Desde mi rincón existencial: tristezas que deambulan por mi cabeza : Amenazan en lugar de comprender.

Tijuana BC Marzo 008. Amenazan en lugar de comprender …………………(Cloacas)

Tendida sobre la cama, cubierta con una sabana desteñida, con la mirada huidiza que lo dice todo sin decirlo, tiene los ojos tristes.

Acaba de tener un aborto, triste final para una triste historia después de sufrir, padecer, cuestionar.

Noches de desvelos y dudas.

Preguntándose que hacer y como, que hacer y donde, que hacer y con la ayuda de quien.

Angustiada, atrapada, asustada, una mujer que se descubre embarazada sin quererlo, sin desearlo, soltera y con pocos recursos.

Infinitamente sola ante un mundo que la juzga sin compadecerla.

Me mira y yo, la miro mientras en sus ojos desfilan batallones de tristezas.

Me da la mano y se la tomo.

Confirmo ahí, en ese momento, mi postura a favor del derecho a decidir.

Y desde entonces, pienso en su mirada, tan honda, tan elemental, tan profunda.

Como la de mi hijo el día en que nació, qué nació de prisa, con ganas de estar en el mundo y desafiarlo.

Y yo atrapada entre dos miradas contradictorias, la de mi amiga que aborta, y la de mi hijo al nacer.

Atrapada en un lugar intermedio, y por lo mismo incomodo.

Odiando la idea del aborto, y odiando la penalización.

Odiando la cancelación de una vida, y comprendiendo que en ocasiones, es la única opción.

Dispuesta a pelear por el derecho a decidir, entristecida por sus consecuencias.

Por que el aborto, lo sé, es la decisión correcta en ciertas ocasiones, en ciertos lugares, para ciertas mujeres.

Aquellas que han sido violadas, presionadas, mujeres que no quieren o no pueden ser madres, por circunstancias económicas, sociales o personales.

Que se enamoraron del hombre equivocado, que después fueron abandonadas.

Mujeres incapaces de mantener a los que ya tienen, y mucho menos a uno mas.

Y por eso, acaban como mi amiga, bajo una sabana, en un lugar insalubre, clandestino, muertas de miedo, de frío, de descuido.

Clasificadas como delincuentes y condenadas como pecadoras, criticadas por negarse a ser madres.

Victimas de una sociedad que prefiere cerrar los ojos, empuñar crucifijos, divertirse con la doble moral, victimas de juicios implacables del catolicismo que censura antes que perdonar.

Victimas de quienes muestran videos de fetos desmembrados, olvidándose del dolor que padecen los niños no deseados, los abandonados.

Vivo conciente de que un aborto, no es una decisión que se toma a la ligera, o de manera casual, y que su despenalización no producirá ejércitos de mujeres haciendo cola para obtenerlo.

Molesta por la forma escandalosa e intolerante en la cual, miembros de pro_vida, y la iglesia católica se han pronunciado.

Hombres de negro, hablando de costos de sangre.

Hombres de blanco, hablando de excomunión.

Hombres de sotana, obsesionados con la vida de los fetos y dejando pasar las acciones de los sacerdotes pederastas.

Hombres, todos hombres.

Ni una sola persona que podría quedar embarazada y despertar confundida: Jorge Serrano Limón, Onecido Cepeda, Norberto Rivera, Carlos Abascal.

Hombres que se felicitan a si mismos por defender las reglas que han elaborado para mantener a las mujeres en su lugar.

Usando su jerarquía para amenazar en lugar de comprender.

Hombres, de nuevo hombres, son personas que demuestran con sus palabras y acciones, lo molestos que están con mujeres pensantes, con mujeres demandantes, con mujeres concientes.

Mujeres ante las cuales, los clérigos tuercen la palabra de Dios, para usarla como instrumento contra la equidad de genero.

Mujeres que luchan por obtener la capacidad de controlar su fertilidad y que serán capaces de controlar su futuro.

Mujeres que se saben con derechos, que jamás dejaran a un hombre decidir por ellas, que caminan por el sendero que otras pavimentaron para ellas y las que vendrán.

Por que aquí estaré, señalando la deshonestidad de los argumentos de quienes juzgan sin haber estado jamás en el lugar de la persona juzgada.

Se ha hecho y seguirá haciendo con agujas de tejer, o con doctores en clínicas clandestinas como mi amiga de ojos tristes.

Hasta el día que mujeres, se obtenga el derecho a decidir. Andrea Gpe.