miércoles, marzo 7

Cosa de mujeres.


Tijuana BC. Marzo 2012. Cosa de mujeres.

Aunque sospecho que no es necesario, en el café de la tarde, disuelvo el milagro azulado que le entrego a mi pareja.  

Durante el día, le he ido excitando, coqueteándole con mis pechos al servirle el desayuno y frotándole mis pies bajo la mesa.

Él contempla mi enamoramiento, silencioso y expectante.

Me pregunto si disimula no conocer el juego o será qué se resiste a la tentación imaginando los placeres que le aguardan.  

Cuando le veo distraído frente al televisor, adivino que ya está listo y me visto con el camisón de seda, le tomo la mano y lo llevo conmigo a la habitación donde aplacamos la pasión sin angustias.

Mi amor, el hombre que hace años provoco que este cuerpo se apagara, ahora aviva la flama de mi deseo, incluso en sueños convulsionados, derramando sobre mis ingles, sus cálidas pasiones.

Y es cosa de mujeres, debido al Alzheimer, amarnos como desconocidos que se entregan al deseo por primera vez.  

Andrea Guadalupe.


                                                   

 
 

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