domingo, agosto 29

No me gano la vida con la escritura, recupero mi alma.

Agosto 2010.        No me gano la vida con la escritura, recupero mi alma.

 

En el caminar de mi vida, he conocido amantes que no aman, profesores que no profesan, administradores que no administran, médicos que más que curar, enferman, funcionarios que no funcionan, políticos que saben de asuntos públicos lo que los cerdos de matemáticas, hermanos que no se tratan, y escritores que no leen.

Cuando alguien se acerca pidiéndome que le recomiende algún libro, algo interesante, recomiendo a Henry Miller, a Albert Camus, aunque advierto que poner en las manos libros interesantes, de nada sirve.

Viene bien recordar en ese momento, la ¨Parábola del sembrador¨, abreviare diciendo que la lectura también es investigación, y cada cual debe por su cuenta encontrar sus propios libros.

Ruta que se encuentra leyendo, respetando el trabajo de lector.   

La poesía, narrativa, novela, reflexión, que no se escribió para ti, te lo indicará  la misma lectura, en los primeros enunciados te das cuenta y puedes dejarlo para recomenzar con otra.

Y así sucesivamente, hasta encontrar aquellas donde se lee lo que te habría gustado escribir o vivir.

Esas serán las líneas que jamás abandonaras, las que te acompañaran fieles y al alcance de la mano a lo largo de la vida.

Palabras escritas que atraviesan el alma como una ola de consuelo en los momentos más amargos, y en los instantes de alegría, acrecientan su complicidad hasta hacerte danzar con pasión en la espiral de levitación que ofrece toda felicidad autentica,

Ahora estoy en la soledad de la orfandad, como un dolor sin urgencia.

Me encuentro en el umbral de mi rincón existencial, las palabras huyen de las imágenes y la narrativa no llega.

Afuera, las horas del día, siembran sus sueños en los colores dela aire.

Amanece o atardece, verano, otoño, no lo sé, el grito es un canto largo y cada lamento, una melodía que desliza estrellas.

Son mis nostalgias, hundidas en los recuerdos, contando las sonrisas de los años, los transparentes reflejos de las lagrimas y el ovillo de luz para coser las tardes.

Y a lo lejos aún, los abrazos de despedida, las nubes bajan  ala tierra el alma de aquellos ojos castaños.

Pesa el fuego de las alas en la espalda, aunque el humo espanta.

Me he quedado en la soledad de la orfandad, los silencios tejen en cada piedra de mi camino, la intranquilidad al recordar.

Ya es tarde, siempre será tarde.

No hay regreso, mis pausas en la narrativa son el tráfico de las emociones que no descansan.

Escucho a Serrat con su poesía musicalizada.

La música que amo es así, la filosofía de mi vida es así, los sueños que motivan mis acciones, son así… ¿Por qué mi prosa se niega a ser lo que es?

Estás líneas son un balbuceo en la lógica del hielo, como una nube de nieve al trazo de un diamante.

Pronto vendrá el placer de deslizarme con la palabra escrita, se desvanecerá el vacio horror de la orfandad y quedara explicado lo incomprensible.

Se le hace menos a la escritura porque en nombre de la necesidad de estudios técnicos, nos insensibilizaron a ella.

Nos castraron el espíritu, para hacernos carne laboral, integrantes de la existencia social, iniciamos la caída mirando como las preocupaciones asesinan nuestros sueños.

El misticismo, como la prosa, se expresa con el lenguaje figurado y simbólico.

No en vano, Jesús el Cristo, Lao Tse, Buda, Henry Miller, Joaquín Sabina, nos hablaron en parábolas, dando significado a su contenido literario.

El ser humano, seducido por la espuma del agua, por la lluvia de arena que cae del universo de su mano, ingresa a la revelación por naturaleza propia,

La profundidad de la palabra, se acaricia con el esplendor de su cadencia.

Esta, sin aquella, debilita la comprensión, dudamos tratando de entender las imágenes.

La escritura con ritmo es un alegre canto, como un alegre canto es todo aquello que posee ritmo.

Canto que moviliza con suavidad y pasión, cálido erotismo sensual.

La escritura, complemento de la sonrisa y la caricia, ayuda a que las entrañas de la bestia se desnuden y jueguen a la historia de la luna o al día del amor.

No me gano la vida con la escritura, recupero mi alma.

Desde BCN, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.



                                             

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