Dic. 2013. Preludio
de la reflexión
Al caer la fría tarde, cuando disminuye la intensidad del
ritmo cotidiano y se incrementa la ventisca helada, el instinto nos conduce al
refugio, en una pausa, se concilian las vivencias y los sueños; en el ensayo de
muerte, sinónimo del comienzo del sueño, se esfuman las tensiones, los temores
y las esperanzas se abrazan en un ritual del pensamiento… la tarde ha sido el preludio
de la reflexión; al caer la noche los seres humanos nos refugiamos de las
inclemencias de época invernal.
Nos acogemos y es entonces cuando el silencio nos rodea y circunda
a una minoría que nos asumimos como
desadaptada, y esos muros de silencio, impiden conocer la magnitud del grupo
que comparte esa percepción.
Porque a pesar de estar comunicad@s, vivimos alejad@s un@s
de otr@s, y así, el mundo se configura como un archipiélago inmenso de
soledades orbitando en una espiral de silencios.
Y en el territorio fronterizo de la verdad, donde sólo existe
lo que puede conceptualizar, el afán por etiquetarlo todo responde a la
necesidad de encontrar un orden en un mundo caótico y diverso.
Las pautas de conducta son producto del entorno, el reflejo
de un mundo que admite muchas visiones, de un horizonte incomprensible.
En la guarida, nos deslizamos sobre la espiral del silencio,
exploramos las sinuosidades de la condición humana y el color de la feliz
coincidencia que nos identifica.
Y cuando se atenúa la intensidad del ritmo cotidiano, en el
umbral del sueño se esfuma la tensión, y abrazamos los temores y las esperanzas
en un ritual legendario del pensamiento.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, tierra mágica que
me cobija.
Andrea Guadalupe.
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