viernes, febrero 27

Cuando no pueda más............


Feb/009.                 Cuando ya no pueda más…………….

 

 

Me rindo, dejo todo cuanto soy…………….

De tus líos o tus enemistades.

No más lamentos de sal, ni estos sentimientos adornados de quejidos o sollozos.

Si el amor es festejo, el desamor es duelo.

Si todo se ha de ir, ¿Por qué llegaste?

Recibí tu amor, entre alegrías y esperanzas, como "Don de Dios"

Hoy mi corazón vive entre las espinas, que es la separación de quienes se aman.

Dolor donde toda incomodidad tiene su asiento, y todo triste recuerdo tiene su habitación.

El desamor se multiplica, la pareja falla, huye de si, se hacen malabares para subsistir.

Que triste paradoja: Me dedique a encontrar la persona deseada, y luego, tristemente, ha soportarle.

Le ame hasta casi rendirle adoración, y después…………….me he descubierto preguntándome: ¿Qué le vi?, ¿Cuándo cambiamos?, ¿Por qué ya no sentimos las mariposas de antes? , ¿Por qué solo nos comunicamos entre bostezos y quejas?

Analizo y pienso que el amor tiene que ver con la vida, y por eso duele, por eso se encela, por eso se desilusiona, por eso se transforma, por eso envejece y muere.

El amor se complica porque se hace aburrido, monótono, porque hay malos tratos y traiciones, gritos, complicaciones económicas, dolor y llanto.

Y es cuando la  amargura se hace presente en mi vida, y las palabras tiernas un remoto pasado.

No importa el género, la desesperación y la tristeza son las mismas.

Melancólico amor, desdichado amor, pinché amor, puto amor, triste amor.

¿Recuerdas?, En la alcoba pudimos andar noche a noche sin encontrarnos.

Yo argumentando dolor de cabeza, tú, la reunión de tus amigos para ver el partido.

Yo, refugiándome en la cocina y la escritura, tú, en las cantinas como terapia de género.

Te creías aquello de que el hombre manda, y la mujer es sumisa.

Yo no tanto, los tiempos cambian.

Puedo trabajar la doble jornada, ser capaz de subsistir por mi misma, y de no necesitarte para ser.

No quiero gritos, reclamos abusos físicos, o verbales, o estar con quien me trate como a un ser inferior.

Soy parte del desamor moderno, aquel que hace sus maletas y se va.

Aquel que considera  el amor a si misma como respeto y como opción.  

El amor es la piedad que nos tenemos, leí en alguna ocasión.

No es narcisismo, si interés en sobre vivir.

El antiguo desamor sigue ahí, llora sus penas en secreto, se frota los golpes a solas, aguanta la indiferencia, la falta de cariño, la existencia de amantes.

Maldito desamor, ¿Tanto amar para qué?  

¿Qué es lo que paso, que nos hace dormir confiada una noche cualquiera, protegida, acompañada, segura del amor, y despertar mas tarde, sola, abandonada, indefensa?

Durante algún tiempo, creí que mas en el desamor, que en el amor.

Tantos fracasos, tantos intentos, ¿Para qué?

Mejor la soledad, las caricias sin nombre que perdure, sin compromiso, sin reclamos, sin lealtades, sin amor.

Me incomuniqué, me dije nunca más y falle.

Sucede que así como llega el desamor, así también aparece el amor.

La sensación se inmortalidad tras un beso, la necesidad de pertenencia a otro cuerpo, la alegría de descubrir un rostro que anime el día, la idea que ahora sé es la persona buena, la que espere con ansias toda la vida.

Amar y desamar, estar un tiempo con lo mejor y otro con lo peor, celebrar la compañía de alguien extraordinario, y guardarle luto por lo que no era.

Mi consigna para vivir y no morir en el intento, es amar con locura.

Dejarte ir, cuando ya no pueda más. No hay de otra.

Andrea Guadalupe.

 

 


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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