Tijuana BC Jul.2010. Soy ventana a un corazón.
El deseo de escribir me sigue horadando el alma.
Yo nunca puedo decir: Ya termine, al contrario, siempre comienzo.
El escribir me da corazón de caminante, de perseverante, aunque jamás quede satisfecha.
La escritura es reflexión, es fortaleza, es apertura, es confirmación de sencillez, de humildad.
El encuentro con quien lee, me permite esclarecer mis verdades, me consolida en mi realidad, no soy isla, soy archipiélago, soy un eslabón de la vida, soy ventana a un corazón.
Me hace tomar conciencia de que la vida es algo más de lo que mis ojos perciben.
Un espacio para muchos viajes, no sólo para los que yo realizo.
Es conciencia de pequeñez y al m ismo tiempo de dignidad, porque aun siendo insignificante, fui llamada para formar parte de este universo.
Me proporciona el don de conocer la alegría, el gozo, la belleza.
Soy con otras personas, mi mundo es de muchos, es incluyente, soy familia, soy objeto de un cariño, aunque también estoy llamada a aplaudir alegrías ajenas.
Sólo así puedo conocer la lealtad.
Gracias a esta experiencia literaria, de apoyo, se silencio, nos acercamos a este don de escribir para escribirnos, de comprendernos para comprender, de escribir para compartirnos.
Me da gusto saludarles, recordarles en mi camino hecho y por hacer.
¡Cuánto falta y me falta!
No me angustia, creo en la amistad, en la comunidad.
El ejercicio de la escritura, más me ha dado que me ha quitado, más me ha alegrado que entristecido.
En un espacio de mi rincón existencial, he colocado suficiente papel y lápiz para cuando el maratial sigue siendo manantial.
Sigo siendo discípula del camino, del arte de la escritura.
Un fuerte abrazo. Andrea Guadalupe.
Desde mi rincón existencial, donde el sol nace al poniente.
Soy como quiero ser en mi Messenger
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