lunes, junio 14

Temblorosa de amor.

Tijuana BC Jun. 2010.     Temblorosa de amor.

 

Ganas de morderte, me dijo al oído y yo baje la mirada, sonreí, quise hablar de otra cosa, tan cerca de su cuerpo que, más que verle, sentía: su calor, la mezcla de olores que desprendía su cuerpo, la loción, el brazo que me pasaba por la espalda.

Intente echarme hacia atrás para mirarle a los ojos, sólo que me los cerró a besos y luego me rozó los labios y yo sentía que me ahogaba y que un fluido tibio me humedecía, la piel me comenzaba a arder, la sangre iba a brotarme por los poros mientras me besaba las mejillas, las orejas, el mentón, la nariz, y yo gemía o ronroneaba, me atragantaba, e insistía con la barbilla alzándome la cara, besándome los párpados, los labios, la nuca, los hombros, murmurando de nuevo "ganas de morderte", o tal vez sólo pensándolo, aunque buscando la forma de ganarme el mentón con la nariz, de empujarme hacia arriba mientras dejaba caer la cabeza como arrastrada por el peso de la cabellera, entreabría los dientes, asomaba la lengua, emitía un jadeo de gozo, exponía el cuello firme y palpitante, y descendía suavemente, abría la boca, clavaba los colmillos, ausente el espejo, temblorosa de amor.

 

Andrea Guadalupe.



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