domingo, febrero 7

Mira las porquerías que dijo, que poca ma…

Tijuana BC Feb/2010.             Mira las porquerías que dijo, que poca ma…       

 

A la monda,... La pu...Que te parió,... Vete mucho a la ver…Eres una hija de tu pin…guina Ma…rinela.

Aún no dije ninguna de las llamadas, malas palabras, sólo que para muchas, soy una degenerada, boca sucia, deslenguada...  hijo de...mala mad…, candidata segura al infierno.

 Y aquí voy a discrepar.

Las mal llamadas malas palabras, no existen.

Sólo existen malas intenciones.

La intención de causarle a quién van dirigidas, un daño psíquico.

Y lo pruebo con un simple ejemplo. ¿Es caca una mala palabra? Es un sinónimo infantiloide de lo que otros pueden decir mierda,  o un médico formal, diría: Materia fecal, o una maleducada: cagada.

¿Y acaso no dije todas las veces lo mismo? ¿No me refería a la misma sustancia?

Sé que por decir todo esto, alguien me va a decir, por decir todo esto que me vaya a la…

Y si yo a esta persona, no mal educada, sino mal intencionada, yo le contestara: vete mucho a la popó, no entendería nada, o comprendería, que por esta reacción, soy una infantil.

Y sí le dijera: Vete a inflar burros por la quinta pata, esto podría producir un desconcierto de partes policiales y juntas médicas.

¿Y todo esto por qué?

Porque usamos mal el idioma.

Somos como los lagartos, sólo abriendo el hocicote. .

Otro ejemplo: La palabra ligero, indica una condición muy deseable, para casi todo lo que se mueve en el mundo.

Hay quienes, como corredores de autos, jugadores de fútbol, pianistas, o simplemente trabajadores, son muy estimados por tener la muy valorada gracia de la velocidad. Sólo que si decimos: Mujer ligera, a una dama, ella entenderá que la estamos insultando, insinuando que es una mujer de la noche.

 Como si la noche no fuera tan alabada por poetas y enamorados.

Y como si las señoritas ligeras, no trabajaran también de día o de tarde.

Hay palabras como: Pinga, que si buscamos en el diccionario nos indica que pinga es un término que proviene del latín pendere, y significa colgar.

Nada más, y sin embargo estoy ya oyendo a quienes  me van a insultar y criticar por haberme animado a decir tan terrible mala palabra.

Claro, en algunas partes de México es también sinónimo del miembro viril de la raza humana.

Objeto este, en ciertos contextos no apto para los oídos de los niños, como mala palabra, sólo que al mismo tiempo muy apreciado por sus dueños, que quieren tener uno grande y activo, y por quienes son favorecidos de esas cualidades, que son muy valoradas tanto en el género femenino, como en el mundo gay.

¿Es entonces Pinga buena o mala palabra?

Sigo prediciendo terribles maldiciones contra mi humilde persona, y, especialmente sobre mi madre.

Y habrá quienes digan que soy hija de madre soltera, situación considerada indeseable y humillante, o tal vez hasta se animen a decir que soy de probeta por aquello de no tener madre, aunque aquí cabe una duda,  por qué nadie  dice con intenciones malignas, que se es hija de padre soltero.

 A fin de cuentas, viene a ser igual; mh mh mh  nadie dice eso.

Es más, a nadie se le ocurre aplicarlo como insulto.

Y pongámonos de acuerdo, una mala palabra dicha a alguien, es sinónimo de insulto, y que un insulto para que sea de verdad ofensa, deber ser con malas palabras, y de las llamadas gordas.

Las pobres y mal miradas malas palabras, son causantes de mejorar nuestro léxico, al obligarnos a que aprendamos a usar el diccionario.

¿Cuáles son las primeras palabras que cualquier niño o niña buscaron en el diccionario?

Las mal llamadas malas palabras

Las tan denigradas palabrejas, también son causa de numerosos beneficios a una humanidad muy pobre en su vocabulario.

Por ejemplo con sólo decir indeja, podemos resumir todo lo que sentimos por alguien, sin tener que aprender a hablar para decir cosas como: eres una persona que en tus decisiones, no sueles tener concentración mental, algo floja de manos, indecisa y lenta.

¿Se imaginan decirle todo esto a una compañera de cocina, en medio de la preparación de un platillo, para que corrija su acción y haga lo deseamos que realice?

Duraríamos años en las cocinas, paralizadas en el primer desencuentro de opiniones.

Y aquí no caben sinónimos como tonta.

Les falta la contundencia, que da la clase adquirida, al ser catalogada como mala palabra.

Las mal llamadas malas palabras cumplen una función social, al permitir que cualquier persona pueda desahogar sus frustraciones, dedicando lo  mejor de su repertorio a: esa hija de su… perdón, casi se me escapa.

Dicen quienes saben, que sólo se dicen malas palabras, cuando queremos insultar, en nuestro idioma natal.

Esto es una ventaja para las condenadas al vulgo, o a los intelectuales que se animan a decirlas públicamente, o a salir a la luz, solo en la intimidad, o peor, caer en el ostracismo, de existir sólo en los pensamientos sobre el prójimo, como diría Borges, nunca las olvidamos.

Triste destino el de las malas palabras.

 Igual a los genios incomprendidos, deben vivir escondiéndose, o lo peor, a salir sólo cuando las personas se odian, se matan o se embrutecen.

Y si aún queda una duda, de que mis palabras son sabias, piensa, sin ir más lejos, cuantos sinónimos tienes en tu cabeza para los órganos sexuales masculinos y femeninos, sin llegar a consultar un buen diccionario de sinónimos.

Y todos los sinónimos pobrecitos, están condenados al infierno cuando se usan como sinónimos de términos como pene o vulva.

Y estos dos, privilegiadas, jamás serán considerados en esta avergonzada categoría de pasaportes al infierno.

Es más, les dan a sus usuarios categoría de persona culta, refinada, intelectual y delicada.

Y ellas, las palabritas, son las hermanas afortunadas, hijas todas de la misma madre y padre de las otras, las prosaicas, algo así como la versión de el hombre y la bestia del vocabulario.

Y ahora... ¿No te vas a sentir, luego de oír lo que dije, un poco tonto, cuando te reprimas por decir una mala palabra? ¿0 un poco encabronado?  Digo esteee... molesto... Anímate, al menos a mí, dime: Inche loca, hija de tu… y lo que sigue.

Di: Mira las porquerías que dijo, que poca ma…      

Dilo, y veras  como me lo agradeces después., a  ti, te lo va a agradecer tu hígado..., ya vas a ver, anímate... no seas una  cagad... digo flojo de esfínteres.

Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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