martes, diciembre 22

En estos días…


Tijuana BC Dic 009.      En estos días…

 

No todas estamos de acuerdo en que la muerte es parte de la vida, no una enemiga.

Existen personas que le tienen tanto miedo, que prefieren no hablar de ella.

Sin embargo, aunque sea un suceso inevitable para todo ser vivo, es muy difícil verlo pasar de cerca sin sentir un estremecimiento de temor.

En este mes de dic, como tal vez a mucha gente le ha pasado, he sentido la guadaña de la muerte rozar mi cuello con sadismo.

Cerca, muy cerca.

Entre personas conocidas y hasta mascotas.

Jamás entenderé a quienes no aman a los animales y se ríen de quienes les lloramos.

En un domingo de este mes, a través de una llamada telefónica, en una mañana fría y lluviosa, con esa temperatura cercana al 0 grado centígrado que hela el animo y hace lucir intimidante a la vida, me entere de la partida terrenal de una persona, la cual, a pesar de nuestras diferencias, era una mujer parte de la comunidad trans, y esto, implica que por lo mismo, una tiene que hacer algo al respecto.

Escribir por ejemplo.

Hermana, nosotras que recorrimos el sufrimiento del transito del No Ser, al Ser, deseo que un Poder Superior, Jehová, Yahvé, Jesús el Cristo, Dios, como tú le hayas concebido y con el nombre que le hayas conocido, te conceda la paz que en este mundo te falto.

Un abrazo y mis condolencias sinceras a quienes sufren tu despedida.

Es una anécdota personal y la señalo para tender un puente hacia quienes en este mes se enfrentan a la partida de algún ser amado.

En estos días durante los cuales todas deseamos conectar únicamente con la vida.

¿Qué otra cosa si no representa el nacimiento de Jesús el Cristo en la cultura occidental?

"Yo soy el camino, la verdad y la vida"

Pocas personas pensamos en todo lo que encierra esa frase, es decir, Sus enseñanzas, nada menos que la solución a todos los males de la humanidad.

Volviendo a la muerte, y aunque parezca una consideración irrelevante, ayer encontré muerto a un perro vagabundo de aspecto fiero al que había adoptado.  

Cuando llegó, estaba tan golpeado por la vida, con una herida abierta, infectada y horrible en su mejilla derecha, tenia tanta hambre y soledad que le bautice como "Viejo Angustias', y fui tejiéndole una red de bondad para crearle una mínima calidad de vida.

Le mezcle penicilina con leche, lo cual cerro su herida, le alimente y proveía un refugio de cartón y telas para darle calor.  

Sobrevivió en buenas condiciones y hasta aprendió a mostrar afecto, aunque jamás se dejo tocar por José Ángel, mi hijo.  

Anoche apareció sin vida, metido en su refugio y en una posición relajada, lo que indica que murió tal vez durante los ratos calidos del día, de manera lenta, sin mucho  sufrimiento.

Enfrentar un hecho así en nuestro violento vivir y quejarse, parece una tontería, sólo que refleja más de lo que parece.

Un animal abandonado a su suerte, habla de nuestra crueldad como humanos.

No nos cuidamos a nosotras, mucho menos a las otras criaturas que nos acompañan en la naturaleza.

Aparecen personas muertas todos los días, se cruzan balazos en los barrios de nuestra ciudad, sólo que… ¿Eso nos justifica de sentir nada, ante la desgracia ajena?

Ninguna muestra de poca sensibilidad, por violentos que sean los tiempos, merece perdón.

Deberíamos apelar siempre a la parte buena que tenemos infaliblemente como humanos.

Eso controlaría a la evolución de nuestro lado perverso, que también todas tenemos.

El viejo angustias murió dignamente y en paz.

Shifra murió después de una agonía larga y penosa.

Navidad, diciembre, luces, amor, regalos.

Todo tiende a la vida.

La muerte es una visita odiada en estas fechas, cuando surgen intentos de de recuperar la esperanza en un mundo cada vez más agresivo, lleno de inseguridad, miedo, envidia, mezquindad, cobardía.

No sé tú que me lees, yo, no temo a la muerte, sólo a ratos siento un odio desesperado contra ella.

Se pasea entre los intersticios de nuestra existencia y ataca a traición.

Nada podemos hacer para evitarla, aunque en este mes, pidamos que se aleje, al menos por unos días.

Los antiguos griegos suspendían las guerras para celebrar los juegos Olímpicos.

En las guerras del siglo XX, los hombres daban una tregua a sus ambiciosas matanzas durante la Navidad.

¿No pudiéramos luchar para tener en estos días verdadera paz?

Andrea Gpe.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

   

 

 

 


                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 




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