martes, agosto 31

Ensayando lamentos.


Agosto  2010.                   Ensayando lamentos. 

 

Pretendemos ser personas dignas, aunque sin virtudes.

Presumimos lanzarnos a la aventura de vivir, aunque en un borde, sin ir nunca más allá del vacío.

Festejamos las simulaciones, porque lo superficial no compromete.

Preferimos las palabras a los hechos.

Anhelamos una existencia grande a través de sueños pequeños.

A como de lugar, queremos que nos respeten, con valores que nunca cultivamos.

Pretendemos ser lo que no somos.

Deseamos que nos vean, con el cabello que ya hemos perdido.

Ansiamos que nos reconozcan, con aquella juventud que ya hemos perdido.

Fantaseamos con que nos miren, con aquella delgadez que ya no mantenemos.

Pretendemos ser dueños del mundo, cuando no somos propietarios ni de nuestras vidas.

Reclamamos respeto, cuando no respetamos lo que somos.

Proyectamos la ligereza de un costal de plumas, cuando la pesadilla de existir, ya no nos permite tomar vuelo.

Presumimos volar, aunque sólo en el neurótico sueño de la insatisfacción sexual.

(Soy fiel al diván y la escuela freudiana)

Pretendemos amar, sólo que anteponiendo siempre la asepsia virtual a la sucia belleza de la realidad.

Queremos a como de lugar, tener dinero, porque no sabemos otra cosa que comprar.

Procuramos alcanzar lo mejor, siendo lo peor.

Ansiamos al reconocimiento de la valentía, cuando sólo ocultamos nuestra cobardía.

Anhelamos más la gloria del cielo, cuando menos nos importa el infierno de esta tierra.

Proyectamos ser lo mejor, criticando siempre a quienes consideramos lo peor.

Elegimos vivir así, apostando siempre a la muerte ensayando lamentos.  

Suspiramos muchas veces por un tiempo pasado, sin saber que lo perdido, jamás lo tuvimos.

Desde BCN, mi rincón existencial. Andrea Guadalupe.


                                             



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