Nov. 2013. Un maleficio nostálgico.
Todo lo que quisiera saber es que ella estará feliz, que la
bola de hilo que he tejido con mis mejores palabras funcionará para cuando
quiera hacerse una bufanda larga que nos cubra a las dos.
Sólo que, haga lo que haga, sus cabellos ya se han despedido
del viento, ya no saben representar el amanecer.
Las letras de su nombre se desperdigan por las calles más
alejadas de mi rincón existencial.
Por más que me proponga evitar su mundo azul, la tristeza
que la acompaña me ha agrietado las paredes; se han ido perdiendo las cucharas,
los platos han ido cayendo uno a uno al piso en una sucesión que me ha dejado
comiendo en servilletas y platos de cartón.
Las cortinas se mancharon, mi melodía favorita, Still Loving
You, interpretada por Scorpions, ya no funciona para sacarme sus espadas de
indiferencia.
Ella está triste y el mundo todo también.
La vida entera se pone de acuerdo para acompañarla en su desgracia,
dejando desprotegid@s a quienes seguimos viviendo y respirando la inmundicia de
las decaídas
Ella está triste y las baladas inexistentes que ejecutan las
arañas pierden su sentido, mis frases de reflexiones, descansan mejor en el
bote de basura.
En mi piel, percibo las
miradas que me observan con odio a través de las paredes, he notado también que
los taxistas pisan el acelerador cuando me ven cruzar la calle.
Debo escapar, dejar atrás su llanto, máscara de remordimiento,
lamentación de espejos, alacenas vacías, el jardín sin regar, los zapatos sin par,
las llaves bajo el sillón, todos mis libros huérfanos no sabrán llegar a mí
esta noche fría, las tazas de café, los sueños a la orilla del mar, el desierto
resguardando carros oxidados en la carretera; a todo le daré la espalda para que
sea feliz, porque bien he entendido que soy la causa de nuestra tristeza
mortal.
Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar donde estoy
convencida de que, un maleficio nostálgico me ha invadido.
Andrea Guadalupe.
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