Nov. 2013. 16 de
Nov, Día Internacional de la Aceptación, no de la tolerancia.
Se acerca el Día Internacional para la Tolerancia y ni entre
los ciudadanos ni entre los partidos políticos luce una verdadera intención de
borrar las diversas expresiones de intolerancia que amenazan la convivencia social.
Los actos de intolerancia vividos en nuestra sociedad por
razones como: preferencia sexual, color de piel, creencias religiosas y
políticas son comunes.
Actualmente, se ha puesto de moda hablar de bullying escolar
o laboral, aunque, en realidad se termina muchas veces expulsando o maltratando
aún más a la víctima que al victimario.
Las relaciones de discriminación se ejercen a todos niveles
y parece preferible resolver el tema a favor del fanfarrón, que de la persona
que ha sufrido las burlas o la presión del grupo.
En 1995, se instituyó a nivel mundial, el Día Internacional
para la Tolerancia, por la Organización de las Naciones Unidas y la realidad es
que la situación, en lugar de mejorar, da la impresión de ser cada vez más
extremista y radicalizada.
En México, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación,
ha luchado por la protección de las parejas del mismo sexo, de los migrantes,
de los indígenas, de las personas con distintas capacidades.
Incluso ha establecido manuales para periodistas a fin de
evitar el mal uso de palabras que refuerzan la discriminación y ha estimulado
trabajos de investigación que eliminen las barreras entre víctima y victimario.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer.
Nos falta aún mucho por aprender a querer a otr@, a
respetarl@ y aceptar que tod@s tenemos el derecho a ser diferentes.
En una sociedad que tiende a hacer una cultura universal
donde todos debemos pensar igual, porque si no, no somos parte de esa
comunidad, la capacidad de aceptar que hay otros que piensan diferente se va
desvaneciendo.
Lo mismo pasa sobre la comunidad LGBTI.
Recientemente hemos visto cómo ha evolucionado el tema de la
diversidad sexual en el mundo, varios países han aprobado los matrimonios entre
personas del mismo sexo y otros lo han prohibido rotundamente, hemos visto la
reacción de la iglesia, también hemos visto cómo ha cambiado la percepción de
la gente en cuanto a sus opiniones sobre la gente gay, hemos visto cómo
reacciona cuando un país tiende a repudiar la comunidad LGBTI, y se convierte
en una xenofobia generalizada. (Rebember Rusia)
Independientemente de los argumentos que haya en contra de
nuestra comunidad, del porcentaje que representemos en el mundo como minorías,
hay algo que debemos dejar claro, existimos y somos fabulos@s.
No hemos logrado aún hacer ver a los demás, a l@s otr@s,
nuestras diferencias.
En todos los estudios
que se han realizado en diversas partes del mundo, se ha propuesto la
aprobación de las leyes a favor de la comunidad LGBTI, se ha llevado a
discusión, y a su debida votación.
Hemos descubierto las siguientes condiciones: Somos un 10% de la población mundial y resulta
complicado encasillarnos o clasificarnos en un grupo, debido a que es difícil
identificarnos porque nuestros gustos
son variados al común denominador, sólo que nuestra apariencia física casi
siempre es igual al del resto de la humanidad.
Los miembros de la comunidad LGBTI, nos llamamos diversidad
sexual, porque la única diferencia que nos separa de la comunidad heterosexual
es la orientación sexual y en el caso de la comunidad Trans, la identidad de
género en particular.
Algo que cabe destacar o llama la atención de todo estos
estudios y sus respectivos resultados es que cada individuo y (debo incluirme),
normalmente tenemos cualidades tanto ordinarias como extraordinarias y
regularmente estamos presente en casi todos los ámbitos de las profesiones y
habilidades actuales de la sociedad.
Dentro de la diversidad sexual, las personas heterosexuales,
quienes han sido responsables de intentar explicar o comprender el tema de la
diversidad sexual nos han clasificado en los siguientes grupos: Lesbianas,
Homosexuales (Gay) Bisexuales, Trans (transgénero y transexuales) Intersex.
Aunque este también somos:
Médicos, políticos, bailarines, deportistas, artistas, campesinos,
pobres, ricos, clase media, hijos, madres, padres, hijas, ateos, religiosos,
enfermos mentales, maestros, intelectuales, modelos, arquitectos, Ingenieros, Licenciados,
estudiantes, etc. Olvidan que las
etiquetas son para la ropa no para las personas.
En otras palabras, para no crear controversia, si lo vemos
desde otro punto de vista, descubriremos que somos un grupo productivo en la
sociedad, aunque… no generalizo para que no se ofendan, porque, no puedo negar
que como todas las sociedades, siempre habrá gente que no aporta nada beneficioso,
aunque, también encuentro eso en la comunidad heterosexual.
Así que en todos los ámbitos sociales, somos capaces de
construir los más bellos sueños como crear las más espeluznantes
pesadillas.
Está demostrado que en todas las áreas hay diversidad, en
todo; esa es la esencia de la vida, la variedad en nuestra raza.
Tod@s percibimos el mundo de maneras distintas, y por lo
mismo, debemos aprender a educar y promover el respeto por la diversidad, la
identidad, libertad y dignidad individual, solo de estas maneras podremos
comenzar de nuevo en un mundo donde vivamos en comunión.
Mientras no nos consideremos una misma raza humana, será
imposible dejar de encasillarnos.
No es cuestión de buscar culpables sino de educarnos, al
final ser clasista, encasillar, juzgar sin saber, no trae nada positivo a
nuestras sociedades.
Establecer la tolerancia supone el acceso a la educación.
La intolerancia suele tener sus raíces en la ignorancia y el
temor instruido y aprendido a edad temprana.
Por tanto, tenemos que hacer más hincapié en educar a los
niños acerca de la tolerancia, los derechos humanos y las libertades
fundamentales.
Aunque, no debemos olvidar que la educación no termina en el
salón, y que los adultos, como personas capaces de cometer actos de
intolerancia, y sobre todo en su calidad de padres, también han de estar entre
los principales destinatarios de nuestros esfuerzos educativos.
La tolerancia, tal y como se entiende hoy, tampoco sirve.
Toleramos lo que nos aguantamos, sólo hasta que nos dure la
paciencia.
Quizá debiéramos aprender a reconocer el Día Internacional
de la Aceptación y con esto, hacer sociedades más claras, más inteligentes y
más a favor del bienestar común.
Tolerar al otro nos puede llevar a un límite y ejercer en
una u otra forma la violencia cuando ya no podamos más con otr@… o quizá otr@ se harte de nosotr@s, y cuando
su tolerancia se termine, busque la manera de maltratarnos, discriminarnos,
torturarnos, eliminarnos.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar donde creo
que, para romper un tabú hay que hablar del tabú.
Andrea Guadalupe.
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