sábado, septiembre 4

Lo que se escribe es sólo el eco de un océano…

Sep. 2010.   Lo que se escribe es sólo el eco de un océano…

Cada cierto tiempo, quien escribe, planta un lápiz.

Abre su mano y en ella, una descarga le siembra la fuerza en su puño, dejándole  llagas como las de Jesús el Cristo.

La sangre alimenta de savia las venas de toda escritura.

La suma de consonantes y vocales, son el principio alfabético que describen las desgracias de la vida.

Cuando el abrazo del lenguaje es un alimento para sobrevivir en el mundo, el significado del entorno se vuelve una incoherente danza de mitos.   

Entonces surge mi interés por la palabra escrita y las olas rompiendo su reflujo a mis pies.

Todo lo que escribo convoca a un nombre, y tu nombre está en todo lo que escribo.

Jamás he dicho el tuyo, y te nombro en todo lo que nombro.

Cada cierto tiempo, quien escribe, planta un lápiz.

Y mi lápiz está alojado en una infancia o en un amor que sustituye esa infancia.

Así se acaricia, como escribiendo, como escri viviendo.

El recuerdo de un nombre en la punta de un lápiz, y el placer de la escritura cambian…

Se esperan las cosas que se desean en un ambiente de magia, al lado del aroma de las flores, el café humeante, y la nube que juega a ser paloma en la ventana.

El sarcasmo es inmoral, el tiempo pasa y el hechizo de lo que se escribe es sólo el eco de un océano que batalla con el vendaval de los recuerdos.

 

Ahora que mi memoria ya no es una espina, me pregunto cuánto tiempo mi alma lucho por no ser una lámpara extinguida.

Necesito escribirte estas líneas…

Tomar el lápiz por la cintura, dejar la mano del viento posarse en mis cabellos y ver la belleza de las nubes navegando por la calle.

Las luces brillan en la ciudad, la noche no será eterna.

Necesito vaciar mi alma en estas líneas y que queden mis palabras bailando en tus recuerdos.

¡Ven, sonríe, soy lo que quedo de mí, y lo que queda siempre es lo mejor!

¡Contigo sólo soy un ser humano y no un ser humano solo!

Alguien me dijo que lo mejor del amor, es el amor después del amor.

Y necesito escribirte estas líneas.

Tomar el lápiz, bailar descalza en la arena, sentir el mar con sus alas de gaviota.

Respira hondo, estas conmigo…y yo sólo soy un ser humano, y no un ser humano solo.

¡Soy lo que queda de mí, y lo que queda siempre es lo mejor!

Necesito escribirte estas líneas.

Mojar la punta de mi lápiz en la tinta rosa de la luna, con la sombra iluminada de mi corazón.  

Las luces brillan en la ciudad, la noche no será eterna.

Desde BCN, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.



                                            



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