Desde mi rincón existencial: tristezas que deambulan por mi cabeza : Hoy recordé a un muerto............

domingo, julio 13

Hoy recordé a un muerto............

Tijuana BC Jul 008. Hoy recordé a un muerto………….

Recordar a los muertos también puede ser un ejercicio de indiferencia.

Solo que hay días cuando es imposible ser indiferentes, cuando la llaga sí se abre, cuando inclinas la mirada con la vergüenza del llanto que no se detiene.

Los volvemos a enterrar como ese día.

Nos vuelve a dar el golpe de su ausencia, se nos traban las palabras como al momento cuando nos dijeron de su muerte.

El resto del día es imposible quitarse la sensibilidad de los cementerios, el golpe frágil en la nuca.

La muerte se siente en los dedos, en la saliva, se extiende con pesadez de nuevo en nuestros pies, detiene nuestros movimientos.

A veces recuerdo a mis muertos con la indiferencia del amor de rutina, con la indiferencia con la que llamo a un compañero de trabajo pidiéndole un reporte.

Hoy recordé un muerto.

Qué desfile de lágrimas.

Qué disfrute también de la vida.

Otro poco, pensé, le he llorado.

Qué bien me he sentido por llorarle, por saber que aún sigue siendo en su muerte, todo lo importante que fue para mí en su vida.

Estas conmigo Ricardo, aunque no estés aquí.

Un hombre como tú, no deja jamás a quien gozo de tu amistad, compañía, cariño.

Me sigues acompañando aun después de tu muerte.

Oigo una risa parecida a la tuya, y recuerdo tu risa.

Vuelven a mi vida los días de intranquilidad, de alegrías solitarias, de noches con caminatas en soledad, sin platicas hasta el amanecer, y el aroma del café recién hecho, ¡Me grita tu nombre desde la cocina!

Inundan tus recuerdos mi vida, vuelvo a verte a ti cuando eras parte de ella.

A veces quienes me rodean, me preguntan por qué no busco otra amistad como tú

Si la tuviera, no seria justo, pues buscaría yo que fuera como tú, y cada vida es como es.

Vives en mi mente, alma y vida Ricardo.

Jamás te has ido de ella.

Te miro sumido en tus pensamientos, te miro jugando con mi hijo, entre la lluvia y las risas, te miro bailando ágil la salsa y ansioso esperando la comida.

Ricardo, aunque no estés, estas.

Incluso cuando ya no este yo. Andrea Guadalupe.