viernes, septiembre 10

Soy nadie, soy nada, ¡Que belleza!

Sep. 2010.  Soy nadie, soy nada, ¡Que belleza!

 

Sigo siendo una mujer muy descuidada como para tomar en cuenta los procedimientos de la seriedad, de las penumbras emocionales, de las formalidades de los títulos.

Soy una mujer convencida de que la existencia es trágica, aunque también reconozco que es extremadamente maravillosa.

Y a pesar de esto y del tiempo vivido, no me dejo abrazar por el abatimiento, que es una de las formas de la vejez.

No soy una persona que se deje arrastrar siempre por sus impulsos, desde mi óptica, ser buena no significa ser débil.

Atesoró mi jardín de rocas, mi durazno niño, y mis rosales como símbolo de esperanza.

Y en mis momentos de soledad, parada frente al mar, sigo imitando el rompimiento de las olas en mi corazón fantasma.

Esta forma vagabunda de no tener compañía, me aproxima a lo que me estremece y quiero.

Papel y lápiz, sueños, coraje y trabajo.

Escribo porque ya no tengo edad para otras cosas, aparte del suave peso de las palabras como caricias en los sentidos.

Lluvia, arena, rosas, libros, nubes.

Leer hasta la incineración, o transitar por los caminos de la narrativa, son maneras de sentir la vida.

Yo, únicamente delineo palabras simples para recuperar algo de paz y darle sentido al escenario adverso.

¡Que belleza! Soy nada, soy nadie.

Como el nombre que escribí en la arena, y lo que creí que era, se lo llevo la brisa.

Sin importar que jure tenerlo siempre, el paso del tiempo lo dejó en el olvido.  

Nada ni nadie impone su memoria.

Humo de colores y mucha prisa.

Quien edifica poemas en el aire, olvida que el arcoíris, no es de hierro.

Palabras, pétalos invisibles en los labios sellados del amanecer.

Vela que borra su luz en la mortaja de la saliva, como quien apaga con un trago amargo la sonrisa.

Desierto el viento, lo que pasa como nube no pasa.

Así me voy, por un camino cualquiera, porque todo termina en nada.

Hija de la tierra, polvo se me hace la vida.

El mañana siempre viene mañana, como ola de sal en el sol de siempre.

Maravilla de la vida, papel, lápiz, y la palabra que se imprime.

¡Que belleza! No ser nada, no ser nadie.

La sombra de mi sombra, es una oscuridad sin estrellas.

Barca que navega de la noche al día, tu llegada es siempre mi puerto de partida.

Soy nadie, ¡Que belleza no ser nadie!

Desde BC, mi rincón existencial.  Andrea Guadalupe.


                                                 

 
 


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