domingo, noviembre 19

A mi Madre.


Tijuana BC Nov 006.               ¿Te hace  feliz la vida?         A mi madre.

--No, no me hace feliz. ¡Yo soy  feliz!

El que yo sea feliz no depende de mi vida, sino de mí; soy la única persona que puede darme felicidad.

Yo determino ser feliz en cada situación y en cada  momento, pues si mi felicidad dependiera de otra persona o circunstancia, estaría en problemas.

Todo lo que existe en la vida cambia continuamente: el estado de tiempo, el trabajo, el ser humano, la riqueza, mi cuerpo, los placeres, y así podría hacer una lista interminable.

Sin embargo, he aprendido algo: el único que no cambia es Dios. 

Es por eso que mi pensamiento cada día gira en ese sentido: decido ser feliz, lo demás lo llamó experiencia, olvido las molestias pasajeras, vivo las que son eternas: amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, consolar, vivir la vida a plenitud.

Quizá es por eso que cuando me preguntan: ¿eres feliz?, me gusta responder con una sola frase, como si ésta fuera la clave de toda mi vida, me gusta responder con aquella vieja frase que no hemos logrado comprender: la  felicidad se encuentra aceptar la voluntad de Dios.

He escuchado gente que dice: hoy no puedo ser feliz porque estoy  enfermo, no tengo dinero ni trabajo, hace mucho calor,  me insultaron;  podemos ser felices hoy, aunque estemos enfermas, haga calor, no tengamos trabajo ni dinero, aunque alguien te haya insultado; si tan sólo aceptamos que Dios nos da serenidad para aceptar lo que no podemos cambiar, valor para cambiar lo que podemos y sabiduría para encontrar la diferencia.

La felicidad depende de lo que pasa dentro de nosotras, del espíritu con el que enfrentamos los problemas; es un estado de ánimo, una actitud mental, sólo somos felices en la medida en que decidimos serlo, la felicidad no consiste en hacer siempre lo que queremos, sino en querer todo lo que hacemos; no tiene recetas, nace de tener la inteligencia de poner alma y corazón en nuestra vida, no es un puerto, sino una forma de navegar.

Cuando hablo de la felicidad recuerdo a los escritos de Santo Tomás de Aquino: "Dame señor: agudeza para entender, capacidad para retener, método y facultad para aprender, sutileza para interpretar, gracia y abundancia para hablar. Dame señor, acierto al empezar, dirección al progresar y perfección al concluir".

Gracias madre por tenerme en tu corazón, por tu saludo.

En esta distancia tan grande, me uno a tu alegría y tu vida.  

Un fuerte abrazo. Andrea Gpe.






                           Andrea Guadalupe.

                              

                         Tijuana Baja California Norte. Mexico

                   DESDE MI RINCON EXISTENCIAL,

hesa540828@hotmail.com           agluna200@àyahoo.com.mmx

 

 



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1 comentario:

Anónimo dijo...

Bienvenida mujer!!
besitos