Cuando te llamen por teléfono...............

Tijuana BC Jul 008.          Cuando te llamen por teléfono……………..

 

 

Estaba sentada el otro día delante de mi computadora cuando me acordé que tenía que llamar por teléfono a un compañero.

Marqué el número de memoria y me contestó un tipo con muy mal humor diciendo: "¿Qué quiere?".

 

 "Soy Andrea Guadalupe, ¿podría hablar con Octavio, el chapo?" dije amablemente.

"Estas equivocado,………..indeja", me respondió y acto seguido colgó.

No podía creer lo que estaba pasando.

Tome mi agenda para buscar el número de Octavio y comprobé que, efectivamente, me había equivocado.

Como aún recordaba el número "equivocado" que había marcado anteriormente, decidí volver a llamar a aquel tipo y cuando entro la llamada no esperé a que contestara y le dije:

"Eres un hijo de tu Pingüina Marínela", y colgué rápidamente.

Inmediatamente apunte aquel número en mi agenda junto a la palabra "hijo de su Pingüina Marínela………".

Cada vez que estaba molesta, porque me llegaba un cobro inesperado, o un aviso de corte de algún servicio,  o discutía con alguien, o alguna situación por el estilo volvía a llamarlo y sin dejarle contestar le decía:

"Eres un hijo de tu Pingüina Marínela".

Esto me servía de algún modo como terapia y me hacía sentirme mucho más relajada.

Un tiempo después, el mugre servicio de Telefónica del Norte introdujo el servicio de identificador de llamadas, lo cual me deprimió un poco porque tuve que dejar de llamar al "hijo de su Pingüina Marínela".

Solo que de repente, un día se me ocurrió una idea: marqué su número de teléfono y cuando escuché su voz le dije: "Hola, le llamo del departamento de ventas de Telefónica del Norte  para ver si conoce nuestro servicio de identificación de llamadas".
"No" me dijo el tipo grosero, y me colgó el teléfono.
Rápidamente lo volví a llamar y le dije:
"Eres un hijo de tu Pingüina Marínela".
Un mes después, estaba yo esperando con mi carrito a que una anciana saliera del parking de la plaza Carrusel en la 5y10, aquí en Tijuana.  
Esta lo hacía muy lentamente y cuando terminó la maniobra y me disponía yo a ocupar el lugar libre, apareció un mugre Golf negro a toda velocidad y se metió en el hueco que iba yo a ocupar. Comencé a tocar el claxon y dije: "¡Eh, oiga!, ¡Yo estaba esperando!, ¡no puede hacer eso!".
El tipo del Golf se bajó, cerró el auto y se fue hacia el centro comercial ignorándome como si no me hubiera oído.
Yo me quedé completamente frustrado y pensé: "Este tipo es un hijo de su Pingüina Marínela. El mundo está lleno de ellos".
Justo en ese momento vi un letrero de "SE VENDE" en el cristal de atrás del Golf.

Anoté el número y me fui a buscar otro lugar donde colocarme.

A los dos o tres días, vi en mi agenda el número del "hijo de su Pingüina Marínela" y me acordé que había anotado el número del teléfono del tipo del Golf.

Inmediatamente le llamé y le dije: "Buenos días. ¿Es usted el dueño del carrito Golf negro que se vende?"
"Sí, yo mismo"
"¿Podría decirme donde puedo ver el auto?"
"Sí, por supuesto, vivo en el frac. Los Pinos, cerca del Blvd. Simón Bolívar,  esquina opuesta a la farmacia Benavides, la casa es color pistache y el carro esta parqueado justo enfrente de la casa

"¿Cómo se llama usted?"
"Gerardo Rubí"
 "¿Que hora sería la mejor para encontrarme con usted y discutir los detalles de la compra, Gerardo?"
"Pues yo suelo estar en casa por las tardes".
 "¿Puedo decirle algo, Gerardo?"
 "Si, claro"
"Gerardo, eres un hijo de tu Pingüina Marínela", y colgué el teléfono.
Inmediatamente después de colgar anoté el número en mi agenda al lado del otro, solo que en este puse el nombre de "hijo de su Pingüina Marínela II".
Ahora tenía dos "hijos de su Pingüina " para llamar y así estuve, hasta que comenzaba a aburrirme un poco.
Me puse a pensar en serio sobre como resolver este conflicto y un día al despertar se me ocurrió algo.

Primero llamé al "hijo de su Pingüina  I":
"Hola"
"Hola hijo de tu Pingüina Marínela", solo que esta vez no colgué.
"¿Estas ahí todavía, verdad, inche loca?"
"Si, hijo de tu……………..".
"Deja ya de molestarme o………....."
"o".
 "Si supiera quien eres…………………. Inche loca", me dijo.
 "Me llamo Gerardo Rubí  y si tienes valor ven a buscarme....
Vivo en el frac. Los Pinos, cerca del Blvd. Simón Bolívar  esquina opuesta a la farmacia Benavides, la casa es color pistache, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf  negro.

"¡¡¡Ahora mismo voy para allá!!!

Tu sí que eres un hijo de tu Pingüina Marínela, puñal desgraciado  y ya puedes ir rezando todo lo que sepas.

Te voy a Matar.
"¿Si? ¡Que miedo me das" y colgué el teléfono.
Inmediatamente llamé al hijo de su Pingüina Marínela II:
"Hola"
"Hola hijo de tu Pingüina Marínela" y no colgué.
"Si llego a saber quien eres..... Algún día..."
"¿Que me vas a hacer?"
"Te voy a sacar las tripas"
"¿Sí?, pues a ver si es verdad.

 Ahora mismo voy hacia tu casa" y colgué.
Por ultimo, tome el teléfono y llame a los placas, la policía municipal.

Les dije que estaba en el frac. Los Pinos,  cerca del Blvd. Simón Bolívar  esquina opuesta a la farmacia Benavides, la casa es color pistache, justo en la puerta donde hay aparcado un Golf  negro  y que iba a matar a mi novio homosexual en cuanto llegara a casa.
Luego hice otra llamada rápida al noticiero del canal local de televisión  y les dije que iba a haber una pelea de cholos en el frac. Los Pinos,  cerca del Blvd. Simón Bolívar, esquina opuesta a la farmacia Benavides.

Y entonces me monté en mi Honda y me fui para allá.
Juro que es una experiencia que nunca olvidaré.

La mayor pelea que he visto en mi vida.

Hasta las cámaras del canal local de Notivisa se llevaron lo suyo.

En fin, después de esto espero que cuando te llamen por teléfono contestes en tono amable.

Ya sabes, no es bueno enojarse.   Andrea Guadalupe.

                           Andrea Guadalupe.

                              
                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com        
 
 

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