miércoles, febrero 29

¿A qué lugar me iré cuando me vaya...?



         

Tijuana BC Febrero. 2012.      ¿A qué lugar me iré cuando me vaya...?

 

El amanecer es un momento glorioso me digo al percibir el aroma del café... Es como una resurrección.

Es la resurrección de las pequeñas muertes de cada día, de mis pequeñas muertes.

De ese no estar de la noche; ese desaparecer y transformarme, sumergirme en los espejos desde adentro, de tejer y destejer las telas del olvido y resucitar de una helada noche, o un sueño reparador, con el sol o con la lluvia, no importa.

Lo importante es resucitar cuando todos los hilos están guardados en su estuche.

Ese resucitar de sumergirme en mi propia existencia, donde no hay espectáculos, ahí donde el circo se muestra sin pistas y la profana persecución es la vida.

En mis ensayos de muerte, converso de mis sueños frágiles y aletargados, del reloj robándole vueltas a la vida y la ironía de pretensiones aplazadas.

Y en ellos, siento el disgusto de la agonía de mi quimera y reconocer que nadie sabrá de mi suerte de ojos apagados sin expresión, de preguntas acumuladas, de respuestas reprimidas, de monólogos turbios, revueltos, y de diálogos que parecían reales.

En esas horas, busqué… En figuras de nubes, en espejos, sombras y días, sólo que entonces, con la derrota de buscar y no encontrar retorne a estos monólogos y diálogos de rutina, aunque entonces ahí, abandonada  y crepuscular, halle en esta soledad, la felicidad de escribir.

Esa es la pequeña muerte trascendente, las otras no interesan demasiado, o no permito que me interesen.

 ¡Escapar!  Escapar a desprenderme... y en el desprenderme perderme, indagarme y en la curiosidad reír.

Encontrarme en contradicción o accidentalmente, polvorienta a la vista... y en lo incomprensible hallarme.

Por eso, en esa hora de la resurrección de la mañana, pensé en esta historia.

A esta hora en que la neblina todavía puede derrotar la claridad.

Caminaba un rato, buscando el lugar que en definitiva siempre era el mismo, el mar me esperaba siempre, parecía que también él resucitaba al verme llegar.

 El ritual era idéntico en cada amanecer, pues los mundos en los que habito se mezclan, se sobreponen, disputan entre sí, aunque siempre hay un espacio en donde las palabras sólo reflejan lunas, gotas, silencios, desvaríos.

He desdoblado mi alma en los personajes que viven en mis relatos, así, cada uno, muy probablemente, tenga un rasgo que me pertenece.

 Y la escritura es el lugar y el espacio para guardar, para dar a conocer, para compartir todas las palabras que se agolpan en mi garganta.

¿A qué lugar me iré cuando me vaya...?

¿Cuando no esté del todo en este lugar de tiempo que me ha sido dado?

Lo único que sé, es que llevaré mis alas desplegadas, y mi alma envuelta en gris, en hojas secas, perfumada y serena como una sombra.

Y una gota de agua salada encerrará toda la soledad...Sólo que estaré en paz, nada perturbará mi alma.

Apenas un rincón recordará mi nombre nada más.

Eso tienen las muertes pequeñas, cotidianas, me hacen dudar de todo, hasta de la utilidad de escribir, aunque en el fondo son esas dudas que me despiertan, las que me empujan a enfrentarlas cotidianamente.

Y descubro que a lo largo de la vida voy obteniendo pequeñas muertes por el solo hecho de vivir.

Estos decesos, son los que me alejan del ser humano que fui para presentarme con el que seré.

Hoy, al amanecer, en el momento glorioso que me ata a la vida el aroma del café...me comprometo a hacer todo lo que pueda, antes de que muera el día, para darle paso al de mañana.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde salgo a vivir como quiero, y dejo de vivir como puedo.

Andrea Guadalupe.

 

                             

 

lunes, febrero 20

Vaya pesada carga…


 

Tijuana BC. Febrero 2012.   Vaya pesada carga…

 

Odio, sinónimo de: Resentimientos, rencor, ira, rabia, desprecio, enojo, indignación, soberbia, hostilidad, rechazo.

Odio, antónimo del amor, principio de todas acciones del ser humano.

Atracción y repulsión que rigen nuestra naturaleza, aunque en el plano de todas nuestras interacciones humanas, se dan comúnmente tres vertientes.

Y la repulsión, asco o aversión que sentimos o sienten por nosotr@s, implica algún grado denegación y desprecio.

La aceptación, es el resultado de la simpatía.

Aun cuando se dice que es peor la indiferencia que el odio, yo creo que no es así, pues en nuestra vida, sabemos que les somos indiferentes a la gran mayoría de personas que nos conocen y esto, lo vemos como algo normal.

En cambio, el odio es una antipatía que alguien siente por nosotr@s.

Y así, el odio por divergencias políticas, nos llevo a la Segunda Guerra Mundial.

Igual, las sectas religiosas fanáticas, han estado asesinando en nombre de su Dios, a quienes no profesan sus mismas creencias.

Y en el plano personal, cuando alguien nos odia, nos sentimos herid@s, amenazad@s, pues no sabemos que tipo de traición nos podrán causar.

Podemos sentir disgusto o desacuerdo con alguien, sólo que no necesariamente odio.

El odio sólo invade el alma cuando se piensa que la persona odiada puede amenazar valores o intereses que parecen extremadamente importantes.

Aunque se dice que el odio es un sentimiento perverso, irracional, antirreligioso, inmoral, anormal, y que depende de un@ mism@ sacarlo del corazón.

La realidad es que los odios, pueden responder a ideas irracionales, a exageraciones, o ciertas anormalidades de nuestra psique.

¿Saben?, mi posición es que hagamos lo imposible por no ser odiad@s con causa, y que intentemos sofocar la mayoría de resentimientos que podamos distinguir.

Perdonemos de todo corazón lo que podamos perdonar, y cuando el enojo sea justificado, tengamos la suficiente humildad y valentía para perdonarnos por no haber podido perdonar.

Hay quienes nos odian sin que lo sepamos, y hay quienes nos odian de manera abierta.

Los odios ocultos, son generalmente los más peligrosos.

Odiar, es una pasión humana.

Vaya pesada carga.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde los pensamientos surgen en las noches de un desgarrador tormento del alma, engendrados en hogueras sin final.

Andrea Guadalupe.  


 

 
 

El lado oscuro de mi corazón.


Tijuana BC. Febrero 2012.   El lado oscuro de mi corazón.

Conforme veo pasar el tiempo en mi existencia, voy descubriendo que este, es un marco ficticio que limita el pasado de lo que está por venir.

Reflexiono con retrospectiva e paciencia en el lado oscuro de mi corazón, en los errores, absurdos y las caídas que me recuerdan que soy un ser humano con muchas imperfecciones.  

Con melancolía, descubro que en algún rincón se van quedando los días pasados y en otro muy especial, los cariños que me han acompañado.

Momentos en los que aprecio que la nostalgia forma parte de la diaria conversación, en la cual, empiezo a eliminar las palabras vacías, las angustias intranscendentes, la antipatía y la hipocresía.

Y voy encontrando que el olvido, es un mecanismo de autodefensa donde todo lo que puede lastimar, es conservado en el lugar más remoto de la conciencia, y ahí, pierde poder y se vuelve inofensivo.

Por lo mismo: Cada amanecer es un nuevo principio, y cada día ofrece la oportunidad de volver a empezar.

A estas alturas, sé bien que en la vida hay fracasos y tropiezos, aunque es mejor aprender de ellos que acumularlos.

Por lo mismo, debo quitar las telarañas de los rencores, abrir puertas y ventanas para permitir que el viento se lleve todas las ofensas y humillaciones, todas las penas y desconsuelos.

Camino sabiendo que me siento bien como para engañarme a mi misma, aunque a veces, no estoy muy segura de esto.

Más sin embargo, si tuviera que evaluarme, creo que lo haría sin avergonzarme o preocuparme por mi reputación.

He aprendido que si me piden mi opinión sobre alguien, debo tener cuidado, ya que corro el riesgo de equivocarme como muchas veces me ha sucedido, cometiendo errores y volviéndome cómplice de quienes levantan falsos, sin ver el daño que causo.

En consecuencia, en ocasiones me siento sola, o casi sola.

No es una queja, es un hecho que nada tiene que ver con quienes me rodean y me quieren, como yo a ustedes.

Es algo que me hace pedirle a la vida que me siga dando la oportunidad de entregarme a  lo que me motiva, sea o no insubstancial.

Estos, son momentos de revelación, en que se manifiesta que el único encanto del pasado, consiste en que es el pasado, y desear que aquello que paso, vuelva a suceder, es una equivocación.

Ahora, ya no hay tiempo para lamentos, hay mucho que hacer, vivir y compartir.

Los recuerdos quedaran, el futuro lo espero confiada y con la fuerza de la esperanza…el presente lo vivo.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, lugar de bellos contrastes entre desierto, cielo y mar, donde los colores permean el cielo al amanecer; el sol surge entre los desiertos que  atesoran mil secretos, y  se sumerge en las aguas con una energía deslumbrante que tiñe de rojo la península.

Andrea Guadalupe.


                                   

 
 

viernes, febrero 17

Siempre lo dijeron y siempre lo olvidaron después de olvidarnos.


  

Tijuana BC. Febrero 2010. Siempre lo dijeron y siempre lo olvidaron después de olvidarnos.

Confió en que me sabrán perdonar si es que en mis líneas encuentran faltas a las leyes de la gramática, la sintaxis, la caligrafía, o simplemente, a las del buen gusto.

Como verán, nunca he sido buena para escribir, en mi infancia, acumule más días que nadie en un rincón del salón de clases en la escuela donde curse mi primaria, por no atender y entender a los maestros.

Por lo que leer, lo que se dice leer, lo aprendí bajo la vigilancia de mi mamá abuela, con el silabario de San Miguel Arcángel, mientras ella trabaja en su vieja Singer, la maquina de coser.

Aunque, si a mis carencias lingüísticas, le agrego que este no es el momento para escribir decimas, o sonetos, pues, la mano me tiembla mucho, y aunque hace calor aquí, yo siento mucho frío.

He querido olvidar donde naci, he caminado por todo el país, y aquí, en Tijuana, encontré gente que por mi forma de hablar, hacen gestos y dicen: Haz patria, mata chilangos.

No saben que para efectos prácticos y mejor entendernos, soy de todo México, y a la vez, de ningún lado.

Soy gente de barrio, broza si me permiten, me ubico en cualquier parte de la republica y con seguridad, paso desapercibido si no fuera por las coloridas expresiones que llevo a flor de labios como: Chido, ñero, varo, chale, carnalito, guey, y otras que me dan un aire achilangado.

Neta que soy lo que Pedro Infante, habría llamado: un autentico hijo del pueblo.

Mi padre no fue nadie que haya dejado huella, y el merito de mi madre, consistió en traer siete hijos al mundo, y en mantener una mano disponible, siempre lista para descargar su neurosis en forma de castigos en sus nosotros sus hijos.

Si, soy banda, y me he pasado la vida haciendo toda clase de chambas en la calle, enamorando a cuanta muchacha se atravesara en mi camino.

Yo creo que jamás habrá quien me admire, he embarazado a mujeres y las he relegado a su suerte con la obligación adicional de alimentar una boca chillona como la mía.

Soy banda y me la he partido la madrazo limpio, he sido parte de la broza que saliendo de un partido de futbol, se carga un autobús y varios cristales de los comercios cercanos, nada más para sacar los complejos de frustración, para recordarle a la sociedad que estamos vivos, no le aunque nos utilicen como carne de cañón, sin purrum por sus promesas incumplidas que tienen el emblema del cinismo, y no importan los colores de sus partidos políticos, los disfraces de sus dizque intelectuales, o las fotos de las señoras emperifolladas de la según, alta sociedad.

Todos y todas, dijeron que estarían ahí para nosotros, que se la rifarían por nuestra gente.

Siempre lo dijeron y siempre lo olvidaron después de olvidarnos.

Yo habría preferido otra vida, sólo que no hay de otra, no hay condiciones, la única opción es la calle, a madrazo limpio.

Tengo un chingo de cicatrices por las peleas callejeras, cada una es una lección que me ha enseñado a sobrevivir.

Aunque, ya sé que mi destino se reduce a eso, mantenerme vivo hasta que la huesuda me cargue, así, sin proyectos, sin aspiraciones, sin tener algo para llenar la panza y seguir respirando.

Y a pesar de esto, puedo garantizar que soy leal, que nunca ataco por la espalda, y que no le he quitado a nadie la vida.

Y, neta de netas, no he caído en cana, sólo he ido a la preventiva, a lo más por 48 horas, y eso por borracheras o escándalos en la calle.

De todos modos, creo que eso a usted, le importa madres, sobre todo ahora.

El miedo hace que me sienta triste, y me cae que he pensado en mi madrecita, en mis hijos, en sus madres y uta, hasta en mi padre.

Me habría gustado vivir diferente, tener un jale, una chamba y llegar a mi chante, mi cantón pues, y que me dieran una brazo mis hijos.

Me trae jodido la tembladera, y no es por la falta de cigarros, o de las pastas que le pongo para sentirme bien.

Estos desgraciados no dejan tomar ni agua, tampoco es porque estemos todos aquí miados y cagados, hemos tenido que hacer nuestras necesidades en nuestros cuerpos por falta de espacio.

Nadie se atreve a hablar, nuestros ojos se encuentran, se untan unos con otros, se enganchan y dicen más de lo que la lengua expresa.

Somos personas asustadas, que de tanto llorar ya no tenemos lagrimas, amontonadas, orinadas, encerradas.

Como esperando algo desconocido, terrible.

¿Qué nos van a hacer?

Yo soy valiente, neta, no le tengo miedo a nada, bueno, casi a nada, sólo que la tembladera es de un sentimiento que me cala, que hace que las tripas se me hagan chiquitas dentro de la panza.

Tengo frío, estoy asustado.

Desde aquí se escuchan los golpes, los huesos que se quiebran, diafragmas que aprietan para que salga la sangre y la bilis por la garganta.

Los lamentos, las risotadas, de los de allá afuera.

¿Cómo pueden salirse con la suya estos malandros sin madre?

Yo solamente me acuerdo que después de pagarle al pollero, al que nos iba a cruzar de Tijuana al otro lado para trabajar allá, nos metieron por la noche en una caja de camión, toda oscura, y sólo sentimos como se movía en los caminos.

Después llegamos aquí, a esté cuarto que apesta a infiernos, ¿Será que a eso hiede?

Nos sacan nada más para que les demos un número de teléfono de familiares y pedirles dinero a cambio de respetarnos la vida.  

¡Que alguien traiga a mi Gobierno para que nos proteja!

Yo solamente quería entrar de ilegal para trabajar, esa es la neta.

Perdone por escribirle, por interrumpir su paz, por importunarle con mis miserias.

Tenia que contarle a alguien lo que está pasando.

Estoy del nabo, ¡Nos van a matar!  

¡Por Dios! ¿Cómo se reza?

Ya no me acuerdo, hace muchísimo que no lo hago.

¿Y a quien le ruego para que no me maten?

¿Dónde estará ese por quién vote?

¿Dónde estará él y la madre que lo parió?

¡Que vengan ahora!

Tiene usted razón, a quién le importa ya.

Sólo que le juro, nada más que salga de ésta, lo juro, voy a llamar a mi mamacita.

Le voy a pedir perdón a mis hijos, voy a regresar a la escuela.

Buscare trabajo en mi tierra, y en lo que me quede de vida, neta que nunca de los nuncas jamás, vuelvo a querer pasar a la tierra de los güeros, de los bolillos, de los gringos pues.

Andrea Guadalupe.

 
 

jueves, febrero 16

Para no pronunciar nunca la palabra condón.



   

Tijuana BC. Febrero 2012.     Para no pronunciar nunca la palabra condón.

No sabes cuanto quisiera verte a los ojos, sostener tu mirada y hacerte saber con una mirada que te he querido profundamente desde que te conocí.

Quisiera fijar mi mirada en la tuya, más ahora cuando siento como si los sentimientos se volvieran un temblor en mi pecho, que me comprimen, que me dificultan respirar.

Quisiera verte en este momento de la noche, cuando ya no hay llamadas en el teléfono, cuando la gente se resguarda en sus casas, del secuestro, del fracaso, del desamor.

Cuando se acaba el movimiento en tu alrededor.

Sólo que ya te ha vencido el sueño, has cerrado tus ojos en un adormecimiento pacifico y profundo.

Tu respiración es uno de los pocos sonidos que pueden advertirse, puedo contemplar tu abdomen que sube y baja al ritmo que marcan tus pulmones.

Ahora mismo me viene a la mente una tormenta de recuerdos conmovedores, una especie de película que se proyecta fugaz, que salta desde el día que nos conocimos aquí, en la casa hogar a menores con VIH.

Recuerdo las noches en las que yo te leía cualquier cosa, y tu pegabas tu mirada en mi rostro.  

De aquellas en las que te encontraba con llantos inconsolables y te abrazaba hasta que llegaba a ti esa paz tan tuya, tan natural.

También recuerdo tu admiración hacia mi, tu orgullo por ser parte importante en mi vida.

Y no sabes cuanto aprendí a querer tu frescura, la pureza de tu espíritu, tus ganas de vivir.

Si, y es ahí donde me atoro, donde me pregunto en que momento de esta vida, quien te engendro, se rehusó a respetarte como ser humano.

No sé cuando, sólo que si sé que sucedió, alguien se ubico en la comodidad de negar tu evolución, tu naturaleza, tu sexualidad.

No hubo quien te hablara del tema de la menstruación, de las toallas sanitarias, de la libido, de nuestra realidad, de los instintos más básicos, más naturales a la humanidad.

A sentir, a amar, a ser feliz de forma integral.

Y ya ves, no sabes cuanto me duele ahora mientras te veo respirando con tranquilidad en ese sueño pacifico que observo en tu situación, en esta sala de fase terminal en la que te consumes segundo a segundo, ya desprovista de tu sistema inmunológico, mientras esperas con paciencia  que transcurran tus últimos días, en tanto afrontas tu final con valor, ese valor que no tuvieron quienes te engendraron para no pronunciar nunca la palabra condón, para hablarte del tema, para ayudarte a decidir.  

Y claro, yo puedo culpar a cualquiera, al imbécil que te haya convertido en su pareja sexual, puedo culpar a la sociedad decadente en que vivimos, si puedo culparles.

Aunque no puedo engañarme, debo confesar que una parte de la responsabilidad, la tuvo quien se rehusó a respetarte como ser humano, cancelando tu derecho a sentir, a vivir con una razonable y positiva comunicación, orientación, por los malditos prejuicios y el machismo.

Andrea Guadalupe.

 

 
 

martes, febrero 14

Educación machista de mierda.



    

Tijuana BC. Febrero 2012.   Educación machista de mierda.

¿Sabes?, Me gustaría que lo supieras, que yo no hubiera querido que lo nuestro terminara de la manera en que sucedió.

Mis ilusiones, fantasías románticas tal vez, me permiten visualizar diversas circunstancias, historias con otro guion, eventos cimentados en la intervención del destino, del tuyo, del mío.

Crónicas creadas en la confianza, en la eliminación de la maldita intranquilidad.

Porque la educación tradicional que recibí, en su momento me enseño que el motivo de mí existencia, era precisamente ser algún día la esposa de alguien, llevar su apellido con orgullo, tener y mantener un hogar limpio, traer hijos al mundo hasta el limite de mis fuerzas, justo hasta el numero que la ignorancia y necedad machista de mi marido lo permitiera.

Pues para eso me educaron, y mis padres se encargaron de repetirme hasta el cansancio que las universidades eran innecesarias en mi existencia.

Que el adquirir estudios era una verdadera pérdida de tiempo, que yo debía estar centrada en el bordado, el zurcido, la cocina y toda la sarta de actividades que una mujer decente debe tener en su agenda de por vida.  

Para qué conocer de algoritmos o economía política, si el trabajo de una madre es dedicarse a los hijos, así de simple.

Y ya lo ves, solo eso aprendí y nada más.

La educación sexual fue un tema que no ocupo un espacio en mi formación, mi padre jamás toco el tema, y mi madre siempre dijo que hablar de sexualidad, era vergonzoso, sucio, y las monjas de la escuela, ellas lo consideraban pecado.

Así crecí, y resulto que la esterilidad había cancelado para siempre la oportunidad de hacerte padre, de darte sucesores para tu apellido.

Y se me vino la crisis encima, porque el fin sublime para el cual yo había sido dogmatizada por mis padres, por mis consejeros espirituales y demás, se esfumo, en pocas palabras, mi vida y tus sueños se fueron a la basura.

Fue entonces cuando me atreví a buscar en ti algo más que mi dueño, y anhele que fueras mi pareja, mi compañero, que me ayudaras a entender, que me abrazaras, que me permitieras llorar y sacar toda la frustración de mi existencia, que diseñaras conmigo la formación de un nuevo objetivo que sustituyera el tema de los hijos.

Sin embargo, descubrí que todos tenían razón, al menos en el entorno de tu infame estructura de ideas y en tu ausencia de criterio.

En esas circunstancias, yo no te servía para nada, aparte de planchar tus camisas y tallar tus calzones.

Y frente a tus acusaciones, a tu egoísmo, a tus reclamos de que yo era un estorbo en tu dinastía, de que yo era la culpable de que no tuviera legalidad tu casta, de tus reproches que aseguraban mi frigidez.

Ups, pobre estúpido, en esas épocas, el sexo era lo ultimo que me interesaba.

Hasta que llegaste al punto de las bofetadas, y no pude más.

Una tarde, empaque todo lo que cupo en una maleta y salí huyendo de tu soberbia, de tu cobardía.

Aunque también huyendo de mi educación, de los absurdos valores y virtudes que a modo de señorita decente, se vuelven objeto de intercambio en un matrimonio común.

Sin embargo, llego el día que deje de huir al llegar aquí, hasta Tijuana, la frontera norte.

Como nunca hice estudios, hoy me ocupo trabajando en un almacén de ropa.

Y el dinero que gano, me sirve para vivir honestamente, y sobre todo, para venir aquí, a esté café, en el que cada noche de sábado, me doy el lujo de ser acosada por dos o tres hombres desconocidos que, con la firme intención de ligarme, de acostarse conmigo, me declaran guapa, simpática e inteligente.

¿Sabes?, La vida nos lleva por lugares que jamás imaginamos.

La vida escribe la historia, una historia que a mis cincuenta y pico, tiene que ver con un escape en sexo casual para alejar los demonios de la soledad, el sentimiento del fracaso, y la rabia que siento hacia ti y hacia la educación machista de mierda que parece haber sido trazada para producir mi desgracia.

Desde Tijuana BC, mi rincón existencial, donde estoy convencida que, cuando la educación machista de mierda tenga algún valor, much@s nacerán sin culo.

Andrea Guadalupe.

 
 

lunes, febrero 13

Tu desamor.

 

Tijuana BC. Febrero  2012.  Tu desamor.

Hola amor: No ha sido fácil borrarte de mi presencia, aunque creo, al fin lo conseguí.

Te voy a contar mi historia: No podía sacarte de mis pensamientos, en cada lugar de mi mente, solo existías tú.

Llevaba tiempo analizando la decisión, me daba miedo decir un "Te quiero" y oír a cambio un "Yo no".

Tome una servilleta de la cafetería en la que me encontraba y escribí dos simples palabras que explicaban todo mi sentir: Te quiero.

Me acerqué disimuladamente y le introduje la nota en su bolso, y ella,  tocó mi abrigo, quizás se había dado cuenta…

Cuando llegué a  casa encontré una nota en la que decía: "Te quiero".

Pensando en como podía haber sucedido, decidí olvidarlo todo y empezar a hacer lo que realmente me gusta, escribir.

Tome un sorbo de café y repasé lo escrito.

No terminé, cerré mi cuaderno, tome mi portaminas y salí a caminar.

 Recorrí un trayecto que me llevó hasta el parque: Teniente Guerrero, plaza que me llena de tranquilidad y exquisita belleza, dentro del contexto urbano que me rodeaba.

Me senté en un banco esperando el anochecer y bajo la luz de una farola empecé un nuevo relato.

Tenía que pensar en algo alegre, bonito,  radiante.

Tenía que conseguir vencer aquella amargura intensa que nuestro raro desamor me producía y que no dejaba brotar color en mis palabras, tan solo trazos grises y oscuros.

No era fácil, el daño había sido mucho, sólo que algo me recordó mi infancia, mi niñez, el olor a frijoles recién hechos en cazuela de barro en casa de mi mamá_abuela, su voz contándome algún cuento y sus besos al acostarme

Una sensación de bien estar recorrió mi cuerpo como un escalofrío, abrí el libro de notas que hacía tanto que escribía y el portaminas empezó a correr entre las páginas en blanco. Ahora sí había pasión, ilusión, emoción en las palabras y en las frases.

Recuperaría mi vida y mi narrativa volvería a florecer, tenía que conseguirlo, el amor regresaría, mi corazón esperaría ansiosamente y otra vez recuerdos entrañables invadirían mi mente, mi alma, mi cuerpo.

 Gracias, tu desamor. Andrea Guadalupe.


                                                 

 
 

Por esto…


Tijuana BC. Febrero 2012.   Por esto…

 

Ya lo he contado antes, soy una persona de quién nadie quiso ser familiar.

Aunque naci como hombre, vivo como me siento, una mujer, y crecí en la felicidad de quien no envidia, así como tampoco es envidiada.

Nunca me aceptaron en escuelas o religiones, no conocí catecismos o maneras de rezar.

Y por esto, la vida me mostro que el mundo es un libro, obra de alguien que está fuera de esté mundo.  

Lo aprendí en la sincronización de las estaciones del año, en la ruta precisa de las estrellas, en la vida que se renueva tras la muerte, y así, veo surgir los brotes de las plantas y de los arboles en primavera.

Ciega, tonta o loca tendría que ser para no advertir está fuerza ordenadora.

Soy parte de la vida, y cuando llegue mi muerte, la recibiré como parte de la existencia.

Hoy, soy parte de ese eterno orden, aunque hay quien me diga que mi vida es una aberración.

He recorrido muchos caminos por lo mucho que me pregunto y por tantas extrañezas que me causa el mundo y su gente.

Algo que me ha impresionado mucho, es la gran diferencia entre personas, a pesar de su semejanza física.

No puedo comprender la manera de algunas, de defender sus opiniones, como si estuvieran enlazadas con ellas.

Lo que piensan, lo mezclan con su ánimo, que varia como el viento; cambian constantemente.

Me asombra, que much@s se sientan como si fueran reyes del terreno en que viven, siendo más bien, esclav@s de su codicia y desvergüenza.

Otr@s, son largos de cuerpo y a todo dan largas aprovechándose de l@s incautos.  

Me he encontrado a much@s cortos de estatura, sólo que, ofensivos y violentos.

Como su estatura no les agrada, desagradan permanentemente a otr@s.

Y así, descubro la poca inteligencia de quienes se sientes gigantes del pensamiento, no siendo capaces de entenderse a si mism@s.

Gigantes de la ignorancia.

El caminar me ha enseñado que pocas personas están en paz con la suerte que les ha tocado, y en esas pocas, descubrí la serenidad.

En las de rostros amargados, siempre escucho quejas de que la naturaleza o la vida, no les concedió el valor del león, la belleza del caballo, los colmillos del jabalí, la astucia de una víbora, la vista de una mosca, o la fuerza de un toro.  

Y pienso, que si son verdaderas sus quejas, por qué consideran a la naturaleza o la vida, como una amargada y odiosa madrastra.

¿Acaso los chismes y mentiras que divulgan, no las convierten en más despiadadas que las venenosas serpientes?

Afirman no tener colmillos, la fuerza de algunos animales, como tampoco la crueldad del lobo, y yo me pregunto, si carecen de armas físicas, ¿Por qué razón sus lenguas son más afiladas que las espadas y con el veneno de sus palabras, destruyen virtudes y causan odios?  

No necesitan chupar la sangre como los murciélagos, sólo que si chupan la confianza de otras personas para defraudarles.

No tienen la fuerza de los toros, así como tampoco la astucia de las zorras, o la fiereza de los tigres.

Sólo que yo me pregunto: ¿Si los seres humanos somos tan desamparados, cual es la razón de matarnos por miles en guerras, dejando solo la desolación, miseria y muerte?

Sé que el olfato de un perro es de dos cientos a mil veces más potente que el de un ser humano.

Y aún así, hay quien mete su nariz en todo tipo de asuntos que nada tienen que ver con ell@s.  

El oído de un venado, supera al humano, y quizá por esté complejo, andan escuchando lo que no deben, interpretan a su modo lo que escuchan y sólo escuchan lo que les conviene.

Y cuando les conviene, son sordos.

Las personas de rostros amargados, se quejan de que la naturaleza o la vida, no les otorgó el valor, la belleza, la astucia o la fuerza de los animales, sólo que todo junto, no ha sido nada frente a la codicia y mala intención de algunos hombres.

Porque, esos seres precisamente, han ensuciado todos los mares del planeta.

Han arrasado con los bosques del mundo sembrando desiertos, han dejado en el aire limpio, un olor asqueroso, repelente.

¡Que bueno que la madre naturaleza o la vida, no nos proporcione todo lo que deseamos, pues de otra manera, nadie tendría vida para contar lo que una vez fue nuestro planeta y la raza humana!

Y por esto, la vida me mostro que el mundo es un libro, obra de alguien fuera de esté mundo.  Andrea Guadalupe.


                                              

 
 

domingo, febrero 12

Con lagrimas en los ojos…


 

Tijuana BC. Febrero 2012. Con lagrimas en los ojos…

Lo sé, es simple, te vas.

Entiendo, la resolución, es inapelable.

De nada sirve intentar argumentos estériles, tratar de convencerte.

No, no es que yo quiera retenerte por la fuerza.

¿Sabes?, Mi vida tendrá que cambiar, porque ahora tendré que buscarle ocupación al hueco que deja las horas que dedique a ti.

Ya no tendré fundamentos para hablar de mis desvelos producidos por las angustias de esperar tu llegada en esas horas en las que descansaba hasta verte entrar por esa puerta y decir: Hola, ya llegue.

Si, de verdad, aunque declare exteriormente con serenidad, en mi interior, siento una rabia inexplicable, provocada por mi parte animal, aquella que quizá despierta el sentimiento de despojo, de arrebato.

Porque, francamente, nunca había pensado en este día.

Y si, sabia que un día te irías, y yo lo racionalizaba sin angustias, sin amargura, aunque….es diferente declararlo a sentirlo.

Hoy me di cuenta que, por más que lo niegue, sigue dominándome el egoísmo.

Porque en el fondo de mi ser, surgen emociones inexplicables con palabras que me estimulan a decir: ¡He, un momento!, Antes de que se vayan, debo decir algo: te informo que mi hijo es desorganizado, y rebelde cuando le dicen de algo que no debe hacer.

Te informo que ama su perro, y tiene sus ideas muy particulares, te lo digo, porque en diversas ocasiones, me ha reprochado mi manera incongruente de ver la vida.

Además, no le gustan las dietas, y cuando llega cansado, busca su cama sin importarle bañarse primero.

Y, ah, no te sientas tan contenta, porque siempre regresara con los amigos, a mantener esa complicidad que desarrollo hasta alcanzar un aprecio, una seguridad que siempre tocara su alma y sentirá influencias en su vida.

Y si, en el fondo confieso me satisface que lo haga bien contigo, es decir: Por amor, con respeto y consideración.

Sólo tengo que admitir ahora, que agrego una nueva integrante a mi familia, que le hará feliz a su modo, que le entenderá con cuestiones más divertidas que las mías.

Aunque, como persona adulta, asumo mis reflexiones y demonios personales.

Hijo, te abrazo, te beso en la mejilla, jugándome el alma como lo hice antes por las noches, mientras contemple tus sueños tranquilos.

Espero que un día, regreses a mi, poniendo a prueba mis enseñanzas, y que me cuentes con lagrimas en los ojos, lo que sentiste al abrazar a un hijo, aún cuando sepas que él, también deberá partir.

Andrea Guadalupe.

                                               

 
 

Frente a Dios y la vida…


Tijuana BC Febrero 2012.    Frente a Dios y la vida…

Yo naci rosa en un mundo que palpita azul, y la palabra lucha, marca mi vida.

Ya que antes de aceptarte, gritas desde lo más profundo de tu ser: Nooooooooo.

Pues la soledad es la única aliada, y sola, se vive en silencio.

Yo naci rosa en un mundo que palpita azul, lugar donde pregunto: ¿Quién eres tú para juzgar mi existencia?

¿Qué clase de autoridad tienes, que pretendes formar mi imagen y hacerla a tu semejanza?

¿Quién eres tú, que sonríes con sarcasmo al verme pasar?

¿Quién eres tú, para prohibirme vivir?

Si todos, somos carne de paso.

¿Cómo explicártelo a ti, que vives en la otra cara del mundo?

Que, somos corazones gritando en silencio.

Donde el horizonte tiene color de luna y el aire, corre de prisa, y el atardecer, infunde nostalgias cuando el sol matiza el cielo, convirtiéndolo en bello poema.

Y cuando la realidad me llama, cierro sus puertas con infinidad de llaves, protegiendo mi intimidad y reservando mi vida de miradas indiscretas.

Ha comenzado a llover, el sol rompe unas nubes negras que dan paso a un bello arcoíris.

Y, frente a Dios y la vida, puedo sonreír y gritar: Yo naci rosa en un mundo que palpita azul.

Andrea Guadalupe.