lunes, septiembre 1

Un viaje al interior

Tijuana BC Sep 008. Un viaje al interior.

 

 

A las playas del Pacifico aquí, el norte de mi país, les llamo mi hogar espiritual.

Son litorales que anidan la península de la Baja California.

No me canso de observar en la ribera al atardecer, con sus cientos de diferentes tonos de verde, franjas azules que se unen en el infinito con el naranja  y rojos color sangre, teñido por el sol  que amante muere en las entrañas del mar, reflejándose en la superficie.

Aves migratorias mueven lentamente sus alas.

Prevalece una gran paz.

Tuve la oportunidad de pasar un par de días aquí disfrutando del paisaje y  lo más importante de este viaje, fue convivir con una amiga querida, de las que mantienes la amistad a pesar de las circunstancias y los giros que dan cada una de nuestras vidas con el paso del tiempo.

No es fácil, a primera vista pensamos que las amistades profundas no deben separarse, solo que sucede que la vida te puede llevar por mil rumbos distintos. Tragedias, enfermedades, trabajos,………………………….

Por mi lado yo he tenido mi dosis de dualidades en la vida, a las que todas estamos sujetas.

Con el paso del tiempo una gran satisfacción es mirar atrás y ver que la afinidad resiste las pruebas.

En estos momentos lógicamente piensas que el reencuentro se refiere a la amistad, las amigas verdaderas las cuentas con los dedos de una mano, solo que no es así, con estas amigas no hay reencuentros, te frecuentas, te dejas de ver, y cuando te reúnes es como si fuera ayer.

No, mi reencuentro es con la naturaleza y la desconocida que en ocasiones ocupa tu ser, tu espíritu ¿no me crees? Piensa en la rutina, la enajenación, la vida en la ciudad, el paso del tiempo que es mi sombra, va tras de mi y si me descuido, de repente la sombra me rebasa.

Desde mi llegada, la noche del viernes, salí a la glorieta, estaba rodeada de palapas  y la noche estaba clarísima, me recosté en la hamaca y no alcanzaba a ver el fin del espacio cuajado de estrellas.

 No cabe duda que la naturaleza puede mostrar bellezas impresionantes, que te hacen sentir insignificante ante la magnitud, en todos los sentidos, de sus cualidades.

Al día siguiente, la suerte venia conmigo, el clima estaba delicioso y el cielo clarísimo, me vino a la mente una canción que alguna vez escuché "On a clear day you can see forever" (En día claro puedes ver para siempre) pues la falta de contaminación y la transparencia del aire te hace sentir exactamente que puedes ver para siempre.

Ante tal belleza de la naturaleza, la soledad, el silencio y el estar lejos de mis rutinas sucedió lo inevitable, me senté y medité, acerca de la vida, satisfacciones, logros y los trabajos pendientes, todo lo cual me puso en un estado de ánimo muy adecuado para hacer un auto análisis sin necesidad de pagar al terapeuta.

Puedo decir que es necesario este tipo de viaje al interior de el ser en algún momento de la vida, te lo recomiendo, entre otros beneficios te ubica y renueva.

Desde aquí, para ti, hasta pronto.  Andrea Gpe.



                                              Andrea Guadalupe.

                Tijuana BC. México. Tierra que abraza siempre al regreso, que cobija entre latidos  
                                            sumergidos en una busqueda natural.

                   Desde mi rincón existencial, donde el  sol nace al poniente.      

 
 


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