos que han cruzado mi mente.

Me interesa escribir relatos donde a través de mis propias experiencias ustedes se vean reflejad@s.

Ella me dice que saldrá el sábado con sus amigas, hace días que habíamos quedado en vernos esa noche, intercambiar palabras, caricias no dadas, salir a cenar a un café, caminar.

La única respuesta que escucha es el vació del silencio, de pronto, aparece mi voz diciendo que esta bien, que hace mucho que no sale con ellas, que no debe dejar de verlas.

El tono se convierte en uno mas pausado, corto, solemne.

Ella no puede parar de reír ante lo que escucha, me responde que tengo razón.

Piensa que algo así le hacia falta a la relación: Jugar, divertirse, arriesgarse, encelarme.

Se divierte, goza de escuchar mi silencio esperado.

Pide que hable.

Me pregunta que estoy haciendo, respondo que sentada en la cama, que siento hambre y debo colgar.

No hay respuesta, insiste en la pregunta.

Le respondo que le hablare entre semana, o mejor, que me hable ella cuando se desocupe.

Me despido con un "Buenas noches"

Antes de colgar, me pide que espere, tiene algo que decirme.

Me dice que todo fue una broma, que no ira con sus amigas, que saldrá conmigo como todos los sábados, que no sea tonta.

No hay respuesta.

Que graciosa tu reacción, tomaste un tono melancólico, sufrida, como para que me sintiera mal, solo que ya ves, todo es una broma.

Me reincorporo a la conversación, diciéndole que no sea mala, pidiéndole que sea la última vez que me hace ese tipo de bromas.

Las dos reímos.

Me repite que soy una tonta al tragarme lo que me dijo.

Le pido que me prometa que será la última vez que me hace ese tipo de bromas.

No para de reír.

¿A dónde iremos mañana?

Yo sigo esperando su promesa.

Por seguir con la conversación me dice que lo promete.

No le creo, solo que le agradezco.

Siento que no lamento tanto que desde ese momento algo se haya roto entre nosotras, si no que la idea de salir con sus amigas era la oportunidad para colgar, tomar de nuevo el teléfono y llamar a aquella amiga, invitarla a salir, verla, decirle tomando sus manos que he pensado en ella.

Me lamento que haya sido una broma, tan solo para darme celos, para fastidiarme, aborrezco la risa que escucho, quiero colgar, colgar ya, llamarle a aquella otra amiga.

No sé que decir, no quiero seguir con la platica, ella insiste en continuar.

Conservo mi silencio ante cada pregunta, no resisto más.

Ella vuele a preguntar, y la respuesta que obtiene es el sonido de una línea de teléfono que suena interrumpida.

 

En la mayoría de los casos, el lector fiel, tiende a crear una figura grande de quien escribe, a quien ha conocido a través de los trabajos realizados.

Empieza por estimarle a releerle y al poco tiempo, se vuelve entrañable.  

La imagen de quien escribe, se agranda con aprobaciones, y ve los aciertos en sus argumentos.

Se identifica con sus textos, entiende parte de sus desahogos literarios.

Igualmente puede ver sus referencias, desmenuza sus escritos y hasta conoce sus errores, los cuales con el tiempo les toma cariño.

Aun así le sigue admirando la imagen que tiene entonces como persona es la de una figura tenaz, inteligente en sus comentaros.

Aun así sabe que no es mas persona por el escribir, el lector tiene la manía de agrandarle en muchos sentidos.

Y no es hasta que tiene la oportunidad de hablar con quien escribe que se siente ansioso, quiere estar en la plática por que quiere que le conozcan como un gran lector de sus abras.

Llega ese día, la escritora es tímida, empieza por saludar, el lector piensa que en su lugar daría la bienvenida, y después comenzaría la charla.

Al poco tiempo termina la conversación, y el lector duda, aun no sabe que decir, y termina diciendo lo que todos: Me gusto mucho su estilo, y la autora sonríe.

El lector se da cuenta que no dice gracias, y se va preguntándose: ¿Es todo?

Se molesta un poco, sabe que le gustaría un poco ser como ella, caminar y que alguien te reconozca, además de escribir.

Se pregunta que se sentirá ser como ella, si ella sabrá en realidad quien es.

Lee una y otra vez los escritos de su autora y se emociona saber que estuvo a su lado por un momento.                   Andrea Gpe.  

 

 

 

 

 

 



                           Andrea Guadalupe.

                              
                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com           agluna200@àyahoo.com.mmx
 
 


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