Desde mi rincón existencial: tristezas que deambulan por mi cabeza : Chingale un ojo al tuerto.

Tijuana BC Dic 007. Chingale un ojo al tuerto.

Así como la abeja va de flor en flor, yo voy de día en día, formando la cadena que me ata a la vida.

En estos momentos, aparte del frío, la lluvia que hace suya la ciudad, esta ocurriendo lo conmovedor y lo terrible simultáneamente en el mundo en que vivo y que me motiva a vivir.

Hoy deseo referirme a las desdichas de mi jardín, los rosales que crecen al lado de mí hoy desnudo durazno.

Situación que me inquieta.

Como queriendo defenderse, mi jardín se dio a trascender y recordarme que en el su elegancia es la imagen y fragancia que trasmite.

Tiene mi jardín tal condición de maravilloso que por las mañanas resulta imposible no percibir que el mundo tan escabroso y sucio en su superficie, es luminoso y musical en su interior.

No le puede ir tan mal a quien ama el olor de las flores.

Podrá tener incidentes, solo que sus convicciones son firmes y en el peor de los casos, siempre se podrá levar anclas a golpe de pétalos ante las circunstancias que rodean a la sociedad.

Una de nuestras instituciones de justicia ha decidido avalar públicamente la pederastia, se ha extendido un cheque en blanco a los pederastas, cuyas redes de complicidad se encuentran en la iglesia católica, en altos funcionarios de gobiernos estatales, en el Congreso de la Nación, y ahora vemos que tan bien entre algunos magistrados de la Suprema Corte de la Nación.

Hoy la justicia mexicana ha dejado sin defensa a la periodista Lydia Cacho, y a niñ@s que todos los días son violados y despojados no solo de su dignidad, sino de su alegría y libertad de sentirse segur@s.

La violencia en México, cobra licencia de establecimiento mercantil y político.

No se ustedes, solo que yo siento una profunda vergüenza para con las victimas.

Perdón a tod@s quienes lo viven y a las familias de quienes han sido violad@s, asesinad@s.

Por la violación a sus derechos humanos, solo que tantito, decreto la Suprema Corte de la Nación, por los asesinatos que solo son importantes para las estadísticas.

La muerte de Sergio Gómez, vocalista de K Paz de la Sierra, de Zayda Peña, vocalista e integrante de Zayda y los Culpables.

Ante tanta monstruosidad y caminos sin ley, yo les pido a quien corresponda que no nos engañen, que dejen de chingarle el ojo al tuerto hablando de los logros que estamos alcanzando en paz y bien estar social.

El horror puede ser espantoso, expresivo.

Yo pido el día libre, por que de vez en cuando, hay que hacer un esfuerzo para cancelar del espíritu esos poderes y darse el merecido lujo de conocer, pasear y paladear el lado luminoso, floral y festivo de la vida. Andrea Gpe.