Tijuana BC Jul.2010. El reflejo de nuestras existencias.
No hay deuda más grande que la deuda del cariño.
El amor nos mueve, nos impulsa, nos alienta.
Por ese cariño, rompemos la parálisis causada por el miedo, por el desconocimiento.
Por ese afecto, hacemos que las herramientas estropeadas, sirvan que el coraje nos levante, que la pequeñez no nos acobarde.
Por cariño creamos una respuesta, me admira el ver lo que he hecho, ser insignificante, incompetente, que no podía, que no sabía.
Para algunas personas, lo más ansiado es la meta, a mi me entusiasma el camino que recorren las palabras escritas.
Hoy me sucede esto, mañana, no sé.
¿Seguirá una tormenta, o vendrá la calma?
La expectativa es parte del embrujo.
Saber que de ninguna manera soy una experta, me gusta.
Hoy me doy cuenta que no es malo imaginar caminos, lo tóxico es no contar con un buen espíritu para aceptar los cambios que el caminar exige.
Que bueno que la vida nos permitió conocer la experiencia de la palabra escrita, creo haber dado un buen paso, porque es cierto, el don de la escritura es más que un buen regalo, es una buena oportunidad para algo.
Y comenzamos la búsqueda de temas a desarrollar, no importa que también comience la incertidumbre, vale la pena.
Hay que aprovechar todos los medios que la historia personal nos regalo, y escribir.
¿Qué nos podemos equivocar?
No importa, es una infinidad de instantes con que contamos para ir creando belleza fresca y responsable.
Que nuestra crónica, sea de esperanzas, y nuestras palabras escritas, sean el reflejo de nuestras existencias.
Saludos. Andrea Guadalupe.
Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
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