martes, mayo 6

A quien corresponda.

Tijuana BC May 008.   A quien corresponda.

 

 

Por casualidad, hace ya unos días, en una Web de esas en las que se insulta gratis bajo la mascara del anonimato, leí que quienes empleamos espacios en la red para exponer ideas, sentimientos, publicar propuestas, vivencias, sueños e ilusiones, así como trabajos literarios diversos, somos sin excepción personas vanidosas, arrogantes, orgullosas.

Me quede pasmada ante la generalización, de bases tan alegres.

La verdad es que yo por ejemplo, no me lo puedo permitir, aunque me gustaría mucho.

Quisiera decir que, si bien lo intento con valor, no consigo alabarme a mi misma como yo quisiera.

La razón es que he recibido innumerables lecciones de humildad a través del látigo sin perdón de la humillación mas descarnada.

Y en consecuencia, a mi quebradiza auto estima no se le ocurriría jamás mostrar una actitud semejante.

¿Desde cuando los caracoles enseñan los dientes?

La publicación de mis primeros escritos significo para mi una alegría absurda, solo que sin hacer daño.

Cuando me refiero a publicación, me viene a la memoria a la primera vez que sentí un gozo vulgar y carente de sentido común, por que en aquel entonces yo aun creía eso de que la letra impresa es poco menos que sagrada.

Como las Sagradas Escrituras, que para eso se pusieron por escrito y no solo fueron un recadito verbal divino susurrado al oído de un poeta indiscreto que pasó de boca a oreja durante generaciones.

En esa etapa de mi vida, corta muy corta, en que escribí en el segmento cultural que aparecía semanalmente, en un periódico tipo tabloide, de circulación local en una ciudad de 350,000 habitantes, de tipo industrial, y una sociedad conservadora, del cual fui expulsada por un articulo que publicaron un 12 de dic, en el cual comparaba a la Virgen de Guadalupe de manera satírica con nuestros ídolos aztecas, a solicitud de un grupo de almas puritanas.

Un tiempo después, un amigo me invito a escribir en una publicación quincenal que en su momento levanto ampula y luego por diversas razones languideció tristemente el proyecto

Poco después, recibi una invitación de Carlos Guevara, para formar parte de la page: www.saldlcloset.com., e integrarme a su grupo de editorialistas.

Ahí nació mi primer artículo en la red, después surgieron más.

Me habrá publicado quizá unos cinco veces más.

Hubo diferencias y poca comunicación, yo enviaba en forma de archivo y esperaba a que fueran revisados y aceptados bajo criterios sin definir.

Llego el momento del distanciamiento y con el la perdida de mis trabajos.

El contrato que firme a las condiciones que consentí no me llamaron la atención entonces.

Oh, que ingenua era yo, dado que aquel contrato se detallo sin ningún rubor y con una escalofriante naturalidad, su derecho de pernada editorial sobre mi.

En aquel folio solo faltaba una cláusula que alegara "Y en caso de que el editor se enfade, podrá visitar a la autora de los artículos en esta page para desahogarse con ella de la manera en que mejor crea conveniente, sin que la ensayista tenga posibilidad de apelar a el Convenio de los Derechos Humanos de Ginebra, o algún otro organismo relativo a los derechos humanos.

¡Toma! ¿No querías que te leyeran?

Aquellos escritos aun permanecen en saldelcloset.

He tratado de recuperarlos, algunos ya han vuelto a ser míos.

He dirigido correos a "Quien corresponda"

No me han respondido, no se dignan siquiera mandarme al carajo.

Después forme parte del proyecto: www.disforiadegenero.org

Fue la etapa de mi vida donde me quise reflejar en vidas con similitud a la mía, hasta que comprendí que cada cual lleva su cruz y la solemos tapar con nuestra mejor sonrisa para que no la vean.

No tod@s somos iguales, cada quien tiene sus ilusiones puestas en la vida de manera diferente.  

El rumbo a seguir no lo tengo claro, aunque confió en la vida y en mí.  

Me siento fuerte ante la vida, quiero a los corazones de acero, a los que perteneceré siempre, solo que no volveré ahí.  

Me mezclo con la gente para sentir el derecho a la vida.

¿Dejar de escribir, de participar aquí? ¡Nunca!

Mis experiencias, traducidas en relatos es lo único que tengo para sentirme viva, para saber donde he llegado.  

¿Mentir? Pienso que no, las personas no llevamos el sexo como etiqueta de presentación

Vivir simplemente, sentir que soy una persona normal, integrada a este sistema y mezclarme con el, no rendirme a el. .    Andrea Gpe.

                                                          

 

 

 

   

 

    

 



                           Andrea Guadalupe.

                              
                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com           agluna200@àyahoo.com.mmx
 
 


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