viernes, marzo 18

El resto... es sólo rutina


Marzo 2011.   El resto… es sólo rutina.

La alarma del teléfono celular me despierta, con pereza uno de mis brazos sale de las sábanas.

 Un día más empieza y no quiero salir de la cama, todavía caliente debido a tu presencia la noche anterior.

Froto mis muslos uno contra el otro tratando de encontrar de nuevo esa maravillosa sensación de tenerte aquí.

 El sol se anuncia entre las últimas sombras del amanecer, no puedo estar un minuto más en la cama, por lo que me pongo un camisón de encaje negro para cubrir mi cuerpo desnudo y voy directa a la cocina.

El aroma del café me recuerda tu aliento, y no puedo evitar mojar mis labios con la lengua como si fueran los tuyos sobre mi boca.

Del frutero tomo una manzana y la muerdo, como tú mordiste mis labios mientras mis manos se deslizaban por tu espalda.

 Finalmente la taza está vacía, igual que mi cuerpo después de que te fuiste.

Ya en la ducha... Dejo que el agua recorra la piel desde el cabello a los dedos del pie, como si en este líquido estuvieran tus manos acariciando cada parte de mi geografía.

Tomo la toalla, suave, tersa y comienzo a secar el exceso de agua por mi cuerpo.

Mientras escurro mi cabello con ella, puedo imaginar tus manos abrazando mi cintura y atrayéndome de espaldas hacia tu cuerpo desnudo, pidiéndome abrir mis muslos... Mis senos se balancean hacia adelante y atrás con el mismo ritmo que tu lengua excita mi cadera.

Me miro en el espejo y sólo puedo suspirar, esperando que vuelvas esta noche.

Voy a la cómoda y saco mi ropa interior.

Escojo el juego perfecto de seda roja para que, cuando me desnudes, puedas removerla sensualmente.

Pongo pequeñas gotas de perfume en mi cuello, oídos, brazos e ingles, las cuales semejan suaves besos de tu boca.

Mientras subo mis medias puedo ver tus dedos explorando mis piernas, que finalmente acarician suavemente mis nalgas y le dan ese último toque a mi entre pierna haciéndome gritar de placer.

El resto, es sólo rutina... Y aquí estoy de nuevo, a la expectativa de tus besos, tus caricias y tu irracional forma de hacer el amor.

Desde BC, mi rincón existencial, donde llega la noche, y mi mente no puede pensar en otra cosa que no seas tú, y tu presencia en mi cama.

Andrea Guadalupe. 

                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 


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