domingo, febrero 3

Recientes unos, otros, en blanco y negro.


Febrero. 2013.     Recientes unos, otros, en blanco y negro.

¿Cómo se puede elegir entre todos los recuerdos, uno que marque una vida?

Siempre usamos el plural para hablar de recuerdos.

No hay gota de agua que calme una sed y el afán de no estar muerta, de ser consciente de haber vivido, lleva inevitablemente al plural.

Los tengo, recientes unos, otros, en blanco y negro, algunos llegaron ya con canas y otros, están por venir, aunque  sin duda, los más importantes y definitivos vendrán un minuto antes de mi muerte, en ese efímero instante en que dejaré de tenerlos, para quizás pasar a ser, el recuerdo de alguien.

Me gusta recordar que te quise antes de que pudieras ser realidad.

Que poco a poco fuiste ocupando un espacio que yo me negaba.

Que te buscaba entre la multitud con miedo a ser sorprendida por todos, menos por ti.

Me gusta recordarte ajeno a mis pasos tras los tuyos, a mis fantasías más decentes y mis sueños más prohibidos.

Me gusta recordarte en las distancias inmensas, y también en las más cortas.

Me gusta recorrer contigo otra vez el desierto, entre recuerdos que arrastra cada nueva tormenta de arena.

Me gusta recordarte en el primer encuentro, la primara noche, los primeros miedos y todas las confianzas que vinieron luego.

Me gusta recordarlo, y volver hacerlo nuevo en cada relato.

Aunque, a la misma vez, me gustaría recordarte que siempre creí en el futuro, en la esperanza de lo nuevo que se convierte en único, auténtico y verdadero.

Recordarte que sigo soñando en lo nuestro, y contigo, que estoy tendiendo puentes para que todas las distancias sean cortas, que siguen soplando los alisios, y que pronto viene el buen tiempo.

Me cuesta llegar a casa, no sé si es el sabernos tan distantes, o es la nostalgia de otras tardes que flota en el ambiente, porque hoy, tu sombra se refleja en las nubes y tus pasos se van borrando del sendero, seguidos por un soplo que inhala el polvo del camino.

Y la sonrisa se borra de mi rostro mientras cierro los ojos para ver como te alejas sin dejar de mirarme...porque sigo contando las horas para todos los encuentros.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde estas noches claras y diáfanas, a todas las conjuntivitis les mando agua de rosas con besos al viento.

Andrea Guadalupe. 

                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 

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