domingo, septiembre 20

Un puñado de oxigeno.

Tijuana BC Sep/009.   Un puñado de oxigeno.

 

 

Hoy he pasado un día muy agradable gracias a mi hijo, y gracias también, por qué no, a mi soledad.

Acabo de pasear con mi soledad de la mano, y ella misma me ha vuelto a recordar que las personas no estamos tan solas como creemos, al fin y al cabo nuestra soledad estará eternamente a nuestro lado.

La soledad, por fortuna para unos y por desgracia para otros, nunca nos deja por otr@,  nos es fiel, aun siéndole infiel, ella siempre está esperando, y jamás guarda rencor.

Es la única que esta a nuestro lado en los peores momentos, y es la única que soporta no estar en los mejores momentos.

Es nuestro "segundo plato", y nosotras siempre nos sentimos avergonzadas de ella, aunque es simplemente porque nunca nos hemos parado a conocerla, siempre intentando buscar nuestra felicidad fuera, en el exterior, con otra persona a la que creemos más capaz de hacernos feliz que a nuestro propio yo, a nuestro ego, a nuestra soledad, a nuestro ser mismo.

Me doy cuenta de que a veces no nos detenemos a pensar en que los complementos más importantes y las situaciones que más nos hacen felices están justo a nuestro lado, sentados con nosotras cada día, cada mes, cada año, esperando un afortunado recuentro, y nosotras, ilusas, buscamos a esa persona tan especial, en seres distantes, y no nos damos cuenta que no hace falta viajar tanto para encontrar lo que necesitamos, con vagar a veces es suficiente para darse cuenta de que las mejores detalles de la vida, son las que creemos las más insignificantes.

Espero poder pasar más momentos como hoy, junto a  mi hijo y por supuesto, con mi soledad.

 

Andaba yo sumergida en mis pensamientos de camino a la casa cuestionándome sobre por qué últimamente tenía tantas ideas y tan poco tiempo para escribirlas.

Me gusta mucho escribir, sólo que por desgracia tengo que invertir gran parte de mi tiempo haciendo otras cosas, como por ejemplo, trabajando, atendiendo la casa o simplemente descansando..

Estaba yo manejando mirando la carretera sucia y desgastada que parece rociada de hoyancos cuando empecé a echar cálculos.

No soy muy dada a distraerme con las matemáticas y los cálculos al manejar, sólo que la situación requería un esfuerzo.

Me dije a mi misma: invierto diariamente unas diez horas laborando, y dos horas para ir y venir de él trabajo, cuatro horas en la cocina  y haciendo los deberes y demás necesidades vitales, por lo que empleo 16 horas en hacer cosas que me absorben.

Después me paré a pensar en las horas que utilizo para dormir.

Normalmente me acuesto a las 10.00 de la noche, y me levanto a las 4.00 de la mañana por lo que empleo seis horas en sosegarme.

Si mis cálculos no me fallan, en total gasto veintidós horas en hacer cosas que me apartan de la escritura.

De esas horas que utilizo, me quedan tan sólo dos hora para completar el día.

¡Ojala el día tuviera veintiocho horas!

Sólo que no, el día tiene veinticuatro horas, y de esas veinticuatro horas sólo dos escasas horas para poder desahogarme escribiendo aquello que pretendo que lean.

 

Entre tantos pensamientos y cálculos atravesé la cortina de la presa Abelardo L Rodríguez aquí en Tijuana, cuando, cual fue mi sorpresa al mirar en el tablero del pick up, que la aguja de la gasolina indicaba tanque vació.

Me quede helada y paralizada, la gasolinera para recargar se había quedado atrás.

En unos instantes más el motor tosería hasta detenerse, me imaginaba la incomodidad de viajar en transporte público soportando el rechazo del conductor y pasajeros por el olor de la gasolina.

Continué a la máxima velocidad que  el camino me permitía, sentía a cada instante que me quedaba tirada en carretera.

Por fin llegue a la estación de servicio más próxima donde me sentí cansada en uno de los bombas despachadoras y comencé a escribir ideas absurdas que una vez más me habían hecho perder un poco más de mi precioso tiempo.

Es increíble poder disfrutar del placer de sentarme  y ponerme a relatar, a escribir esas cosas que me pasan por como una luz al final de un túnel oscuro, y de esa forma, expresarme, sin tener que medir las palabras y actuando de una forma libre y totalmente propia.

Sólo hay algo que es todavía más satisfactorio que eso, es el placer de leer cada uno de los comentarios.

Un día, no recuerdo bien por qué, me gano el deseo de expresar lo que creo y lo que siento, y qué mejor forma que intentando mostrar aquellas cosas que fluyen por mí ser con vida propia.

Siempre que el tiempo me lo ha permitido, he intentado dejar aquí, un poquito más de mi ser y de mi yo, un poquito más de ese sentimiento que noto que necesito sacar y mostrar al exterior, un poquito más de esa rabia que me lleva a escribir todo aquello que veo, oigo y que siento, aquello que afortunadamente o desafortunadamente paso, y que por lo tanto vivo.

No me hubiera podido imaginar que mi voz, mis palabras, pudieran influir a la gente, cada uno de sus comentarios, es un puñado de oxígeno en mi vida, un puñado de fuerza y animo para seguir escribiendo.

Es bonito ver como pasan los días y como cada día sigue ahí esa pequeña parte de ti que todo el mundo con un simple clic puede ver y visitar, y también, por supuesto, opinar y contradecir, que espero que se multipliquen por más y más entradas donde poder decir simplemente lo que mi corazón y mi alma me susurran.

Mientras que exista este sitio, existiré yo, y por tanto parte de mí ser y de mis sentimientos estarán aquí junto a cada uno de los que de vez en cuando transita este lugar y comparten parte de sus palabras y de su ser con los demás.

Todavía queda mucho por decir, y mucho por escuchar.

 

Gracias Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




Conoce el reto de esta semana y y gana con Perfil de Windows Live

No hay comentarios.: