Desde mi rincón existencial: tristezas que deambulan por mi cabeza : Reflexiones con Neruda.

Tijuana BC May 008. Reflexiones con Neruda.

Cuando no se con quien he soñado, me levanto con el animo como pelota, dando tumbos.

Mis despertares suelen ser de lo poco grato que tiene la mañana.

Me descubro melancólica, chípil, huérfana pues.

Y la alabanza de alegría que suele proporcionarme la regadera, en ese día no suena para mí.

Sin saber por que o a quien, mientras me seco, empiezo a rezar maldiciones.

Total, son aire y al aire se van.

El desamor, dice Neruda, nos hace sentir viejas, tontas y tristes.

Y es cuando recuerdo que debo entender que la vida tiene un determinado trayecto y tiene sus propios rumbos.

Salgo a trabajar, mientras mis pensamientos se enfrascan en dialogo abierto con mis sentimientos que traen pliego petitorio, y emplazamiento a huelga.

Todo esto tensa mucho, no es posible que siga atorada en enredos emocionales que herede de un pasado.

Esto seria motivo suficiente para que no regresaran jamás.

Ya me voy a ver si mejoro.

Según aprendí en la escuela, los sentidos son cinco, de acuerdo a la experiencia adquirida en mis años de vida, son mas, muchos mas.

Me explico, para mi los sentidos son aquellos que sienten que han sido tratados con injusticia, o que han sido hechos a un lado y/o excluidos de algo a lo que tiene derecho.

Lo característico de los sentidos, es que no se animan por miedo, prudencia o estrategia a hacer una protesta abierta, retadora.

Dan el paso atrás, y se refugian en el silencio, los ojos bajos, el vocabulario se reduce a monosílabos, al mismo tiempo que se emiten toda clase de señales de que se esta sufriendo a lo bruto.

En esto consiste estar sentido.

Solo que en este estado de animo coexisten la falsa sumisión, la siempre engañosa resignación, y el poderoso animo pomposo, que son los tres ingredientes básicos del……sentimiento.

Si bien puede aflorar indiscutiblemente en el animo masculino, es entre nosotras donde encuentra su mas natural acomodo.

Nadie como nosotras las mujeres en su capacidad para estar sentidas y prolongar infinitamente ese estado emocional que puede llegar a enloquecer a quienes rodeamos.

¿Cómo reconocer a un sentido?

Esto es fácil, hay que esperar a que el sentimiento madure y manifieste sus señales, mutismo, aire fúnebre, desinterés por el mundo y sus placeres, ojos llorosos y cuerpo cortado.

¿Qué te pasa?

Aquí es imposible distraerse por que la respuesta es básica.

Si responden con voz neutra: Nada.

Estamos frente a un sentido, y ve a saber para cuando se pase.

Los sentidos toman a mal los olvidos.

Luego viene el periodo de disipación que entre los hombres suele ser breve, y entre nosotras, puede ser eterno.

Por que como mujeres que somos, venimos equipadas con cinco memorias y una la tenemos exclusivamente para almacenar agravios.

Solo que en este caso, el perdón es un bálsamo inmejorable.

Cuando yo nací, todas las señoras de la familia eran y lo decían con orgullo, Señoras Decentes.

Desde entonces y hasta hoy, todo se ha precipitado, he vivido lo suficiente para atestiguar las transformaciones.

La única excepción era mi tía Elsa, que era mi maestra particular.

Las otras parecían embalsamadas y así, en su calidad de figuras decorativas, ocupaban, dominaban, controlaban el centro del hogar.

Su cultura tendía a ser nula o desperdiciada. Dispersa.

Reconocían a su marido como el señor de la casa, y complacerlo, era una de las obligaciones primordiales.

Los hijos éramos unas cosas lejanas que teníamos que renunciar a todo espacio y a todo juego cuando llegaba el señor de la casa.

Hay veo todo eso con horror y siento una gran lastima por aquellas mujeres confinadas en su hogar como seres lúgubres.

Del diario me levanto temprano, para asear la casa, escuchar las noticias, escribir lo que me gusta, antes de salir a trabajar.

Solo que si se trata de domingo, lo que me gusta es descansar.

En el fraccionamiento donde vivo, los niños dominicales constituyen una especie particularmente nociva, no sin una pizca de violencia revolucionaria.

A veces se me antoja inyectarles altas dosis de Tafil para tenerlos lacios y dóciles.

No lo sugiero por que en un minuto hacen una ONG, y ya me están linchando.

Andrea Gpe.