jueves, abril 15

Ya es hora de que sea con cárcel.


 

Tijuana BC Abril/2010.    Ya es hora de que sea con cárcel.

 

 

Se han reunido los obispos, arzobispos y cardenales para analizar la postura que tomaran ante el mundo acerca del tema de la pederastia, azote que los castiga como latigazos y que alcanza en sus resultados censurables al mismo Papa Benedicto XV!

Los voceros de la iglesia y los llamados abogados católicos, en una defensa desesperada, no dudan en culpar al pueblo, a los creyentes, a la sociedad entera, como la fuerza impulsora del repugnante comportamiento de algunos sacerdotes que desde siempre han lastimado a la infancia.

La iglesia demanda justicia para todo el mundo, aunque como lo hacían en el combate contra la aftosa, plaga que arruino la ganadería mexicana durante la década de los 40 del siglo pasado, que se aplique en "las vacas de mi compadre"; es decir, justicia o castigo, para todos los demás, sólo que respeto y tolerancia para los que caben debajo de la cobija celestial.

No se vale pedir perdón, enviar a los sacerdotes enfermos a un cuarto oscuro a orar; no, ellos, por perversos, deben estar en la cárcel pagando por sus fechorías.

Los sacerdotes, en la práctica social, tienen fuero como los diputados o como los militares y los marinos; no los alcanzan las leyes que deben ser parejas, para todos, sin excepciones, dictadas por el Ministerio Publico y por un juzgador honesto, que garanticen el castigo o la libertad del indiciado.

No se puede repicar campanas y andar en la procesión al mismo tiempo, ser juez y parte, como dicen los abogados cuando advierten que la ilegalidad inclina la balanza de la justicia.

La pederastia, está llegando a sitios que jamás se imaginaron y representa un grave problema de seguridad pública, al que también los gobiernos deben enfrentarse buscando el bien de la Nación.

No puede el pueblo tener fe, si sabe que sus líderes no son honestos, que le fallan por las razones que sean, por los motivos que usan como explicación; los ejemplos de conductas desviadas como la del padre Maciel o del padre Amaro o del párroco Sandoval, son únicamente referidos que señalan hacia el sitio central donde debe aplicarse el antibiótico en forma de justicia humana, lejos de la justicia de Dios de la que nadie duda, la que está presente en todos los rincones del mundo.

La reparación de los daños, hasta ahora, y sobre todo en Estados Unidos, ha sido en pagos en dólares y con oraciones; ya es hora de que sea con cárcel, como se castiga al que se roba un pollo, para citar el ejemplo que se generaliza.

Andrea Guadalupe.


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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