Desde mi rincón existencial: tristezas que deambulan por mi cabeza : Corazón rosa.

Tijuana BC Dic 007. Corazón Rosa.

Mi pequeña de corazón rosa, la niña que nunca creció, como en un principio, hoy da vueltas en mi vida, se ha quedado sola viviendo en secreto, reflejándose con miedo en los espejos.

Me observa abriendo muy grandes sus ojos y ladeando la cabeza como para preguntar.

No he tenido valor de contestarle.

Me he dedicado a mimarla, a traerla a mi lado, a permitirle dormir abrazando a su muñeca de trapo por que la conozco, y eso es algo que agradece en estos días sin sol.

No sé por que, y es probable que nunca conozca la razón, solo que la criatura femenina que es mi yo interno, ha vivido adherida a mi desde que tengo conciencia de ella.

El día que la acepte y decidí luchar para dejar de arrastrar mi existencia, quede conmovida por su devoción.

Me decía: Te estuve esperando.

¿Por qué? Me dije. ¿Qué hago yo?

Solitaria y deprimida, vacilante para el amor, con una niña de corazón rosa, que demanda un cariño que no tengo siquiera para mí.

¿Que hace un ser aferrado a la autodestrucción con una criatura que huele a deseos de vivir?

Y estoy aquí, abrazándola, explicándole que debo salir para ir a trabajar.

Ella sabe que la dejare en casa, y se separa sin verme, sin reclamos aparentes, solo que no me engaña, lo que hace es decir que no entiende lo que pasa.

Y no tengo el valor para compartirle que ando en las mismas, que la culpa no es suya.

No puedo pedirle que sea fuerte, no puedo darle Caridoxen, las capsulas que yo tomo para aliviar la tensión que en ocasiones me causa el vivir, y lograr dormir para evitar el duelo.

¿Qué hace una maltratada por el amor para explicarle a su niña interior que el corazón rosa es un músculo blandito?

Nada, solo procurar que pase el mayor tiempo conmigo.

No puedo confesarle que estoy en las mismas, que nos hemos quedado solas, que debemos aprender a vivir así, es esta sociedad ingrata, donde quienes la formamos, de manera común aislamos a quienes se muestran diferentes.

Mi niña interior, la pequeña de corazón rosa, ahora mismo lee por encima de mi hombro mientras escribo.

Algunas personas se acercan por diferentes motivos, no estamos para eso, hemos perdido la ilusión, y aunque no lo crean, huimos, lloramos en secreto, nos reflejamos con miedo en los espejos, y vamos arrastrando la frente al salir a comprar café, y regresamos a casa de carrera a cobijarnos.

Hoy no, muy pronto empezaremos a despertar, y a una sonrisa habrá que añadirle un colar de perlas y los aretes de plata con forma de tulipanes.

Aguanta, resiste pequeña corazón rosa, ya pasara este invierno.

Anda, camina conmigo, pronto dejaremos atrás esta hoy mala temporada. Andrea Gpe.