lunes, agosto 23

Con el mismo sabor a vida.

Agosto 2010.                 Con el mismo sabor a vida.

 

Desde BCN, mi rincón existencial.

Hay en mí un ser humano que agradece que la luz alimente de hermosuras el amanecer.

Que también encuentra en un sencillo trago de café el legado de la realidad.

Semejante, te digo, de equivalente altura, que mide lo que es y no es desde el corazón.

Igual a ti, que no evalúa su cansada lucha como vana.

Como tú, lo sé, que posee la alegría del viejo Whitman, caminando vigoroso mientras dialoga con los pájaros y las ardillas.

Como tú, que en la penumbra su mano abre una página luminosa.

Como tú, en el que resuena el eco de sus actos en todos los libros sagrados.

Igual a ti, que hunde con placer la cabeza en las olas del pasado para emerger en el océano del presente.

Como tú, que observa ya el tiempo en el rostro de los hechos y no en el desencanto de los espejos.

Sombra extraña que estira sus dudas en el oro del atardecer.

Que puede crear el infierno sólo porque olvida el Paraíso.

Igual a ti, de paja, de lodo y de estrellas, hecho de la bendición de Dios, aunque más de la necedad de no entenderlo.

Diferente como la magia de la nieve, sólo que con el mismo sabor a vida.

Hay en mí siempre algo de ti, mientras consideremos que somos de la misma raza humana.

Hay en mí lo que tú buscas en ti, porque encontrarnos en esta intersección, quieras o no, ratifica nuestra humanidad.

Y porque existe la complicidad de la belleza y la poesía de la música, la llama del horror, la que ilumina o la que ciega, tú decides la diferencia,  el honor, las palabras que ahora escribo y ...la paz, el pan, la humildad, el sol, el perdón y la sal.

Y si esto hay y nos tenemos, sólo pido el milagro de entenderlo.

Andrea Guadalupe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 


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